La dictadura de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo sigue en pie tras cinco años de crisis política y descontento social en Nicaragua, pero para la oposición eso no significa que estén invictos y sin enfrentar conflictos internos por querer detentar el poder a toda costa. Todos coinciden en que el régimen Ortega Murillo está desgastado, vulnerable, aislado, resistiendo solo tras la coraza que le dan las fuerzas armadas.
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“El régimen de Ortega ha perdido todas sus batallas, sin ningún arraigo popular o legitimidad, ante la valentía de un pueblo que le sigue diciendo ‘de que se van, se van’. Ortega solo se ha podido sostener en el poder con las armas y una brutal represión, ante el rechazo de la mayoría de los nicaragüenses y la condena internacional por los crímenes de lesa humanidad cometidos por su régimen”, valoró la abogada y académica exiliada, María Asunción Moreno.
Ortega lleva más de 15 años en el poder gracias a los fraudes electorales, la concentración de poder, la manipulación de las leyes y la agresión a sus opositores. En abril de 2018, todos los descontentos se unieron para demandar su salida del poder, pero las protestas fueron reprimidas con una brutal violencia que dejó más de 300 muertos ese año, según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Desde entonces, la oposición ha sido perseguida y toda expresión de protesta aplastada por la represión de la Policía en coordinación con civiles armados.
Cinco años marcados por el dolor
Moreno manifestó que estos cinco años han estado marcados por “mucho dolor” por el asesinato de 350 personas, incluido niños y adolescentes, que para la oposición son “héroes de abril”.
“La sangre de nuestros héroes de abril aún permanece fresca en las manos de Ortega y Murillo, de los miembros de la Policía, del Ejército y los paramilitares, que siguen actuando como una estructura organizada para reprimir al pueblo. Sigue habiendo sufrimiento por los presos políticos y tristeza por los miles de nicaragüenses que vivimos el exilio forzado, al vernos obligados a dejar la tierra que nos vio nacer”, expresó la abogada.
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Otra pérdida significativa para Moreno es la privación de derechos y libertades fundamentales, el total desmantelamiento de la institucionalidad y el Estado de Derecho, que evita la aplicación de la justicia en Nicaragua.
“El que no va ganando la guerra la va perdiendo”
La excomandante guerrillera Dora María Téllez, disidente del partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), manifestó que si el régimen tiene que expulsar opositores, cancelar partidos políticos, liquidar organizaciones, cerrar medios de comunicación, perseguir a la Iglesia, reprimir, encarcelar, eso significa que “están en una situación bastante grave”.
“Nada le ha funcionado, es decir, si nada te funciona en cinco años, vos empeorás. Como decía un viejo militar: ‘El que no va ganando la guerra, la va perdiendo’. Ortega simplemente va perdiendo la guerra que él organizó contra el pueblo nicaragüense”, manifestó Téllez, quien estuvo presa más de un año por su oposición al régimen y fue desterrada, enviada a Estados Unidos junto con otro grupo de más de 200 opositores, el pasado 9 de febrero.
Oposición se está defendiendo de la represión
Una de las primordiales demandas de los opositores en los últimos cinco años y desde antes ha sido la realización de elecciones libres y justas. Bajo el régimen orteguista, el Consejo Supremo Electoral (CSE) es controlado por leales a Ortega, sin embargo, su temor a perder el poder lo llevó a encarcelar a los aspirantes presidenciales y a los más destacados opositores en 2021, a cancelar la personalidad jurídica de los partidos opositores que quedaban, para no tener competencia en el proceso electoral de ese año.
“Eso lo que te muestra es el enorme terror de la dictadura a una elección medianamente limpia o escasamente limpia. La dictadura se ha empeñado en perseguir a todo el liderazgo opositor nacional, local de los territorios, entonces lo que hay es una oposición que está prácticamente defendiéndose de la represión, evadiendo la represión, evitando la represión y defendiéndose de la represión, una parte en el exilio y una parte fuera del país”, dijo Téllez.
“Actuemos en un sola dirección” como en 2018
Pese a todas las desventajas y obstáculos que representa para la oposición la dictadura de Ortega, Téllez consideró que este es un momento en el cual “hay unas grandes condiciones para enrumbarse más decididamente en el modelo de unidad de nación, que caracterizó a la oposición en abril de 2018”.
“Eso no quiere decir que todo mundo se siente a firmar un papel, sino que todos actuemos en la misma dirección independientemente de las organizaciones, de los modelos de los espacios en que estamos, actuemos en un sola dirección, que es la de seguir promoviendo el aislamiento de la dictadura dentro y fuera del país, hay que seguir con actos de resistencia que tienen a Ortega contra las cuerdas”, agregó la excomandante opositora.
Para la abogada Moreno, la oposición tiene el gran desafío de fortalecer un nuevo liderazgo que se ponga al frente de un proceso de “encuentro entre nicaragüenses”, con una propuesta cívica y articulada con la gente que está dentro del país, “que nos permita transitar hacia la democracia de una forma cívica y pacífica”.