María Josefina Gurdián, conocida como Pinita Gurdián, viuda del exministro de Vivienda durante la revolución sandinista, Miguel Ernesto Vijil, publicó una carta en la que denuncia los secuestros o “desapariciones” de su hija Ana Margarita Vijil y su nieta Tamara Dávila, a manos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En la carta, Gurdián se queja de que el régimen no ha permitido que sus descendientes sean vistas ni por la familia ni por la abogada.
“Queridos amigos y amigas: Estoy fuera de Nicaragua desde el dos de este mes (de junio de 2021). En Nicaragua no tenemos un Pet Scan. Examen que debo hacerme anualmente por mi problema del cáncer. Todavía estoy sufriendo los destrozos que las quimioterapias causan al organismo. Y aquí, de lejos, me ha tocado vivir el encarcelamiento de mi hija y mi nieta. Hasta el momento no sabemos cómo están. No permiten que nadie las vea, ni su abogada. Para todo fin, mientras no las podamos ver, su estado legal es de desaparecidas. Tampoco permiten pasarles comida sólida, solamente permitieron pasar artículos de higiene, agua y galletas”, escribió Gurdián.
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Gurdián habla sobre la gran angustia que está viviendo por la situación y de cómo ha encomendado la seguridad de Vijil y de Dávila a Dios y a los seres queridos que ya han fallecido, como su propio esposo y el padre Fernando Cardenal, guía espiritual, así como de monseñor Arnulfo Romero.
“Como se pueden imaginar mi angustia es grande. Por medio de prisioneras anteriores nos damos cuenta de torturas sicológicas y hasta violaciones. A veces aislamiento completo y terribles condiciones carcelarias. Pero las he puesto en las manos misericordiosas de Dios que es Padre y de los ángeles que estoy segura las acompañan: Fernando Cardenal, Miguel mi marido y de Irving y Sadie, padre y madre de Tamara y por supuesto de San Romero. Eso me ha proporcionado una gran paz. Sé que la motivación de ellas siempre ha estado movida por el amor”, escribió Gurdián.
En el resto de la carta, Gurdián explica que sus familiares desaparecidas “han levantado su voz para denunciar las injusticias. Reclamar sus derechos. Todo en resistencia pacífica”. “Han decidido ser la voz de aquellos a quienes no escuchan, los que no cuentan. Los descartados de la sociedad”, indica.
Ana Margarita Vijil, expresidenta del MRS, hoy Unamos, fue detenida el domingo pasado, 13 de junio, en su casa, junto con la comandante guerrillera Dora María Téllez; mientras que Tamara Dávila fue arrestada un día antes, cuando estaba en su casa con su niña de 4 años de edad.
Desde entonces, sus familiares solo saben que una jueza les decretó 90 días de arresto, pero no han sabido más de ellas.
La carta fue publicada en la web Religión Digital, cuyo director es José Manuel Vidal. El escrito va comentado por el teólogo José Ignacio González Faus, quien dice: “Conozco bastante a la autora (Pinita Gurdián); es una cristiana ‘de chapeau’. Yo les llamaba la familia Zaqueo: de situación bien acomodada, se pusieron totalmente al lado de la revolución sandinista en el 79. El marido de ella (Miguel Ernesto Vijil) fue ministro de vivienda”.
Relación familiar
María Josefina Gurdián Mántica, Pinita, quien nació en León en abril de 1944, es la madre de Ana Margarita Vijil, a quien procreó con Miguel Ernesto Vijil Icaza, quien falleció en mayo de 2013.
Pinita también es abuela de Tamara Dávila.
Tamara Dávila es hija del excoronel del ejército sandinista Irving Dávila Escobar y la exguerrillera matagalpina Sadie María Rivas Reed.
Sadie Rivas murió en un accidente de tránsito en septiembre de 1999 y el excoronel Dávila se casaría luego con la doctora en educación María Josefina Vijil Gurdián, hija de Pinita y hermana de Ana Margarita. Por eso, Pinita considera a Tamara como su nieta. Y por eso también Tamara es considerada sobrina de Ana Margarita Vijil.
La madre biológica de Tamara, Sadie Rivas, fue una destacada combatiente del FSLN en Matagalpa en la lucha contra Somoza. Le apodaban “la Chela” y también “Marííta”. La madre de Sadie, Mirna Reed, también luchó contra Somoza.