El Bóer llevaba ocho años sin asistir a una serie final de la Liga Profesional. El ayuno terminó esta temporada bajo la dirección de Joel Fuentes, quien contra todo pronóstico logró la clasificación ante los Gigantes de Rivas, un asiduo protagonista en las últimas campañas, por lo que esperaba el desborde de los fanáticos capitalinos, algo que ha estado lejos de la realidad.
Después de imponerse el domingo en el segundo desafío de la serie final, el Bóer regresó al Estadio Nacional este martes con la moral elevada para tomar la ventaja con el respaldo de su público, sin embargo, la fanaticada boerista prácticamente abandonó al equipo porque está jugando con una reducida cantidad de aficionados que no corresponde a un duelo por el título.
Puede interesarte: Erasmo Ramírez se declara listo para representar a Nicaragua en el Clásico Mundial de Beisbol
En las gradas laterales el color azul de las sillas resalta en las imágenes de la televisión por la poca presencia de personas que evidencia lo vacío del estadio. En la zona del home plate se ve más amplio por la toma de la cámara, pero sigue siendo minúsculo, tomando en cuenta la importancia del desafío para el Bóer.
La realidad en Rivas es muy diferente. El domingo las entradas para ingresar al estadio Yamil Ríos Ugarte se agotaron temprano y a pesar de que el equipo cayó en casa, un bus de aficionados viajó este martes hasta Managua para acompañarlos en el tercer desafío por lo que nadie duda que este miércoles mantendrá el mismo respaldo en el cuarto encuentro de la serie final de la Liga Profesional.