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CONTENIDO EXCLUSIVO.Antes de que entrara en vigencia el brutal ajuste fiscal, la canasta básica —conformada por 53 productos y diseñada para dos adultos y tres menores—, se cotizaba en febrero en 13,414.7 córdobas, dos años después esta alcanzó en marzo del corriente año los 15,036.7 córdobas, es decir un alza acumulada de 1,622 córdobas, lo que implica un aumento del 12 por ciento, según datos del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide).
El 28 de febrero de 2019 el régimen de Daniel Ortega decidió poner en marcha una reforma fiscal en la que eliminó la exoneración y exenciones a varios productos de la cesta familiar, pese a que los diputados orteguistas aseguraron que el paquetazo tributario no afectaba a “los más pobres”. En ese mes, Wálmaro Gutiérrez, presidente de la Comisión Económica de la Asamblea Nacional, calificó de “tapazos” las advertencias de los analistas de que el costo de la canasta básica se iba a incrementar y retó a la oposición a que demostrara ese efecto.
Aunque los legisladores atacaron a los que alertaban del impacto de la reforma en la comida de los nicaragüenses y aseguraron que los bienes de primera necesidad de la canasta iban a ser protegidos, incluidos aquellos productos que se venden en los supermercados, lo cierto es que dos años después es evidente que el régimen mintió.
Un aumento de la carestía de la vida que se puede observar en los mismos números que las instituciones económicas divulgan mes a mes, aunque hay analistas que advierten que el alza puede ser mayor de lo que reflejan las cifras estatales, mientras el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio intenta disimular esos incrementos anunciando cada semana que los precios de los alimentos están estables.
Pero los números no dan margen a las equivocaciones. Hasta marzo de 2021 la cesta alimenticia sumaba 10,130.22 córdobas, 1,307.37 córdobas más que en febrero del 2019, un mes antes que entrara en vigencia la reforma fiscal. Es decir que de los 1,622 córdobas que ha subido la canasta, el 80.6 por ciento ha sido en el segmento de los alimentos.
La canasta alimenticia está dividida en carnes, cereales, perecederos, lácteos y huevos, y lo básico del alimento (arroz, frijoles, azúcar y aceite) de los hogares. De esos cinco segmentos, casi todos se vieron afectados con la reforma, ya sea directa o indirectamente, y la situación empeora porque en el 2021 esta se ha visto influenciada de forma negativa por los altos precios de los combustibles.
Por ejemplo, con la reforma se gravó las materias primas o insumos que se usan en la elaboración de varios productos terminados o industrializados, entre los que figuran: arroz, azúcar, carne de pollo, leche líquida e íntegra, aceite comestible, huevos, café molido, harina de trigo, pan simple y pinolillo, y que hasta febrero del 2019 estaban exentos, lo que permitía hacer más accesible cada uno de estos productos.
Para dar una idea, en febrero del 2019 por siete litros de aceite — lo que se asigna como cuota dentro de la canasta básica para una familia conformada por cinco personas—, se pagaban 240.03 córdobas y en marzo se requerían 391.23, es decir que ahora los nicaragüenses desembolsan 151.2 córdobas más (un 62.9 por ciento) para comprar este producto clave en la cocina.
De igual forma pasó con el arroz. Según datos del Inide una familia necesita 38 libras de arroz al mes, eso significaba antes de la reforma 497.04 córdobas, dos años después alcanzó los 549.86 córdobas, un 10.62 por ciento más.
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Asimismo la leche, que está dentro de las bebidas no alcohólicas que fueron gravadas, hoy se compra más cara que hace dos años. Según la tabla nutricional del Inide una familia consume un litro de leche por día, 30 al mes, eso antes de la reforma significaban 851.70 córdobas y hasta la última actualización en marzo llegó a 953.10 córdobas, un 12 por ciento más.
El pan simple es otro de los alimentos que no falta en el desayuno, este incrementó un 21.6 por ciento en dos años, sin incluir que ahora las presentaciones son más pequeñas por el mismo valor. Los insumos para elaborar este alimento fueron gravados, pero se mantuvo libre de impuestos el pan dulce tradicional.
Cabe mencionar que estas alzas ocurrieron en un contexto de rebaja en la tasa de deslizamiento del córdoba frente al dólar, la que ha pasado de cinco por ciento hasta octubre del 2019 a dos por ciento desde noviembre del año pasado, lo que indicaría, entonces que el efecto del deslizamiento es menor en los precios de estos productos, que reportan un aumento mayor al 10 por ciento en el periodo analizado.
