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embarazo gemelar sobrevive a COVID 19, milagro ocurrido en el Hospital Vivian Pellas

Embarazo gemelar sobrevive a covid-19, milagro ocurrido en el Hospital Vivian Pellas

Un equipo médico y de enfermería altamente calificado para atender casos complejos, una unidad de Neonato especializada para recién nacidos graves, decisiones correctas y oportunas, trabajo en equipo y tecnología de primera hacen la diferencia entre la vida y la muerte

El  día que Jennifer Gaitán empezó a sentir los primeros síntomas, creyó que era una gripe común, que pasaría y el último trimestre de su embarazo gemelar transcurriría en total normalidad. Cuatro días después presentó fiebre y dolor en el cuerpo. Decidió ir al hospital y para entonces su salud ya iba en franco deterioro. Tenía covid-19.

Desde el momento de su ingreso al Hospital Vivian Pellas, el caso de Jennifer, con 28 semanas de embarazo gemelar, fue todo un reto para el cuerpo médico del centro, que anteriormente había atendido a una embarazada con covid, pero con una gestación a término.

La doctora Nora María Quant, pediatra neonatóloga del Hospital Vivian Pellas, recuerda que la salud de la madre se deterioró en cuestión de horas, fue necesario intubarla y se decidió efectuar una cesárea. “No hubo tiempo para completar el esquema de maduración pulmonar en las bebés” (inyecciones que se le ponen a la madre para que los pulmones de los bebés maduren).

La paciente llegó al hospital el 8 de octubre, días en que en la memoria de los nicaragüenses todavía estaban frescas las noticias sobre embarazadas que fallecieron por covid en distintas zonas del país en los meses de agosto y septiembre. Para la familia era un momento crítico. “Fue una vivencia trágica para nuestra familia. Era una experiencia que no nos esperábamos. La situación fue bastante dura, yo estaba con un pronóstico reservado, no sabíamos si alguna de las tres iba a sobrevivir. Todo era incierto”, relata Jennifer al rememorar esos días de angustia.

Cesárea de emergencia y con pronósticos reservados

Jennifer Gaitán pudo tener contacto con sus hijas mucho tiempo después de que nacieran. Mientras ella luchaba por su vida en el área de covid, sus gemelas luchaban por sobrevivir en la Unidad de Cuidados Intensivos de Neonato. Las conoció a través de una pantalla de teléfono

“Un embarazo gemelar hace que haya dificultad en la capacidad del pulmón para poder respirar. Ella evolucionó como lo hace el covid, pero peor por estar embarazada de gemelas. Tuvimos que interrumpir el embarazo para lograr una mejoría, porque si seguía con el embarazo se seguiría complicando por el problema respiratorio y la dificultad para poderse oxigenar”, explica el doctor Fernando Mora, coordinador del área de Neonatología del Hospital Vivian Pellas, la cual cuenta con una Unidad de Cuidados Intensivos en donde se atiende a los pacientes de alta complejidad, es decir, a recién nacidos graves.

Era un caso muy complejo, un embarazo está en tiempo a las 37 o 40 semanas. Jennifer tenía solo 28 semanas, tiempo que en Nicaragua es el punto mínimo, donde se puede decir que hay viabilidad, poca mortalidad y pocas secuelas en recién nacidos, pero no había experiencia previa con una madre con covid. “Llegó a sala de operaciones ya intubada, siendo ventilada mecánicamente para poder oxigenarse, una madre en una situación de emergencia grave”, dice el doctor Mora.

Bebés lucharon por sus vidas

Las bebés aún necesitan atención y cuidados especiales, pero no tendrán problemas severos a largo plazo, que puedan afectar su calidad de vida

 A las 24 horas de haber ingresado al centro, se le practicó la cesárea y todo el equipo de neonatología se preparó con su personal médico, de enfermería, equipos ventiladores y medicamentos que serían necesarios para esperar a las bebés. Ya se sabía que saldrían con serias dificultades. No lloraron, no respiraron, presentaron problemas respiratorios severos, se les practicó maniobras avanzadas, fue necesario intubarlas y administrarles surfactante, sustancia que está ausente en los pulmones de los bebés prematuros y que es necesaria para que no colapsen.

