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La sorprendente declaración del papa contra el régimen de Nicaragua

Por fin elpapa Francisco satisfizo a quienes querían, pedían y exigían un pronunciamiento del Vaticano claro y directo contra el régimen de Nicaragua. Pero al mismo tiempo, el papa cortó la posibilidad —si acaso la había— de lograr alguna comunicación para interceder a favor del obispo nicaragüense encarcelado, monseñor Rolando Álvarez, y abogar por el cese de la represión contra la Iglesia católica del país.

La breve, pero contundente declaración del papa sobre Nicaragua, en el contexto de una extensa entrevista que concedió al medio argentino Infobae, ha tenido una gran repercusión. Es lógico que así fuera, porque en su entrevista divulgada el viernes 10 de marzo, el jefe del Estado Vaticano expresó que la situación de Nicaragua “es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera a traer la dictadura comunista (soviética) de 1917 o la hitleriana del (año) 35. Son un tipo de dictaduras groseras. Para usar una distinción linda de Argentina, guarangas”.

(Guarango/guaranga, explicó LA PRENSA a sus lectores al reproducir estas declaraciones del papa, es una expresión coloquial de los argentinos para designar a alguien que es “mal educado, descarado, grosero o vulgar”).

“Con mucho respeto —dijo el papa Francisco— no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Daniel Ortega)”. Y acerca del encarcelado monseñor Rolando Álvarez Lagos, señaló que “ahí (en Nicaragua) tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”.

La contundente y expresiva declaración del papa sobre Nicaragua —después de mucho tiempo de guardar silencio, o referirse al asunto con escrupulosa prudencia diplomática— llama mucho la atención. Pareciera indicar que el Vaticano se ha convencido de que al menos por ahora, no hay posibilidad de diálogo con el régimen de Nicaragua, el cual es indispensable para lograr la libertad del obispo encarcelado y condenado a más de 20 años de prisión. Y para al menos aliviar la presión o represión que está sufriendo la Iglesia católica nicaragüense.

 Además, a juzgar por lo que ha venido ocurriendo en Nicaragua en los últimos cinco años, durante la persistente crisis sociopolítica que sufre la nación, cabe esperar que después de esta dura declaración del papa va a empeorar la situación de la Iglesia católica de Nicaragua.

Ha sido tan duro el régimen en su trato a la Iglesia católica, incluyendo al Vaticano, que cabe esperar una reacción verbal y práctica muy fuerte a las declaraciones del papa Francisco.

Ojalá que nos equivoquemos. La población nicaragüense y la católica en particular, no merece seguir soportando tanto sufrimiento.

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