Una semana después de declararlo culpable de conspirar para cometer menoscabo contra la integridad nacional, el juez Noveno de Distrito Penal de Juicios, Luden Martín Quiroz García, le impuso al periodista Miguel Mendoza Urbina una sentencia de nueve años de prisión y la inhabilitación para ejercer cargos públicos. Durante el juicio realizado el pasado 8 de febrero el cronista deportivo, con más de treinta años de experiencia, se declaró orgulloso de ser periodista independiente y de estar del lado de la defensa del pueblo nicaragüense.
Mendoza permanece en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) desde el pasado 21 de junio. Desde el estallido social de 2018, Mendoza abordaba constantemente la crisis política del país a través de publicaciones en sus redes sociales.
Según sus familiares, lo acusaron únicamente por hacer uso del derecho a expresar libremente sus opiniones, tanto en público como en privado, que le otorga el artículo 30 de la Constitución. Por lo que rechazaron el juicio y demandaron la pronta liberación de Mendoza y de más de 170 presos políticos.
Además, denunciaron que el cronista deportivo lleva días aislado en una celda de castigo y que su estado físico y su salud están muy deteriorados por la mala calidad de los alimentos que recibe y las condiciones que enfrenta. Incluso, sigue padeciendo frío, ya que no le han permitido recibir una colcha.
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Lo condenan por sus publicaciones en redes sociales
Durante el juicio, la Fiscalía presentó como pruebas del supuesto delito de conspiración una serie de publicaciones de Mendoza en sus cuentas personales de las redes sociales Twitter y Facebook. En dichos mensajes el periodista criticaba la represión gubernamental y el actuar del régimen Ortega-Murillo contra los dirigentes políticos de oposición.
Antes de su captura en junio de 2021, Mendoza sufrió un extraño asalto. El 4 de diciembre de 2018, al salir de su casa rumbo a su trabajo, él y su esposa Margín Pozo, quien también es periodista, fueron asaltados por cinco sujetos armados.
A Mendoza le robaron su camioneta Nissan Navara, documentos de identificación, tres celulares y su mochila con su computadora portátil. A Pozo la pusieron de rodillas frente a la casa, mientras a él lo llevaron a la parte de atrás de la camioneta encañonado para exigirle que entregara las llaves del vehículo.
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