A pesar de que fueron preparados con una sustancia que son esteroides natales que ayudan a que no ocurran tantos problemas respiratorios, fue como que no se les haya puesto nada, probablemente porque la inmunidad de la madre estaba muy afectada.

“La posibilidad de poder sobrevivir, para los recién nacidos, va siendo menor porque se hace una cesárea de urgencia a una edad gestacional que nada está preparado. Además, añadir el que son gemelares es todavía un mayor riesgo de complicaciones y de problemas en los recién nacidos”, explica el médico.

De manera que mientras un equipo médico luchaba por la vida de la madre en el área SEG o área de pacientes covid, en Neonatología luchaban por la vida de las niñas, que por su condición de prematuras tuvieron complicaciones como infecciones, neumonías, atelectasia (colapso de una parte del pulmón), entre otras, requiriendo muchos días de ventilación asistida y al suspender la intubación, un período prolongado de oxigenación.

A lo largo de dos meses y medio hospitalizadas con todos los cuidados especializados que requerían, las bebés evolucionaron de forma satisfactoria. Fueron ganando peso, tolerando la alimentación, afortunadamente no tuvieron hemorragias en el cerebro, por lo que no habrá problemas severos a largo plazo y aunque a nivel pulmonar tienen daños, mediante van ganando peso y van creando nuevo pulmón, el otro se empieza a recuperar y se va logrando hacer la función normal de los pulmones, disminuyendo los riesgos de problemas respiratorios con el tiempo, según explica el doctor Mora.

Una madre con gran fortaleza, un papá guerrero

El papá de las gemelas era sospechoso de covid, por lo que debía estar en aislamiento. Vio a sus hijas recién nacidas brevemente y después solo recibía noticias y fotografías vía teléfono. No podía visitarlas.

Alfredo Antonio Matus, jefe de Enfermería de Neonato y del área SEG o área de pacientes covid, cuenta que Jennifer fue el segundo caso que se les presentó de una mujer embarazada infectada de covid, y el más complicado porque el embarazo no había llegado a término.

“Cuando se intuba a un paciente se requiere sedación porque es un proceso doloroso e incómodo, pero no es lo mismo con una mujer embarazada porque estaba el bienestar de las bebés de por medio, por lo que la paciente tuvo que estar intubada y prácticamente despierta para no perjudicar la condición de las gemelas. Fue un manejo complicado, se aplicó sedación mínima, medicamentos para la presión, para covid, entre otros”, dijo.

“La mama presentó una fortaleza inexplicable, su recuperación fue súper importante para las bebés”, dice la doctora Quant, al contar que Jennifer conoció a sus hijas tiempo después de nacidas y por una pantalla de teléfono porque estaba en recuperación de covid y no podía verlas. Madres e  hijas luchaban por sus vidas.

Una vez recuperada del covid, Jennifer presentó otras complicaciones, como miocarditis (el músculo del corazón se inflama, el corazón se dilata y pierde la capacidad de contraerse de forma adecuada) y pancreatitis. Todo lo superó.

“Cuando conoció a las niñas estaba muy cansada, se veía muy afectada emocionalmente, no lloró desgarradoramente, pero sí se vio afectada; todavía requería oxígeno y preguntaba constantemente si las niñas estaban bien, pero bien no sería la palabra correcta. Son bebés de extremo cuidado, que nacieron con dos libras, le decíamos que estaban dentro de lo esperado, que íbamos a dar la lucha hasta el final, que estábamos haciendo todo lo humanamente posible, que el camino es largo”, relata la doctora Quant, quien se turnaba con el doctor Mora en Neonato, durante las semanas más difíciles para la vida de las niñas.

“Su papá fue un guerrero, todos los días preguntaba por ellas, le mandábamos fotos, le decíamos cómo iban, absolutamente todos los días. Él solo las conoció y ya no podía verlas más porque estaba en aislamiento por sospecha de covid. No contamos con los papás de manera presente, tuvimos un tutor legal para autorizar diversos procedimientos”, cuenta la doctora Quant.

