El reconocido jurista, analista político y escritor de origen boliviano, Carlos Sánchez Berzaín (director del Instituto Interamericano para la Democracia), en un artículo de opinión publicado el miércoles 28 de diciembre en el periódico venezolano El Nacional ha hecho un balance político global muy concentrado del año 2022.
“La observación de la realidad objetiva en las Américas y el mundo —dice Sánchez Berzaín—muestra que el año 2022 deja marcado que el mundo está dividido entre democracias y dictaduras, y que el hecho determinante de esta precisión histórica ha sido la invasión de Rusia a Ucrania que ha desatado la primera guerra global…”
Otros analistas opinan que la dictadura está ganando esta batalla en América Latina. Así lo demuestra —dicen— el establecimiento de gobiernos de izquierda en casi todos los países latinoamericanos, en la mayoría de los casos por el voto popular en elecciones libres, y en otros mediante el uso de la fuerza bruta policial y el fraude electoral.
Sin embargo, el científico político chileno Andrés Velasco, quien es el decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics and Political Science, disiente de tales opiniones. En un artículo titulado Las democracias latinoamericanas siguen firmes, publicado el miércoles 28 de diciembre por el medio nicaragüense Confidencial, Velasco sostiene que es cierto que la democracia “está en aprietos” en América Latina, pero no está siendo derrotada por la dictadura.
“Es posible que la democracia liberal en América Latina no esté pasando por su mejor momento, pero tampoco es el peor —sostiene Velasco—. Las crisis han ido y venido, pero la cultura y las instituciones de la democracia han demostrado ser inesperadamente robustas en muchos países de la región”.
La tesis de que la democracia está siendo derrotada por la dictadura es propia de los analistas de extrema derecha. Para ellos eso es lo que significa el aumento de gobiernos de izquierda en América Latina. No reconocen que la izquierda también es o puede ser democrática, creen que por definición es únicamente autoritaria o dictatorial. Esa visión limitada es igual a la del lado opuesto, de la izquierda radical que cree que la derecha equivale necesariamente a dictadura.
Pero no es así. Es cierto que hay una derecha autoritaria, incluso fascista, pero también existe una derecha que cultiva y promueve los valores y las instituciones democráticas. Del mismo modo que hay una izquierda caníbal y totalitaria, pero también existe otra que toma el poder y gobierna de manera democrática. Chile es un magnífico ejemplo de eso.
Andrés Velasco señala como conclusión de su artículo, que en Latinoamérica “la democracia liberal vive en los estatutos, los reglamentos y las instituciones. Pero además, y lo que es más importante, vive en los corazones y los hábitos mentales de la ciudadanía. La democracia, cualesquiera sean sus imperfecciones, es hoy el sistema natural de gobierno para los casi setecientos millones de personas que viven en América Latina. Las alternativas parecen cada vez más improbables. Al finalizar el annus horribilis de 2022, el vigor de las democracias de la región es motivo de aplauso”.
Compartimos esa idea fundamental. No puede ser posible que la historia vuelva hacia atrás y que el mundo entero termine sometido a la tiranía. Más bien, son la libertad y la democracia las que terminarán como las condiciones de vida de toda la humanidad.