Widman Talavera habla con mucha madurez para sus 18 años. Solo piensa en cómo mejorar cada día para consolidarse en el Real Estelí, dar el salto al futbol internacional y ayudar a su familia, que depende económicamente del trabajo como maestro de obra de su papá (Pablo). “Me gustaría ser un sustento más fuerte para mi familia”, señala el muchacho del barrio Omar Torrijos, de Estelí, quien el sábado marcó dos goles decisivos para dejar solo al Tren del Norte en el liderato de la Liga Primera.
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Aunque nunca le faltó lo básico para vivir, creció con mucha escasez y con la ayuda que recibe como jugador juvenil ha cambiado poco a poco su realidad. “Le doy parte de mi pago a mi mamá Juana María para que compre algo de la comida o medicina para mi abuela Jesús y el resto me lo dejo para mis cosas”, afirma el delantero, cuyo anhelo es darle mayor estabilidad económica a su familia si continúa abriéndose paso en el primer equipo.
“Mi deseo es reconstruirle la casa a mi mamá. Por delante se mira bien, pero la verdad necesita ser reparada. Por eso trabajo duro para seguir mejorando y consolidarme. Sé que estos son los primeros pasos y que de momento no he hecho nada, pero si continúo por este camino todo eso vendrá con el tiempo y la ayuda de Dios”, señala Widman, a quien además le gustaría poner una venta de comida porque sabe que la carrera del futbolista puede ser corta.
Talavera es el juvenil más utilizado por el técnico mexicano José Trejo, quien le ha dado 158 minutos de 360 del torneo. “Me dijo el sábado que creía en mí, que creía que iba a hacer algo en el partido, que jugara sencillo y libre, regateando donde tuviera que hacerlo, que no me regañaría. Fueron importantes sus palabras porque me brindó su confianza y me motivó”, dijo el esteliano, quien espera seguir siendo útil con goles o asistencias en el primer equipo o la juvenil para terminar campeón.