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CONTENIDO EXCLUSIVO.El Salvador y Nicaragua fueron dos de los 35 países que optaron por abstenerse de votar a favor o en contra de la resolución que aprobó este miércoles 2 de marzo la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), en la que reprende y condena la invasión militar orquestada por Rusia contra Ucrania. Pero, ¿a qué responde la abstención del gobierno salvadoreño?, ¿a qué se debe la coincidencia entre ambos países?
La lectura de expertos en relaciones y derecho internacional consultados por LA PRENSA es diversa en cuanto a la abstención de El Salvador, algunos señalan que puede ser entendida como una “oposición” ante las medidas drásticas que ha impuesto el Gobierno de Estados Unidos a funcionarios del actual gobierno y en un segundo plano, el acercamiento o intereses de Nayib Bukele con el gobierno de Vladímir Putin.
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La votación a favor de 141, de los 193 Estados Miembros de la ONU, con la que se aprobó la resolución que “deplora” la agresión rusa y en la que demandan a Putin que ponga fin y retire inmediatamente y sin condiciones sus tropas de Ucrania, ha sido catalogada como histórica y abrumadora.
La condena elevada por la ONU se dio después de que Putin, el pasado 23 de enero, dio la orden de iniciar las operaciones militares a gran escala en contra de Ucrania. El texto aprobado, promovido por los europeos y Ucrania, “deplora en los términos más fuertes la agresión de la Federación de Rusia contra Ucrania” en violación del artículo 2 de la Carta de Naciones Unidas, que prohíbe recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza e insta a todos los miembros a que respeten la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de cualquier Estado.
¿Qué hay detrás de la abstención de El Salvador?
El experto en derecho internacional, temas de integración y catedrático de la Universidad de Costa Rica (UCR), Carlos Murillo Zamora, sostiene que los votos de El Salvador en la ONU son “impredecibles” y argumenta que se debe a que “responderán a la percepción que tenga no el gobierno salvadoreño, sino el presidente Bukele”.
Comparte que es de suma importancia conocer oficialmente cuáles fueron las razones o argumentos para que ese país se abstuviera, no obstante, reconoce que, “a veces, suele ser que las resoluciones tengan una o varias palabras que no convengan a los intereses del Estado y aunque quiera condenar la invasión en Ucrania, esa palabra puede ser que le impida votar a favor y mejor abstenerse”. Además comenta que probablemente tenga que ver con relaciones familiares.
“Si la resolución contiene algo que afecte los intereses del país de origen de la familia Bukele, porque ese es otro factor”, indica. Los ancestros del presidente salvadoreño son palestinos a través del padre, Armando Bukele Kattán, de quien se dice que es hijo de inmigrantes oriundos de Belén y nacido en 1944 en el país que acogió a sus mayores, según una biografía publicada en el Centro de Estudios Internacionales de Barcelona.
Una opinión casi similar tiene Carlos Cascante Segura, profesor de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica (UCR), quien sostiene que la posición de El Salvador está vinculada “con la serie de acusaciones que el Gobierno de EE. UU. ha hecho al gobierno de Bukele, además de toda la serie de sanciones que ha impuesto a funcionarios importantes de Bukele”.
Con ese análisis coincide un experto en relaciones internacionales y exfuncionario del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) de Nicaragua, quien por temor a represalias solicitó el anonimato. Este experto refiere que la abstención de Bukele “es una clara demostración de la escalada de diferencias con la administración estadounidense y el acercamiento que ha tenido con países como Rusia y China, con el fin de mostrar que un país centroamericano puede contar con apoyos más fuertes que el de Estados Unidos en estos territorios”.
Añade que es “lamentable” que Bukele “prefiera ese enfrentamiento que apoyar una resolución que busca frenar la invasión rusa a Ucrania y que solo deja muerte y destrucción, pero además refleja ese alineamiento de Bukele con la izquierda mundial, hay que recordar que viene de las filas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), partido amigo del FSLN en Nicaragua”, añade.
Por su parte, otro nicaragüense experto en derecho internacional, quien pidió no revelar su identidad por temor a represalias, asegura que “es difícil saber exactamente las razones tras esa abstención, porque no suelen justificarse en público”, sin embargo, destaca que si bien la resolución adoptada con apoyo de 141 Estados Miembros de la ONU “no es vinculante, sí tiene una enorme carga política y llama la atención la posición de los países que se abstuvieron o no participaron”.
Postura de El Salvador, ¿se asemeja a la de Nicaragua?
Sobre esta interrogante, los expertos coinciden en asegurar que no, debido a que son dos casos distintos.