“En su momento yo pensé que no íbamos a sobrevivir. Como madre, decía: ‘Si tengo que elegir entre mi vida y la de las niñas, prefiero que sea la de las niñas’. Nuestra familias estuvieron en momentos muy duros, tuvieron que tomar decisiones muy duras”, expresa Jennifer, quien se siente muy agradecida con el personal del hospital. “Nuestra familia está muy agradecida con la atención del Hospital Vivian Pellas, recibimos una atención de calidad, todo el cuerpo médico fue muy profesional”, dice.

Enfermería, pilar fundamental

Las enfermeras de Neonato y Maternidad del Hospital Vivian Pellas reciben entrenamiento y capacitación especializada para esas áreas. Están altamente calificadas para atender a recién nacidos graves.

En esos días difíciles, cuando el personal médico luchaba por la vida de la madre y sus bebés, una de las tareas que debió realizar Enfermería fue hacer una guía para garantizar llevarle calostro (primera leche) de la madre a las bebés, con todos los protocolos de bioseguridad porque  la madre estaba en área covid y esa leche debía llegar a Neonato sin el más mínimo riesgo. “Se hizo una guía que incluía cómo lavar los pechos, crear un campo estéril, esterilizar la bolsa de leche, cómo sacarla del área correctamente y cómo transportarla”, dice Matus.

“Enfermería ha sido un pilar importantísimo, son enfermeras que saben lo que hacen, dieron mucho y lo siguen dando”, considera la doctora Quant.

Matus indica que “el papel de Enfermería es fundamental porque se trabaja hombro a hombro con el médico. El médico indica, prescribe y hace su procedimiento; Enfermería administra medicamento, brinda los cuidados y apoya los procedimientos médicos”.

Asimismo, Enfermería cuenta con personal altamente calificado; enfermeras con la especialidad materno infantil, en neonato y maternidad,  entrenadas dentro y fuera del país, es decir que son enfermeras que saben cómo atender a recién nacidos en situaciones graves.

Personal médico satisfecho

Este diciembre recién pasado, la familia de Jennifer Gaitán y su esposo disfrutaron de una Navidad y fin de año con sus gemelas, Javiera y Alexa, en casa. La situación todavía es delicada para ellas, pero el mayor peligro ya ha pasado. “Me siento feliz. Es un sentimiento que no se puede explicar. Al ver todo lo que pasó, nos sentimos muy felices, muy agradecidos con Dios y con todas las personas que estuvieron al frente”, dice Jennifer.

“Para nosotros es un orgullo ver a una madre que se vaya para la casa con su bebé, aunque llevan ciertas condiciones, pero sabemos que en el futuro no van a repercutir en la calidad de vida de este ser humano. Es lo que siempre pretendemos: lo mínimo de secuelas y lo máximo de cura de todos los problemas que puede presentar un prematuro”, expresa el doctor Mora.

Para él, este caso tan complejo es un éxito del equipo de trabajo del hospital: médicos, personal de Enfermería, Laboratorio, Imagenología y la administración, que se encarga de garantizar que nada haga falta y si hace falta, lucha por conseguirlo. “Para nuestra institución fue un reto que se logró sacar adelante”, dijo.

La doctora Quant considera que en una situación tan difícil como esta es importante una buena comunicación del equipo de trabajo y hacer un manejo dinámico y agresivo en donde se tomen decisiones de manera rápida, oportuna y eficaz en pro de salvar vidas. “En un caso como este no podemos estar esperando o buscando lo más económico, si el niño lo necesita se le pone y en eso el hospital fue primordial porque lo que se pedía se conseguía, si necesitábamos una leche o algo en particular para la nutrición de las bebés, se conseguía y hubo ciertas cosas que se mandaron a traer fuera del país”, relata.

“Creemos que tomaron las decisiones más oportunas tratando de resguardar la vida de las tres. Si no hubiesen actuado de la manera en que lo hicieron no estuviéramos acá, nuestro desenlace hubiese sido diferente. Creemos que en otro hospital habría sido diferente. Este es el mejor hospital, cuenta con los equipos necesarios, la atención es muy buena, de calidad y sí hizo una gran diferencia”, expresa esta madre quien se considera la protagonista de un milagro y que agradece el no haber sido parte de las estadísticas de mujeres embarazadas fallecidas por covid en el país.

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