Lo que antes era una playa de arena blanca, limpia, adornada con palmeras y botes que se orillaban repletos de pescados, actualmente es un basurero apestoso que crece y donde pululan cerdos y chompipes que sortean troncos de árboles caídos, charcos podridos donde se mezcla agua de mar, agua residual y heces de animales. De fondo el zumbido molesto de las moscas y chayules.
Pobladores del barrio El Muelle, que se ubica a pocos metros de la playa, aseguran que esas toneladas de basura las arrojó el mar con el paso de los huracanes Eta e Iota, en noviembre de 2020, y desde esa fecha las autoridades correspondientes no se han interesado en limpiar. Por el contrario la cantidad de basura ha aumentado porque la misma gente ha contribuido en ello, la costa poco a poco se ha convertido en un basurero.
Junior Watson recuerda que antes que los ciclones impactaran aquí, la playa de Bilwi «era bonita, limpia, aquí no había basura», pero la fuerza de las olas y vientos, que arrasó con todas las viviendas, sacudió el lugar y primero dejó el desorden, pero a medida que los pobladores iban levantando sus casas o champitas, la basura la fueron arrastrando también en la orilla del mar.
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«Cuando pasó el huracán todo mundo comenzó a componer sus casas y sacaron la basura en la playa, la gente limpia su patio y tira la basura para que las olas se la lleve, pero es difícil, es demasiada basura, y a la gente no le importa, más bien agarraron la playa como basurero. Con el paso del huracán de todas las casas que cayeron aquí quedaron las maderas viejas», sostuvo Watson.
Alcaldía sorda
Otra ciudadana, que se identificó solo como Teresa, sostiene que en reiteradas ocasiones los habitantes del barrio El Muelle han solicitado a la Alcaldía de Bilwi que mande camiones a retirar la basura, sin embargo el esfuerzo ha sido en vano. Y ella justifica que ante la falta de interés de las autoridades, no tienen otra alternativa que tirar los desechos en el mar.
«Aquí (en el patio) había bastante basura, pero mirá, nosotros limpiamos, no somos perezosos porque no nos gusta la basura ya que hay bastantes niños que se pueden enfermar. Hemos llamado para que se la lleven, pero nada, más bien la gente de arriba trae más basura», declaró la joven misquita.
María Francis refiere que los camiones recolectores de basura posiblemente no han entrado porque la calle que conecta con el muelle de Bilwi está aún en proyecto de adoquinado, «por eso casi no entran carros, mucho menos el camión de la basura, ¿entonces dónde podemos botarla? ¡Aquí!», planteó la ciudadana.
Brote de enfermedades
David Hodson reconoce que hay responsabilidad de la población al contribuir en la acumulación de desechos, pero que es también deber de las autoridades es mantener limpia la zona. Además agrega que ese basurero ha propiciado enfermedades en niños y adultos. «Ahorita hay un niño que está enfermo por el mismo problema, porque de tanta basura y el charco, de eso salen los zancudos y salen las enfermedades”.
La epidemióloga Zoyla Castro, de la Unidad Médica Nicaragüense (UMN), alertó que este escenario trae consigo procesos infecciosos como enfermedades diarreicas, problemas gastrointestinales y leptospirosis. La especialista aseguró que las moscas son uno de los principales vehículos o vectores que ocasionan trastorno en los niños y adultos.
«En este caso vamos a ver diarrea, incluso problemas respiratorios porque esta basura con el viento se va a trasladar a todas estas casas que estén cerca y las personas se van a enfermar con problemas gastrointestinales con solo el hedor que eso produce. Lo ideal es eliminar esos basureros ilegales», alertó la epidemióloga.
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La médica detalló que debido a que se trata de un problema social, todos los sectores estarían expuestos a enfermarse. «Los niños, las personas de la tercera edad, las mujeres embarazadas, todos son vulnerables», plantea Castro.
Muelle sigue dañado
El muelle de Bilwi, después de tres meses que ocurrió el desastre natural sigue severamente dañado. Sigue partido a la mitad, pese a que el comercio y las embarcaciones se comenzaron a activar. Con el paso de Iota, a unos 600 metros al sur del muelle, en la costa, quedó un trozo de unos 6 metros cuadrados de esta misma estructura, mientras que a otros 800 metros estaba otra pedazo, pero a orillas del mar.
Según el relato de los los pobladores, cuando ocurrió eso, la gente aprovechó para tomar los pedazos desprendidos del muelle de Bilwi para desarmarlo y extraer la madre, para utilizarla en la reconstrucción de sus viviendas.
Calle del muelle adoquinada
Uno de los avances que se registra en el muelle de Bilwi, es el proyecto de adoquinado que se encuentra en su etapa final. La obra pretende abarcar unos 300 metros que va desde la entrada del muelle donde atracan las embarcaciones hasta el punto conocido como el triángulo.
«Este proyecto cuenta con un financiamiento de C$ 3,000,000.00 (Tres millones de Córdobas). El clamor de transportistas y pobladores para atender esa importante vía ha sido una constante ante su pésimo estado», reza una publicación de un medio oficialista de Bilwi.
A tres meses del paso de los dos potentes huracanes la ciudad de Bilwi intenta levantarse. En las principales vías el comercio está activado, las viviendas fueron restauradas, la energía eléctrica fue restablecida. Por ahora, los más vulnerables y que están padeciendo de agua y comida son los pobladores del barrio El Muelle. Eta e Iota los dejó en la calle y por ahora se encuentran en el olvido, nadie les brinda ayuda y sobreviven de lo poco que les puede dejar el trabajo en la pesca.
