La embajadora de la Unión Europea (UE) Bettina Muscheidt, partió de Nicaragua pasadas las una de la tarde de este sábado en un vuelo directo a la Ciudad de México, luego de ser expulsada por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La dictadura concluye así una semana letal con la comunidad internacional en la que suspendió relaciones diplomáticas con Holanda y ratificó que no permitirá la entrada del embajador designado de Estados Unidos, Hugo Rodríguez.
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Muscheidt llegó al aeropuerto acompañada por varios embajadores de países extranjeros en Nicaragua. Tomó el vuelo a México desde donde tomará otro vuelo a Bruselas, Bélgica, sede de la UE, desde donde se espera una respuesta al gobierno de Ortega.
Expulsada de manera verbal
El miércoles en la mañana, la oficina de la UE en Bruselas recibió una llamada de personal de la cancillería nicaragüense notificándole que la embajadora era declarada “non grata” por el gobierno y que debía abandonar Nicaragua inmediatamente.
Más tarde, al mediodía de ese miércoles, la embajadora Muscheidt fue llamada a una reunión de emergencia a Cancillería. La recibió el mismísimo canciller de la dictadura Denis Moncada, quien le expresó verbalmente que estaba declarada “non grata” y que debía abandonar inmediatamente el país.
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Nunca se recibió una comunicación por escrita como mandan los estatutos internacionales de la diplomacia. Así había pasado ya con el Nuncio Waldemar Stanislaw Sommertag, declarado “non grato” de manera verbal a inicios de año.
Encerrada en su residencia
La sede en Bruselas de la UE, aunque se ha negado a informar públicamente sobre la expulsión de la embajadora, comenzó a negociar los tiempos de salida y se acordó que el plazo era este sábado al mediodía.
Durante los últimos tres días, sin embargo, la embajadora se mantuvo en su residencia encerrada sin poder salir. Este exabrupto se espera que no pase desapercibido en la respuesta de la UE, según fuentes diplomáticas.
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UE analiza situación y respuesta a ataques diplomáticos
El Ministerio de Relaciones Exteriores de los Países Bajos condenó este sábado la decisión de Nicaragua de romper relaciones diplomáticas después de que el país europeo anunciara que no financiará la construcción de un hospital en Nicaragua por la situación de violación a los derechos humanos y la democracia bajo la administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“La ruptura de las relaciones diplomáticas es un paso excepcional y muy inusual. Tampoco es el deseo de los Países Bajos”, afirmó a la AFP un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores neerlandés por correo electrónico.
El gobierno nicaragüense rompió sus relaciones después de que los Países Bajos cancelaran el financiamiento del hospital. En su discurso, Ortega arremetió contra los neerlandeses calificándolos de “intervencionistas”.
“Los Países Bajos están discutiendo con los socios de la UE cómo vamos a responder a este movimiento de Nicaragua”, afirmó a la AFP un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores neerlandés por correo electrónico.
El ministerio de Relaciones Exteriores de los Países Bajos indicó que estará “vigilando” la situación de los aproximadamente 100 neerlandeses que viven en Nicaragua y “Si es necesario ajustaremos los consejos de viaje”, agrega el mensaje oficial.