Reforma tuvo un efecto en cadena
El economista Luis Murillo explica que la reforma tributaria tuvo un impacto fuerte en el costo de la canasta básica, por efecto directo y de encadenamiento de la producción.
“Hay algo que se llama el encadenamiento productivo, es decir que aunque un producto no fue gravado si en el encadenamiento hubo un aumento al final el producto se va a ver afectado, por ejemplo para producir arroz se tiene que importar la maquinaria, que fueron gravadas por la reforma tributaria, entonces al final el sobrecosto se le traslada al producto”, manifestó.
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El economista Maykell Marenco manifestó que la reforma fiscal tuvo un efecto devastador en el poder adquisitivo de las familias.
“La canasta básica mantenía una tendencia al alza precisamente por el tema cambiario, pero lo que estamos viendo ahorita fue propiciado por la reforma tributaria, el precio de los combustibles y otros factores exógenos. Lamentablemente estos ajustes se hicieron en medio de una recesión económica que deterioró aún más el poder adquisitivo de las familias”, dijo Marenco.
Productos del hogar y vestimenta
El otro segmento de la canasta básica, denominado usos del hogar, donde están todos los productos de higiene personal también se vio afectado por la reforma. Los diez productos de esta categoría fueron gravados y dos años después el impacto es notorio.
En febrero del 2019 se requerían 2,924.47 córdobas para comprar estos bienes, pero en marzo de 2021 alcanzó los 3,161.68 córdobas.
Y es que el régimen de Daniel Ortega decidió clavar con impuesto la producción nacional de bienes de uso para el hogar como papel higiénico, jabones de lavar y para baño, detergente, pasta dental y cepillo dental, desodorante, escoba, cerillos o fósforos y toallas sanitarias.
Por ejemplo, al mes un hogar necesita 12 unidades de jabón para lavar ropa, eso significaba 158.88 córdobas al mes, ahora son 203.18 córdobas, es decir que ha aumentado un 27.88 por ciento.
El papel higiénico también se encareció, puesto que antes de la reforma los 10 rollos costaban 124.99 córdobas, ahora cuestan 167.61 córdobas.
Además la pasta dental por unidad acumula un aumento de siete córdobas y al mes se necesitan dos; la escoba subió 18 córdobas, el jabón de baño por unidad subió 5.45 córdobas y al mes se necesitan 4, es decir el hogar está pagando 22 córdobas adicional cada mes.
La bolsa de toallas sanitarias incrementó 9.4 córdobas y al mes por lo menos se necesitan dos paquetes por mujer; el desodorante por unidad subió 10 córdobas y al mes se necesitan dos, según la asignación oficial en la canasta básica.
Vestirse es más caro
También vestirse ahora es más caro. Antes de la reforma para comprar todos los productos de vestimenta se requerían 1,667.37 córdobas, ahora se necesitan 1,744.61 córdobas, según reflejan los números del Inide.
Tras la reforma, la producción nacional de “pantalones, faldas, camisas, calzoncillos, calcetines, zapatos, chinelas, botas de hule y de tipo militar con aparado de cuero y suela de hule para el campo; blusas, vestidos, calzones, sostenes, camisolas, camisolines, camisetas, corpiños, pañales de tela, y ropa para niños perdieron la exención del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Salarios insuficientes y tendencia alcista
De hecho el incremento de la canasta básica hasta marzo, que supera los 400 córdobas solo este año, prácticamente redujo a cero el ajuste salarial en la paga mínima aprobado por el Mitrab en nueve actividades económicas.
Al respecto el economistas Róger Arteaga es enfático al señalar que el Gobierno no ha dado los pasos necesarios para “corregir esta distorsión”. De continuar por este camino, el pronóstico del especialista es que la canasta básica va a superar por mucho su valor actual.
Además, “el continuo aumento en los precios de los combustibles, una variable transversal que toca a todos los sectores de la economía en especial a los 53 productos de la canasta básica, hace que el incremento salarial quede en nada”, señala el economista.
La última actualización del promedio del salario real de un trabajador formal llegaba apenas a 4,376 córdobas. Lo que quiere decir que para completar toda la canasta básica se necesitarían más de tres salarios promedio reales. La cesta está diseñada para dos personas asalariadas.
El salario real es la capacidad de compra que tiene un trabajador con la cantidad de dinero que le queda cada mes, tras descontarse del salario nominal el impacto inflacionario, impuestos y cotizaciones.
(Con la colaboración de Angélica Martínez)