Todos estaban claros dentro de la Azul y Blanco que el último partido de la Liga B de Naciones sería el más complicado. El favorito del grupo C, Trinidad y Tobago, cerraba en casa y eso hacía el panorama difícil. Todo se comprobó en la medida que se acercaban los días para el partido de este lunes (6:00 p.m.,) cuando Nicaragua tiene muchos factores que tratará de sortear para mantener el liderato, el ascenso a la Liga A, clasificar a la Copa Oro y pelear por uno de los seis cupos a la Copa América.
El primer obstáculo fue el cambio de sede que ocasionó un viaje más largo y pesado para los seleccionados. Nicaragua salió el sábado al mediodía de Managua y arribó el domingo a las 6:00 a.m., a la isla Tobago, tras una parada de cuatro horas en Panamá, donde tomó el vuelo a Trinidad y ahí esperó tres horas más para llegar a su destino final. Por lo cansado del viaje, el seleccionador Marco Antonio Figueroa dio descanso todo el día al plantel para tener la mejor recuperación física posible.
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La selección hizo por la noche del domingo el reconocimiento del terreno de juego del estadio Dwight Yorke, que posee capacidad para 7,500 personas. Los seleccionados se sorprendieron al ver las condiciones del terreno de juego, que para la mayoría está en malas condiciones porque la grama tiene algunos tramos deteriorados y es demasiado alto dificultando una rápida circulación del balón. Además eso provocaría un rápido desgaste físico, sumado el clima caliente y la humedad alta que tiene la isla.
El cuerpo técnico está procurando mantener una buena hidratación desde que llegaron. En este martes en la mañana hicieron una activación para que los jugadores suelten los músculos, regresaron a sus cuartos para después almorzar y descansar un rato previo a la última charla táctica por la tarde. El estadio Dwight Yorke se encuentra a 15 minutos del hotel pero la Azul y Blanco estará arribando a las 4:30 p.m., hora de Nicaragua.