CONTENIDO EXCLUSIVO.
CONTENIDO EXCLUSIVO.En las Grandes Ligas, cuando se intenta realizar una comparación con jugadores de épocas distintas, se recurre a una serie de fórmulas y estadísticas avanzadas que tienen como fin el estandarizar los contextos. Es por eso que se puede afirmar con seguridad que la temporada de Pedro Martínez en el 2000 fue mejor que la de Bob Gibson en 1968.
En nuestro beisbol no tenemos esas herramientas, pero para comparar a Nemesio Porras y Henry Roa no las necesitamos. Jugaron en la misma época, aunque Porras comenzó cuatro años antes (1985) y se retiraron con una campaña de diferencia dejando imborrables huellas que parecen conseguir más notoriedad con el paso del tiempo.
Nemesio se convirtió en la principal figura del beisbol nacional desde mediados de los años ochenta hasta su retiro en 2006. Sus niveles de idolatría, de popularidad, de impacto en el corazón de los fanáticos, no los logró nadie, ni siquiera jugadores de Grandes Ligas, y todo eso respaldado por sensacionales cifras que establecieron diferencia.
No obstante, Próspero González, Julio Medina, Ariel Delgado y sobre todo Roa, estuvieron siempre al acecho como retadores, más en desempeño que en popularidad. A Porras lo ayudó mucho jugar en el Bóer, el equipo de la capital y donde están los medios de mayor repercusión, pero sus cifras no tienen cuestionamiento y también fue clave su sencillez.
¿Nemesio o Roa?
A simple vista, Henry no parece un contrincante para Porras, pero vamos a adentrarnos en las cifras para llegar a conclusiones más objetivas. Nemesio se inició en Primera División en 1985 con los Industriales antes de pasar al Bóer un año después y jugó 21 temporadas, hasta su retiro en el 2006. Roa arrancó en 1989 y tras 19 campañas se marchó en 2007.
En 19 de sus 21 temporadas, Porras bateó sobre .300 (eso es un 90.4 por ciento de su carrera) y esas 19 campañas fueron de forma consecutiva, lo que constituye un récord aún vigente. No bateó .300 solo en su debut (.248 en 1985) y al final (.287 en 2006). En esas 19 temporadas de .300, hay cinco sobre 400 puntos, lo que también es un registro que permanece intacto.
Roa alcanzó la aristocrática cifra de los .300 en 15 de sus 19 campañas, es decir, lo hizo en el 78.9 de su carrera en Primera División. Tuvo ocho temporadas seguidas sobre los .300 entre 1992 y 1999, pero no logró ni una actuación sobre .400. Su promedio más elevado fue .389 en 1998, año en el que Nemesio terminó con .429, como líder de los bateadores.
Porras fue líder de bateo en seis ocasiones, mientras Roa lo lograba en dos oportunidades. Nemesio lideró la liga en average en 1991 (.400), 1992 (.439), 1993 (.402), 1994 (.382), 1996 (.402) y 1998 (.429), todas las veces con aluminio. Henry lo consiguió en 1995 (.387) año en el que frenó la racha de Porras y repitió en 2001 (.370) ya con bate de madera.
Madera y aluminio
En Nicaragua se jugó con bate de aluminio desde 1974 hasta 1999, es decir, del 2000 para adelante se ha jugado con madera. Y de acuerdo a los números, Roa tuvo menos afectación con el cambio. Nemesio bateó .365 (1,400 hits en 3,839 turnos) estrictamente con aluminio y .318 (372 en 1,168) con madera. Dio 154 jonrones con aluminio y 29 con madera.
Roa en tanto, registró .340 (1,065 hits en 3,133 turnos) con aluminio y .331 (521 en 1,576) con madera. Donde tuvo un bajón Henry fue en poder: 101 de sus 112 jonrones fueron con aluminio y solo 11 con madera. Incluso, tuvo tres temporadas sin un jonrón y otras tres de solo uno. Nemesio bateó al menos cinco jonrones en cinco de sus seis años con madera.
Ni Nemesio ni Roa fueron líderes en jonrones alguna vez, pero Porras fue segundo en tres ocasiones. Primero en 1993 con 28, detrás de los 36 de Ramón Padilla. Luego en 2001 al batear ocho, uno menos que el líder Alexis Hernández y en 2002 tuvo uno menos que Próspero González, cuando ya se usaba la madera. En su carrera, Porras fue líder en empujadas cuatro veces, dos con aluminio y dos con madera.
Roa no fue líder en carreras impulsadas ni una vez en su carrera. Tampoco ganó premio al Jugador Más Valioso, algo que Nemesio se llevó en cuatro ocasiones. Y como se puede ver en los gráficos, Porras también aventajó a Henry en su trabajo con la Selección Nacional de beisbol, en la que ambos fueron figuras de primer nivel con faenas realmente tremendas.
Más detalles
Guante en mano, Porras no tiene comparación con ningún otro inicialista que haya pasado por el beisbol nacional. Y desde que se le ubicó como titular en la Selección en los Juegos Panamericanos de Indianápolis en 1987, hasta su retiro en 2000, nadie le quitó el puesto. Y cuando no estuvo ahí, fue porque no asistió al evento, como al Mundial de Italia en 1988.
Roa fue también un antesalista de gran calidad a la defensiva, con un brazo preciso y buen alcance para ambos lados, pero también debió alternarse con Norman Cardoze, Jorge Luis Avellán y Domingo Pérez, en algunos momentos cuando su manopla flaqueaba, aunque su bate le tenía seguro un espacio en la alineación todos los días, al final como designado.
Tal vez los más importante, es que nos dimos el lujo de ver en acción a un par de artilleros extraordinarios. Roa incluso, tiene en su poder la racha más larga del beisbol nacional con 39 juegos conectando de hit en 1999 y cinco partidos al hilo con cuadrangulares en 1993. Fue dos veces Más Valioso de una Final (1990 y 2005) lo que resalta su gran aporte.
Los 150 hits conectados por Roa en 1993, es la segunda cifra más alta en el beisbol nica después de los 153 de Javier Robles en 2016, que es el récord nacional. La máxima cifra de Porras fueron sus 148 hits de 1993 y su más larga racha de juegos conectado de hit, 26 en 1993.
Aún así, de forma global, es difícil retar a Porras tanto dentro como fuera del terreno.