El experto Murillo Zamora manifiesta que “no creo que se pueda comparar con (Daniel) Ortega, más bien sorprende que (Nicaragua) se abstenga cuando públicamente ha respaldado la invasión a Ucrania, en el sentido que respalda las acciones de Rusia, lo que sorprende no es El Salvador sino Nicaragua”.
Por su lado, Cascante Segura dice que hay diferencias porque Ortega “lo hace en un apoyo a Rusia y Bukele lo hace en un mecanismo de oposición a EE. UU. y probablemente buscando una cercanía con el Gobierno de China”.
El experto nica en derecho internacional atina que el Gobierno de El Salvador “también ha emprendido recientemente acercamiento diplomático con la Federación rusa. El presidente Bukele tiene previsto una visita oficial a Moscú en julio. Es posible que su abstención haya sido estratégica, pero cuestiona su compromiso con los valores de la ONU. Lo mismo ocurre con Nicaragua, aunque la cercanía diplomática con Rusia es más antigua”.
¿Qué representa para El Salvador?
El experto salvadoreño en relaciones internacionales, Napoleón Campos, es enfático en catalogar como “avestruz” la postura oficial del gobierno de Bukele frente a la invasión a Ucrania, debido a que El Salvador “estuvo ausente” durante la votación para la declaración sobre Ucrania que aprobó la Organización de Estados Americanos (OEA) y, por otro lado, la abstención en la declaración de la Asamblea General de la ONU.
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Campos considera que “es gravísimo para El Salvador apartarse de los trascendentales consensos internacionales en estos momentos”, y rememora que inclusive, antes de que se sometiese la declaración de la ONU a votación, el alto representante de la Unión Europa para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, solicitó a El Salvador, a través de una columna de opinión publicada en un diario salvadoreño, definir su postura en cuanto a la situación en Ucrania.
“El alto representante Joseph Borrell exhortó al Gobierno de El Salvador a sumarse a estos consensos previo a la votación en la ONU, lamentablemente el señor Bukele hizo caso omiso a ese llamado y las reacciones no se hicieron esperar, pues miembros del Congreso de EE. UU. pidieron a la Administración de Joe Biden revisar la participación tanto de Nicaragua como El Salvador en el DR-Cafta en el cual todos los países centroamericanos obtienen importantísimos beneficios arancelarios. Esta conducta irresponsable que además no se corresponde a los vehementes llamados hechos por la población salvadoreña de solidaridad con Ucrania, significa un atentado contra los intereses históricos y estratégicos de la política exterior de El Salvador. Rusia no forma parte de esos intereses como sí lo son esos tratados comerciales y esos socios reales de carne y hueso”, sostiene Campos.
Enseguida, refiere que el no acompañar esos tipos de consensos internacionales “lesiona el pasado reciente del país, pues la comunidad internacional acompañó las negociaciones de paz y la reconstrucción de El Salvador tras la guerra civil de los 80 del siglo pasado. Si un país está llamado a volcar a la causa de la paz y la concordia es El Salvador, pero ahora el señor Bukele coloca en estos momentos por los suelos el nombre de El Salvador ante el mundo democrático”.
Esto dijo el vicepresidente de El Salvador
Y aunque oficialmente, el gobierno de Bukele no ha emitido una postura oficial de apoyo o no a la invasión militar que mantiene Rusia contra Ucrania, según medios salvadoreños, el vicepresidente salvadoreño, Félix Ulloa, al ser consultado sobre el silencio de esa Administración en torno a la situación en Ucrania, sugirió que los países pequeños no deberían tomar partido por uno u otro bloque.
“No deberíamos de nuevo pequeños países como los nuestros estar tomando partido por uno y otro bloque… Yo creo que el presidente en su momento tomará la decisión adecuada, pero, repito, tomar partido cuando el mundo está haciendo un ‘déjà vu’ de lo que fue la guerra fría… que afortunadamente terminó cuando se cayó el muro de Berlín”, según citó en una nota el Diario El Mundo.
No obstante, de manera inmediata el funcionario insinuó que se está esperando el momento para pronunciarse: “Es de sabios saber en qué momento pronunciarse”, dijo.
Las abstenciones en la Asamblea General de la ONU
En total, 35 naciones, incluida China, se abstuvieron. De los países latinoamericanos solo Cuba, Nicaragua, El Salvador y Bolivia se abstuvieron de condenar el ataque militar ejecutado por órdenes de Putin.
Cinco países, incluidos Rusia, Siria y Bielorrusia, votaron en contra de la resolución.
En el caso particular de Venezuela en la ONU participa un representante designado por Nicolás Maduro que no tuvo derecho a voto porque el país tiene una deuda con el organismo y por ello, con base en los estatutos, está penalizado. Pero en el otro lado de la moneda, en la declaración adoptada por la OEA, Gustavo Tarre Briceño, representante acreditado del presidente interino Juan Guaidó, votó a favor.