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Luis Rivas, presidente ejecutivo del Banpro, sufriría grave deterioro de su salud, según investigador de HRW

A casi nueve meses desde su detención, poco o casi nada se sabe del estado de salud del presidente ejecutivo del Banpro, Luis Rivas Anduray. Esto es lo que se conoce ahora

A casi nueve meses desde su detención, poco o casi nada se sabe del estado de salud del presidente ejecutivo del Banpro, Luis Rivas Anduray, sin embargo el investigador sénior de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), Juan Pappier, brindó este viernes pistas sobre la situación del banquero, y reveló que este sufre de un grave deterioro en el estado de salud.

Según el investigador, Rivas Anduray habría perdido 25 kilos (unas 55 libras) desde su arresto en junio del año pasado, además su situación de parálisis facial ha empeorado en estos meses de encierro, víctima de la dictadura de Daniel Ortega.

“El opositor Luis Anduray (52 años) sufre de parálisis facial y gastritis crónica. Está detenido en el Chipote desde junio de 2021. Se encuentra incomunicado. Habría perdido 25 kilos. Su parálisis parece haberse agravado en la cárcel”, según dijo Pappier en su cuenta de Twitter, donde citó la situación médica de varios presos políticos que están siendo enjuiciados y condenados por la dictadura.

Pappier llamó a evitar que en Nicaragua haya otra tragedia como la ocurrida con Hugo Torres, quien falleció tras sufrir un profundo deterioro de su salud en las celdas de la dictadura.

“En Nicaragua, varios críticos del Gobierno sufren enfermedades graves en prisión. Debemos evitar que haya otra muerte como la de Hugo Torres”, dijo.

La condena

Rivas fue juzgado por conspiración y condenado por la dictadura a 13 años de prisión, una de las penas más altas que el régimen ha dictado contra los opositores.

El 31 de agosto del año pasado, el Departamento de Estado de Estados Unidos consideró que la detención de Rivas era un «intento desesperado» de intimidación de la dictadura contra el Sistema Financiero Nacional, que ha estado cumpliendo a cabalidad con las regulaciones internacionales, obligando al sector a cerrar las cuentas a los sancionados por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés).

«El arresto del presidente ejecutivo del Banpro, Luis Rivas, por supuestamente ‘incitar a la interferencia extranjera’, parece un intento desesperado e inhumano de intimidar a las instituciones financieras que están cumpliendo con las sanciones internacionales», dijo EE. UU.

A criterio de Estados Unidos, Rivas estaría «pagando el precio» de la decisión del Banco de la Producción (Banpro) —el banco más grande de Nicaragua— de bloquear las cuentas de «funcionarios del régimen sancionados por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea».

Otro mensaje que Estados Unidos observa tras la detención de Rivas es que el régimen quiere demostrar que no solo castigará a opositores o críticos, sino también «buscaría castigar a cualquiera que se haya cruzado con él y con la cleptocracia que ha establecido en Nicaragua».

Tras la detención de Rivas, la gerencia del Banpro, que es parte del Grupo Promerica, dijo que confiaba en la calidad moral de su alto ejecutivo, pero desde entonces no han vuelto a pronunciarse sobre el caso, que además es uno de los que se maneja con más secretismo.

Los señalamientos de la dictadura

El régimen señaló a Rivas de realizar “actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación”. Asimismo, de “incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos y pedir intervenciones militares”.

También de “organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización; proponer y gestionar bloqueos económicos, comerciales y de operaciones financieras en contra del país y sus instituciones; demandar, exaltar y aplaudir la imposición de sanciones contra el Estado de Nicaragua y sus ciudadanos, y lesionar los intereses supremos de la nación”.

Cabe mencionar que sobre el estado de salud de los líderes empresariales en poder de la dictadura poco o nada se sabe, comparado con otros reos cuyas familias se han atrevido a denunciar las condiciones inhumanas en las que se encuentran estas personas.

Por ejemplo, no se sabe nada sobre la situación del presidente y vicepresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), Michael Healy y Álvaro Vargas, respectivamente. Tampoco sobre el expresidente de ese gremio, José Adán Aguerri.

Economía

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