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Un adolescente recibe una dosis de la vacuna cubana Abdalá. AFP

Los nicas antivacunas que prefieren “aprender a vivir con el virus”

No son muy visibles, pero existen. Hay nicaragüenses que se oponen a la vacunación contra el Covid19 y si pudieran salir a protestar como en otros países, lo harían, dicen. “Es una dictadura sanitaria”, argumentan.

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Mientras el mundo es flagelado por la peste del Covid-19 y la vacunación avanza poco a poco para prevenir la muerte y la hospitalización de millones de personas, existen grupos de ciudadanos que se oponen a la vacuna, al uso de la mascarilla, a las restricciones y a casi todas las medidas para prevenir el contagio del virus.

A nivel mundial, a estas personas se les conoce como “negacionistas antivacunas” y en Nicaragua existen algunos. No están organizados como en países de Europa y Estados Unidos, pero de igual manera creen en las teorías de que el virus es un invento de las potencias mundiales para controlar a los ciudadanos del mundo.

“Nos mandan a vacunarnos y a encerrarnos a nuestras casas como una manera de restringir nuestras libertades. Uno piensa que es para protegernos del virus, pero lo cierto es que quieren controlarnos”, dice un joven leonés al que llamaremos “Roberto”.

Este joven de 25 años se declara como opositor a la vacunación. Usa mascarilla, pero solo para entrar a lugares donde se lo exigen como bancos, supermercados y en su trabajo. La mayor parte del tiempo, dice, “no ando con ese bozal”.

Acepta hablar con la revista DOMINGO en condición de anonimato porque “siempre que hablo de esto se burlan de mí, me dicen que estoy loco. Me hacen bullying. Pero si quiero explicar mi postura para que la gente no siga cayendo en el juego”.

Roberto tampoco se ha vacunado y no lo hará mientras no lo vea necesario, comenta, pues cree que su cuerpo puede resistir el virus por haberse contagiado una vez. Sus síntomas fueron leves y no requirió de hospitalización. “Es solo una tos, que si te la cuidás bien podés salir sano”, expresa.

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Quien sí fue hospitalizada cuando se contagió fue doña Marlin Ocampo. Ella también es opositora a la vacuna. Tiene 56 años y trabaja en una organización internacional. Estaba de viaje en Panamá por razones laborales y el 31 de agosto del año pasado tuvo que ser hospitalizada en ese país.

Mientras tanto, su esposo y sus hijos en Nicaragua también sintieron síntomas asociados al Covid-19. Al salir del hospital a mediados de septiembre, a doña Marlin le recomendaron vacunarse al menos dos meses después, pero hoy dice que “yo voy a evitar esa vacuna hasta donde pueda”.

La razón por la que se opone a la vacuna, es porque considera que no es efectiva y que los estudios médicos que se han hecho sobre las mismas no son conclusivos. Además, dice que la vacuna modifica el ADN de los seres humanos y que, en algunos años, no se sabe qué efectos tendrá la vacuna en las personas.

Doña Marlin se declara como una persona curiosa. Normalmente está leyendo artículos y revistas médicas y no le hace caso a su médico cuando le manda alguna medicina. “Aunque me la mande el doctor, yo no me la bebo hasta que yo no leo sus componentes, las acciones y las reacciones, y aunque el médico me lo haya recetado, yo soy la que decido si me la suministro”.

Existen más de 15 vacunas diferentes contra el Covid19 y el Ministerio de Salud ha informado que cuenta con al menos ocho de ellas. LA PRENSA/ARCHIVO

¿Vacunarse o no?

El epidemiólogo Carlos Quant recomienda vacunarse. Normalmente, todos los médicos y profesionales de la salud recomiendan lo mismo.

Según registros de la Organización Mundial de la Salud, existen más de 15 vacunas diferentes entre aprobadas y no aprobadas, pero que se están utilizando en todo el mundo para protegerse del virus.

