El expresidente costarricense Luis Guillermo Solís indicó que la testarudez por parte del régimen de Daniel Ortega se refleja en la naturaleza criminal con que actúa. “No quieren hablarnos, no quieren dejarse hablar y eso desafortunadamente también se está viendo con Venezuela, y un sistema internacional con muchas dificultades de hacer algo más que denunciar, que señalar la naturaleza criminal del régimen de Nicaragua”, afirmó.
Calificó la situación política de Nicaragua como “incombustible” debido a la negligencia del régimen de Daniel Ortega de escuchar las peticiones de la comunidad internacional para reencauzar el país hacia la senda democrática.
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“Habiendo aprendido el régimen la lección que se llevó en 1990 cuando las elecciones que llevaron a la Presidencia a doña Violeta (Barrios), poniéndole fin a la primera dictadura de Daniel Ortega y habiendo adoptado el lema de la Revolución cubana —que ahora también funciona en Venezuela y pareciera en otros países— de que resistir es vencer, eso nos lleva a una situación de un régimen que es incombustible”, valoró Solís.
El exmandatario costarricense participó este jueves en un foro sobre la crisis nicaragüense, organizado por la Fundación Arias para la Paz y el Progreso de Costa Rica.
Solís agregó a renglón seguido: “Yo he visto pocos regímenes en Centroamérica, y lo digo profesionalmente como historiador, que hayan sido tan señalados de manera contundente por informes internacionales, no por cualquier cosa, sino por crímenes de lesa humanidad, ya dos informes que son absolutamente condenatorios y clarísimos respecto a ese tema, y regímenes además que parecieran no estar dispuestos siquiera a admitir la pertinencia de la opinión internacional respecto de su situación interna”, aseguró.
Llamado a unidad opositora
Solís, quien actualmente se desempeña como director interino del Centro Kimberly Green para América Latina, externó también un llamado para que los grupos opositores en el país se constituyan realmente en una opción sólida de cara a las elecciones del próximo 7 de noviembre.
“El peso de la prueba, si vamos a utilizar esa expresión tiene que pasar por la unidad de la oposición en Nicaragua, independientemente de cualquier situación que tengamos a la vista, lo cierto es que el factor determinante me parece a mí para lo que viene es encontrar un punto de unidad en las fuerzas opositoras, una unidad que no puede ser de mala calidad, tiene que estar muy bien argumentada, muy bien fundada, que haga posible ese factor que es el de la interlocución desde la oposición sea sólido y sea creíble”, aseveró Solís.
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El exmandatario que gobernó en el período 2014-2018 dijo además que la comunidad internacional debe continuar presionando para que en Nicaragua se den cambios reales al sistema electoral antes de los comicios de noviembre, pero también debe haber una corresponsabilidad por la ciudadanía nicaragüense.
“Esta articulación de fuerzas tiene que trabajar muy bien en todos los diferentes sentidos. Tiene que trabajar muy bien la política de los Estados Unidos con la de la Unión Europea, tienen que trabajar muy bien los opositores de Nicaragua entre sí. Tenemos que acompañar desde los órganos multilaterales, Naciones Unidas, OEA, tenemos que hacer las gestiones de buenos oficios entidades que generalmente trabajan muy bien fuera de las luminarias, pero todos tenemos que estar trabajando para lograr esa interacción positiva, virtuosa de los diferentes esfuerzos para llevar a buen término las próximas elecciones, que no haya violencia y que haya espacios para la participación”, argumentó Solís.