Este domingo, en unas elecciones regionales en las que solo participó el 40% del registro electoral, la oposición de Venezuela evidenció su crisis y el chavismo confirmó su poderío.
De las 23 gobernaciones en disputa, el partido de gobierno se impuso en 20, mientras que los partidos de oposición ganaron en 3 estados, dijo el presidente del Consejo Nacional Electoral, Pedro Calzadilla.
El funcionario añadió que en la alcaldía de Caracas también ganó el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Los datos sobre las demás elecciones, en 334 alcaldías y cientos de consejos locales, no fueron anunciados en el primer boletín, dado a conocer a la media noche del domingo.
Las regionales y municipales del 21 de noviembre fueron las primeras elecciones en 4 años en las que participaron la mayoría de las fuerzas opositoras, que boicotearon anteriores comicios por supuestas faltas de garantías.
La elección contó con la observación de varios entes internacionales, entre ellos las Naciones Unidos y la Unión Europea, y se produjo después de una inédita renovación de los directores del CNE buscando mayor transparencia.
Las elecciones no contaron con el voto de los venezolanos en el exterior, unos 4 millones de personas —en un registro de 20 millones de electores— que, en principio, son una fuerza clave para la oposición.
Durante la jornada se reportaron dos muertos y dos decenas de heridos en sucesos supuestamente relacionados a los comicios.
Aunque hubo innumerables denuncias de irregularidades que supuestamente favorecían al oficialismo, los rectores del CNE aseguraron que hubo un avance respecto de comicios anteriores en términos del equilibrio, la trasparencia y el respeto del voto libre y seguro.
Una oposición en crisis
“Las elecciones le pasaron factura a los errores de la oposición”, dice Daniel Pardo, enviado especial de BBC Mundo a Caracas.
“Porque perdieron músculo electoral en 4 años de no participar, anunciaron la participación demasiado cerca de la fecha de la contienda y llegaron a la misma divididos y peleados”.
A eso se añade que una parte de la oposición, aquella liderada por Leopoldo López y Juan Guaidó, llamó a sus adeptos a no participar.
“En un país donde las encuestas registran que el 20% de la población rechaza al chavismo, los fracasos de la oposición no solo se explican por los ventajismos en el tablero electoral, sino también por los errores dentro de su colectivo”, concluye Pardo.
Henrique Capriles, excandidato presidencial y figura clave en la vuelta de la oposición a la contienda, celebró la participación de casi 9 millones de venezolanos y aseguró que “una vez se tengan resultados totales por estados y municipios y la suma nacional haremos el necesario balance que corresponde”.
Manuel Rosales, gobernador electo en el estado de Zulia, el más poblado del país, dijo: “Hoy quedó demostrado que el Zulia es tierra de hombres y mujeres aguerridos, pujantes y defensores de la libertad. Zulia, pueblo heróico hoy ganó la democracia y triunfó el compromiso. ¡Ganó la esperanza!”
“Producto del trabajo perseverante”
Por su parte, el presidente, Nicolás Maduro, dijo tras las elecciones: “Llamo a todos los representantes de las organizaciones políticas a respetar los resultados y tiendo mi mano al diálogo político y a la reunificación nacional”.
El mandatario añadió que “hemos ganado 21 entidades, incluyendo Caracas, buena victoria (…) esto es producto del trabajo perseverante y de llevar la verdad con rectitud a todas las comunidades”.
La campaña del oficialismo se enfocó en logros como reducir la tasa de homicidios y haber solventado la escasez con una dolarización de facto.
Sin embargo, la economía de Venezuela es hoy una tercera parte de lo que era hace 5 años, la producción petrolera ha decaído y la hiperinflación ha generado una desigualdad inédita en la historia del país.
Maduro también se refirió a las sanciones por cargos de corrupción y violación de derechos humanos impuestas por Estados Unidos a funcionarios de su gobierno. “Nosotros hemos creado conciencia y seguiremos rectificando lo que debemos rectificar“, dijo Maduro.
Las elecciones regionales, además de renovar poderes locales, se habían convertido simbólicamente en un relanzamiento de la llamada “oposición moderada” y en una medición de fuerzas de cara al proceso de negociación entre el gobierno y la oposición en México, donde se espera una reanudación de conversaciones en enero.