En Nicaragua, el Ministerio de Salud ha optado por la Sputnik V y Sputnik Light, así como la Astrazeneca/Covishield, Pfizer, Sinopharm y los sueros cubanos Abdalá y Soberana 02.

“Ninguna es efectiva. La gente de todas maneras se enferma y hasta se muere”, comenta doña Marlin, quien tampoco cree que la vacuna funcione para contrarrestar los efectos del virus en el cuerpo.

El joven Roberto tiene una visión similar. “Si más bien te están metiendo el virus. Para eso mejor no me vacuno e igual me voy a enfermar”, dice, y considera que el tema de las vacunas es más bien una cuestión que responde al consumismo y que las potencias están interesadas en producirlas y venderlas para generar riquezas. “Es lo único que les importa, el dinero”, resalta.

Durante los picos más altos de la pandemia, los hospitales estuvieron al borde del colapso. LA PRENSA/Archivo

Hay otras teorías que Roberto menciona como la instalación de un microchip a través de la vacuna, y de la cual él no cree mucho. Más bien considera, que eso es “extremismo”. También hay personas que por cuestiones religiosas rechazan la vacunación, así como otras intervenciones médicas como transfusiones de sangre o cirugías estéticas.

Roberto cree más en la conformación de una “dictadura sanitaria que busca controlar a las personas. Que no protesten por abusos, por corrupción y demás. Aquí mismo, al gobierno le conviene mantener controlada a la gente, o ¿me vas a decir que no?”.

Efectos de la vacuna

El doctor Carlos Quant indica que las personas van a presentar síntomas relacionados al Covid19 dependiendo del tipo de vacuna que le sea suministrada. Hay dos efectos posibles. “Uno es evitar el desarrollo de la enfermedad y otro es atenuar los efectos de la enfermedad”, explica.

Estos efectos pueden ser fiebre, dolor de cabeza, fatiga, dolor muscular y en algunos casos, diarrea o dolores estomacales, pero esto no quiere decir que la persona esté contagiada con el virus.

Quant indica que no es la primera vez que una pandemia se enfrenta con vacunas que desatan algún tipo de síntoma y pone como ejemplo a la viruela, que llegó a ser la primera causa de muerte en Europa y se erradicó con la vacuna.

“Lo mismo sucede con el sarampión, que es posible que las personas desarrollen síntomas leves y otras que no”, indica el especialista.

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El objetivo de las vacunas contra el Covid-19 no es necesariamente impedir la infección, aclara Quant. “Te podés infectar, pero tiene dos objetivos fundamentales. Uno es evitar formas graves y evitar el hospital, y el otro es evitar la muerte”.

Los efectos de la vacuna son una de las causas por las que doña Marlin prefiere no vacunarse. Ella dice que no tiene temor en volver a contagiarse o ponerse grave de salud nuevamente. “Honestamente, yo pienso que el Covid19 necesita mucha atención, mucha fe y mucha oración”, considera.

“Hay que aprender a vivir con el virus”

De acuerdo a Roberto, no son muchos los nicaragüenses que visiblemente se oponen a la vacunación por miedo a la estigmatización y a las burlas, pero afirma conocer a muchos que están en contra de la vacuna.

Contrario a otros países, en Nicaragua no se ven protestas antivacunas como en Holanda, Bélgica, Estados Unidos o en Alemania, en donde la policía ha llegado a frustrar el intento de asesinato del primer ministro regional de Sajonia, Michael Kretschmer, el pasado mes de diciembre, por personas que se oponen a las restricciones.

La policía encontró armas de fuego y ballestas a seis personas que se coordinaban en un canal de Telegram para presuntamente asesinar al primer ministro de ese estado federado de Alemania. Días atrás una treintena de personas antivacunas se concentró frente a la casa de la ministra de sanidad, Petra Köpping, portando antorchas.

“Es que en Nicaragua ni protestar se puede. Aquí ya sabemos lo que pasa si uno sale a protestar, pero si se pudiera, ahí mirarías al montón de gente contra la vacuna”, indica Roberto.

