Los enigmas iniciales planteados tras la selección de Julio César “Rey” Martínez como oponente del 5 de marzo de Román González poco a poco se han ido despejando. El comunicado oficial de la promotora Matchroom Boxing desvela uno de ellos: el peleador mexicano no tendrá absolutamente nada que perder, simplemente todo por ganar, mientras Chocolatito coloca en juego su futuro, la trilogía y las esperanzas de buscar otro título mundial en diferente categoría.
“Estoy encantado de poder subir de peso y pelear contra los mejores de inmediato. Chocolatito es una leyenda viviente y un peleador que siempre he admirado, por lo que pelear con él en mi primera pelea en peso supermosca es especial, pero en la noche será una guerra y estoy listo para ella”, son las primeras palabras de Martínez en relación con Chocolatito. No obstante, en la siguiente declaración se descubre otro detalle clave. “Tengo la ambición de unificar la división de peso mosca y esa llama aún arde, pero esta pelea es tan grande para mí y no dudé en aceptarla. Les prometo a los fanáticos que daré un espectáculo”. Aquí Martínez deja en evidencia sus planes que son unificar título mundial contra Sunny Edward, monarca de las 112 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
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La estrategia de Eddy Hearn con Martínez toma forma, es ganar y ganar debido a que mantiene su título de las 112 libras en caso de perder, pero si gana causaría tal repercusión que se colocaría en primera línea de enfrentarse al Gallo Estrada y entraría en el ruedo del ganador entre Rungvisai y Carlos Cuadras. Mientras que si cae derrotado haciendo una buena presentación no pasa nada, porque su verdugo sería González, una “leyenda viviente del boxeo” como él mismo describió y continuaría con su vida como campeón de 112 libras.
En relación con Chocolatito, el principal riesgo que corre es su futuro a corto plazo. Si Rey Martínez sorprende al tetracampeón nicaragüense los planes se le vendrían abajo. Perdería interés la trilogía con el Gallo y con Rungvisai, mientras el mundo del pugilismo pondría los ojos sobre su verdugo, así como ocurrió en 2017 cuando fue brutalmente noqueado, aunque cuatro años atrás tenía tiempo para recuperarse, pero ahora con 34 años el tiempo es un lujo que no posee.