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CONTENIDO EXCLUSIVO.Aun cuando la gloria se alcanza en octubre con victorias dramáticas que exprimen sudor y lágrimas a los héroes en la postemporada, las ilusiones y sueños comienzan a gestarse desde abril, cuando se pone en marcha una nueva campaña y los equipos tratan de agarrar el paso lo más pronto posible para darle un carácter realista a una esperanza que crece día a día.
Eso es lo que viven los Yanquis y sus seguidores ahora mismo. No importa que su racha de victorias haya sido frenada en 11 por los Azulejos. El plantel que se ha estructurado ahora, aún sin agregar a ninguna de las estelares figuras que estaban disponibles en el mercado, es claramente mejor al del año pasado que terminó con 92-70, al igual que los Medias Rojas.
En una organización como los Yanquis, comprometida con el éxito y con extenso historial de triunfos, en la que de acuerdo a sus estándares no ganar la Serie Mundial es igual a un fracaso, se ha estado a la búsqueda de un nuevo cetro desde el 2009. Es decir, han pasado 12 años viendo los toros de largo y cargando de frustraciones a sus fanáticos por el mundo.
Los Yanquis de este año tienen balance de 18-6, el mejor de las Grandes Ligas, ya con la derrota de anoche 2-1 ante Toronto, cuando cayeron en una hermética batalla. Y lo que ha sostenido al plantel, ha sido su equilibrio. A la par de una temible alineación ofensiva, hay una solvente defensa y un consistente cuerpo de lanzadores que han metido fuerte el brazo.
El equipo del año pasado, era capaz de impactar como lo hizo en agosto con una racha de 13 victorias consecutivas, pero luego se desplomaba dramáticamente hasta deprimir a sus seguidores. Y a esa inconsistencia al bate, había que unirle una frágil defensiva y un errático desempeño sobre las bases. Ahora muchos de esos aspectos fueron arreglados.
Josh Donaldson es mejor jugador que Gio Urshela en tercera base. Fíjese que aún a sus 36 años, Donaldson viene de batear 26 jonrones, una cifra que nunca ha sido conseguida por el colombiano. Y defensivamente la diferencia es mayor. Este año, Donaldson ya tiene un out sobre average y una carrera salvada. Urshela tuvo -4 y -5 respectivamente en esos rubros.
De igual manera la mejoría es norme en el shortstop, donde está un ganador de Guante de Oro, como Isiah Kiner-Falefa y ya no digamos en la receptoría, donde tanto José Treviño como Kyle Higashioka disiparon las preocupaciones detrás del plato que se disparaban con la presencia de Gary Sánchez, cuyo bate repentinamente enmudeció también.
A pesar de que el año pasado solía decirse que los Yanquis solo tenían a Gerrit Cole como buen abridor, es importante recordar que en 2021 fueron sextos de las Ligas Mayores con 3.76. Este año marchan con 2.60 en pitcheo colectivo, solo detrás de los Dodgers (2.21). Y para que vean que no solo es Cole, los abridores lanzan para 2.85 y son quintos en la MLB.
La rotación incluye además de Cole, a Luis Severino, quien ha vuelto muy bien. Jameson Taillon, quien saludable es competente, más el evolucionado Jordan Montgomery y el subestimado Néstor Cortés. El bullpen lanza para 2.30, solo detrás del 2.16 de Detroit. Y ese cuerpo de relevistas es un lujo por donde se le vea. Son valientes y muy veloces.
En bateo van de quintos (.248), en anotadas de segundos (199), en jonrones primeros (35) y segundos en OPS. Un line up con artilleros de poder como Aaron Judge y Giancarlo Stanton, más bateadores de contacto como D.J. LeMahieu y Falefa, más Gleyber Torres que ha vuelto a tronar, es cosa seria. Tienen la mejor diferencia de carreras con +49, empatados con los Dodgers.
Ahora, en beisbol no hay garantías de nada y menos en una temporada tan extensa como esta con 162 partidos a través de los cuales puede haber bajones y lesiones, sin embargo, no es desatinado creer en estos Yanquis, quienes sin hacer transacciones de impacto, son un mejor equipo que el año pasado y aquel se metió hasta los playoffs, aunque no ganó nada.