El joven no se ha vacunado y en su trabajo no se lo han exigido. El teletrabajo le ha dado esa ventaja, comenta, pero a doña Marlin si la han presionado para que se vacune porque viaja fuera del país constantemente.

Dice que su superior le ha dicho que si no se vacuna no va a poder viajar y ella le responde: “Pues entonces no viajo”. A esta mujer, la pandemia le ha enseñado que se puede trabajar desde casa y las reuniones que sostiene en el exterior, puede hacerlas desde plataformas digitales.

Contrario a Roberto, doña Marlin sí está de acuerdo con el uso de la mascarilla y el alcohol gel. Dice que es mejor cuidarse, comer sano y evitar contagiarse, pero no vacunarse. “Aunque andés vacunado, tenés que usar la mascarilla, lavarte las manos frecuentemente. Si no hacés eso, igual te podés contagiar”, expresa.

Doña Marlin saca sus conclusiones a partir de la experiencia de personas cercanas a ella, de quienes cuenta que se han vacunado con las dos dosis de Astrazeneca y de igual manera se han contagiado con el virus. “Estuvieron graves y posteriormente desarrollaron diabetes y presión alta (hipertensión)”, cuenta e insiste, “no voy a vacunarme”.

Llegada de 800 mil dosis de la vacuna Sinopharm a Nicaragua provenientes de China. Los antivacunas ven con hermetismo estas entregas. Foto tomada de El 19 Digital

Roberto, por su parte, no propone nada para mitigar los efectos del virus. “Hay que aprender a vivir con él a como otras enfermedades como la tuberculosis, el SIDA y otras que andan por ahí y que hemos aprendido a vivir con ellas”, argumenta.

El joven piensa que entre más rápido la población se acostumbre a vivir con el virus, más pronto se volverá “a la normalidad”.

Por otro lado, el doctor Carlos Quant considera que debe haber un programa amplio por parte del Ministerio de Salud, las autoridades, médicos y sociedad civil para sensibilizar y educar a la población sobre los efectos del virus y los beneficios de las vacunas, y de paso, desmentir los mitos alrededor de las mismas.

“La educación tiene que estar orientada en las cosas positivas que se pueden lograr con la vacunación”, indica el epidemiólogo.

En países donde los movimientos antivacunas son más visibles, se ha llegado a imponer la vacunación obligatoria, o a prohibir la entrada a restaurantes, bares, cines, y otros sitios públicos si la persona no está vacunada.

Posibles fuentes de variantes

El doctor Carlos Quant advierte que las personas no vacunadas podrían ser potenciales fuentes de variantes del Covid-19. “El virus tiene una alta capacidad de mutación en las personas que no se vacunan. Estas personas pueden ser una fuente para nuevas variantes”, indica Quant.

El epidemiólogo pone de ejemplo a países de África cuyos niveles de vacunación son los más bajos a nivel mundial.

“Ese era un temor que nosotros teníamos por las tazas bajas de vacunación” en Nicaragua, dice Quant, seguido a que no se han implementado medidas para contrarrestar el virus. “Podemos ser fuente de nuevas variantes”, asegura.

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COMENTARIOS

  1. Hace 2 años

    Que tristeza hoy en día con tanta tecnología e información disponible existan unas pocas personas que por ignorancia y creencias absurdas estén afectando a la mayoría de la población al no vacunarse. Tantas teorías que han inventado y realmente no ven el beneficio que les han hecho las vacunas que previamente han recibido a lo largo de su vida. Mientras existan personas que desinformen y actúen de esa manera, seguirán apareciendo nuevas variantes y no se acabará la pandemia. En muchos casos, hasta tergiversan los versículos de la biblia para fundamentar su negación a vacunarse. Hasta que la realidad no les afecte en su núcleo familiar, no tendrán conciencia del error que están cometiendo.

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