Dentro de la zona marítima de 44,157 kilómetros cuadrados que el régimen de Daniel Ortega declaró como Reserva de Biósfera del Caribe Nicaragüense el pasado 28 de enero, existen áreas que el régimen —a través del Ministerio de Energía y Minas (MEM)— ha puesto a disponibilidad para ser concesionadas para la explotación de hidrocarburos, informó este jueves el ingeniero Víctor Campos, Director del Centro Humboldt.
“En la parte nicaragüense, o sea que dentro del área decretada como reserva, hay áreas que, al buscarlas, uno encuentra de que son áreas que están disponibles para entregar concesiones de hidrocarburos”, expuso Campos a través de una conferencia de prensa.
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“Es contradictorio que si estamos tratando de hacer una reserva de biósfera en el Caribe, a la par estemos ofreciendo desde los ministerios en Managua estos territorios para explotación de hidrocarburos”, cuestionó el director del Centro Humboldt.
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Para el Centro Humboldt, conviene de forma inmediata desincorporar las concesiones petroleras de la Reserva de Biósfera del Caribe. “O vamos a reservar o se va a explotar petróleo, o sea son dos cosas que son incompatibles en un medio continuo como el marítimo”, cuestionó Campos.
Agregó que ya hay una concesión entregada al sur de la reserva por parte del Estado nicaragüense, por lo que Campos considera contraproducente “de que se entregaran estos territorio si el propósito del país es casualmente conservarlo”.
Reserva del Caribe invade Seaflower
De acuerdo con el Centro Humboldt, la extensión marítima de la Reserva de Biósfera del Caribe Nicaragüense es significativa y equivalente a un 39 por ciento de la superficie continental del país, que representa aproximadamente la superficie de las Reservas de Biósfera Bosawas y Río San Juan juntas.
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No obstante, señalaron que la declaración de esta nueva reserva “se superpone a la Reserva de Biósfera Seaflower, la cual cuenta con el reconocimiento internacional otorgado por la Unesco”. Según estimaciones del ingeniero Víctor Campos, la nueva reserva nicaragüense invade entre un 40 y un 50 por ciento de la Reserva Seaflower.
No obstante, Campos descartó que haya un nuevo litigio internacional entre Nicaragua y Colombia por declarar parte de la Reserva Seaflower como Reserva de Biósfera del Caribe, por estar dentro de los límites concedidos a Nicaragua por La Haya.
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Sin embargo Campos señaló que existe una demanda de Nicaragua “que casualmente se está moviendo” donde se pide la extensión de la plataforma marítima que ya fue reconocida por la CIJ más hacia al este. “O sea, seguir más de las 200 millas náuticas sobre esa aparte del territorio. Eso está en proceso dentro de la Corte”, indicó.
Por otra parte, el Centro Humboldt expuso entre sus consideraciones que la Reserva de Biósfera del Caribe también se superpone nacionalmente a la Reserva Biológica Marítima Cayos Miskitos, “de la cual se desconoce actualmente su condición legal, tras la aprobación de esta nueva ley”.
Marena sin capacidades técnicas
Entre las consideraciones del Centro Humboldt sobre el tratamiento de esta nueva reserva de biósfera están que es el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) a quien le corresponde la administración de este territorio. Sin embargo, señalaron que el debilitamiento del Marena para manejar estos más de 44 mil kilómetros cuadrados de reserva le quitan capacidad para atenderla de forma adecuada.
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“Nos parece que el Marena ha estado debilitado, con muy poco financiamiento, este año la aprobación del financiamiento fue menor que en el año 2007 por ejemplo en términos nominales, entonces a una institución como esta, entregarle además de lo que ya tiene como responsabilidad, 44 mil kilómetros cuadrados para su administración es realmente un reto y seguramente habrá que reforzarlo desde un punto de vista presupuestario y capitalizar desde el punto de vista técnico y humano”, manifestó Campos.
Recomendó que se realice un diagnóstico social ambiental y económico que permita conocer el estado de la zona, pues considera que “los estudios que se han hecho en esta zona han sido por parte de Colombia”.
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También señalan que se deberían “dotar de capacidades técnicas y operativa al Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales, de manera que garanticen la protección y conservación de dicha Reserva de Biósfera”, señala el Centro Humboldt. Además considera que se debe elaborar un Plan de Manejo de la Reserva de Biósfera de conformidad con la ley, mismo que debe ser conocido por la ciudadanía nicaragüense.