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CONTENIDO EXCLUSIVO.Aunque el Sistema Financiero ha comenzado a reabrir el grifo para que el crédito hipotecario y vehicular comience a fluir en una economía devastada por tres años de recesión, los números publicados por la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Siboif) muestran que el 2020 no fue un buen año para estos préstamos. Las condiciones se han endurecido y las tasas son más altas que antes.
Hasta septiembre del 2020, el Sistema Financiero Nacional tenía activos 19,811 créditos de vivienda y 23,230 vehiculares, que comparado con el acumulado a diciembre del 2019 confirmaría que por tercer año consecutivo estas carteras se contrajeron. En ese año, según datos oficiales, habían 20,599 hipotecarios y 28,347 préstamos para vehículos.
Atrás quedaron los años de gloria del crédito vehicular y de vivienda en Nicaragua, que había animado a los bancos, por ejemplo, a bajar significativamente las tasas de interés para ambos bienes, flexibilizar los requisitos y ampliar los plazos de pagos de los mismos. Tal era el boom, por ejemplo, que el Gobierno impulsó la aprobación de una ley de vivienda de interés social para subsidiar tasas, para que estas llegaran a los estratos económicos más bajos con tasas mínimas de cinco por ciento.
Sin embargo los tres años de recesión económica en Nicaragua, a raíz del estallido de la crisis sociopolítica en abril del 2018 y el impacto de la pandemia en el 2020, pusieron un frenazo en el dinamismo de ambos créditos, al punto que si se compara los datos hasta septiembre del 2020 con los que se tenían un mes antes del 18 de abril del 2018 se muestra un retroceso significativo en ambas carteras.
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Por ejemplo, hasta septiembre del año pasado habían 19,811 préstamos hipotecarios activos, lejos de los 22,228 hasta marzo del 2018, un mes antes del estallido de la crisis sociopolítica. El golpe es mayor en el crédito para carros, el cual pasó en ese periodo de 40,252 hasta marzo del 2018 a un mínimo de 23,230 a septiembre del año pasado.
Esto representa un golpe para una economía, donde no solo tiene fuertes necesidades habitacionales, sino también donde menos personas ahora pueden cumplir el primer requisito que piden los bancos a la mayoría: una colilla salarial emitida por el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
Hasta el 2014, según datos del Banco Central de Nicaragua, la Población Económicamente Activa (PEA) era de 2.98 millones, que de haberse mantenido ese grupo poblacional hasta el 2020, entonces la cobertura del INSS habría llegado a un poco más del 23 por ciento de las personas que cumplirían con un requisito básico en la banca para acceder a préstamos de cualquier tipo. El INSS ha perdido casi 200 mil asegurados en tres años.
Esto no quiere decir que el porcentaje restante no perciba ingresos, lo que ocurre es que hay un 70 por ciento de personas en la informalidad y existe otro reducido número de personas que tienen sus propios negocios o ingresos desde el exterior, que optan por no cotizar, pero eso no significa que no pueden acceder a la banca. Pero debe saber que la informalidad se ha ampliado, engrosando el subempleo, donde predomina el empleo precario y de bajos salarios.
La situación de ambos créditos: requisitos y tasas
En ese contexto, ¿cuál es la situación del crédito hipotecario y vehicular en Nicaragua en el 2021?, ¿qué está exigiendo la banca en un contexto de mercado laboral más adverso?, ¿cuáles son los plazos y tasas en cada uno de estos créditos?
LA PRENSA consultó a través de los números de atención al cliente de los bancos del país para obtener información sobre las condiciones y requisitos para acceder a estos créditos y encontró que las políticas se han endurecido comparadas con las que habían antes del 2018.
Si se quiere aplicar a un crédito hipotecario o vehicular de entrada se evaluará estrictamente los ingresos del solicitante y la sostenibilidad de estos. Para el préstamo de vivienda se está pidiendo ingresos mensuales entre 500 y 1,200 dólares, esto en un contexto donde los salarios se han deteriorado como consecuencia del aumento del desempleo y la decisión de las empresas de afrontar los tres años de recesión mediante el congelamiento de planilla o reducción de salarios mediante nuevas contrataciones.
Uno de los bancos, por ejemplo, tiene entre su política un ingreso mínimo de 1,000 dólares para adquirir una casa, con un valor mínimo de 50 mil dólares y estar bien ubicada. Otro solicita como mínimo 1,200 dólares, sin importar el precio de la vivienda.
Solo un banco en Nicaragua está pidiendo como mínimo un ingreso por 500 dólares para financiar una casa que esté dentro de la categoría de interés social, que en Nicaragua es de 40,000 dólares, según la última reforma que se hizo a la Ley de Vivienda de Interés Social.
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Otro banco está solicitando 850 dólares como mínimo en salario y financia vivienda de por lo menos 40,000 dólares. Hay uno que no está financiando casa, a no ser que en los bienes adjudicados se encuentre alguna. Finalmente, un sexto banco pide como ingreso mínimo 1,200 dólares.
Todos los bancos están permitiendo que los salarios sean mancomunados con el esposo o esposa. Uno de estos dijo que entre la pareja uno debe presentar soportes de que sus ingresos son de 800 dólares como mínimo y podría completar con el salario de su pareja, que en ese caso debería ser de 200 dólares.
Pocos con accesos
El economista Maykell Marenco recordó que dentro del 70 por ciento de los nicaragüenses en la informalidad, una gran mayoría recibe ingresos entre el 25 y el 50 por ciento del salario mínimo, lo que refleja que muy pocos podrían cumplir con los ingresos mínimos que están pidiendo los bancos en este momento.
“O sea, que todos estos quedan por fuera de poder acceder a estas líneas de créditos, quienes verdaderamente necesitarían un bien de estos”, lamentó el economista.
En cuanto a la tasa de interés, según el sondeo, dos las tienen fijas entre 10 y 11 por ciento anual, otros las tienen variables, pero hay entidades que piden entre 16 y 21 por ciento, según el plazo y el monto del crédito al que se aplique. Estas tasas también se estarían aplicando a los créditos vehiculares.
Los plazos para cancelar la deuda, según cinco de los bancos investigados, son entre 15 y 20 años. Cuatro de estos cobran el 20 por ciento de prima, es decir que financian el 80 por ciento del valor del bien y uno de ellos cobra el 30 por ciento de adelanto por el precio total del inmueble.
Salarios y plazos para el crédito vehicular
Para los créditos vehiculares los bancos están pidiendo salarios entre 500 y 1,200 dólares, sean estos nuevos o seminuevos. En los carros, según su estado, así será el plazo de tiempo para cancelar la deuda para los que no son cero kilómetros.
Aunque en su momento los bancos optaron por protegerse reduciendo drásticamente los plazos de los créditos vehiculares, ahora estos han retornado a los niveles precrisis, con periodos de pagos de seis años para los nuevos y cinco años para los usados.
Recomendaciones a tomar en cuenta
Pero al final de cuentas, ¿qué tan recomendable es hacerse de un crédito hipotecario de vivienda o automóvil en un contexto de incertidumbre en el 2021?
Marenco afirma que no es partidario de tener una deuda para adquirir uno de estos bienes, porque las tasas de interés son elevadas, además en estos momentos Nicaragua será sometida a elecciones presidenciales y con esto se podría predecir un alto nivel de incertidumbre social y económica en el país.
“Mi recomendación es no adquirir deudas de esta naturaleza y preferiblemente ahorrar y esperar el momento adecuado para comprar el bien, lo principal es ajustarse a tu horizonte presupuestario”, dijo.
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Si existe capacidad de ahorro, entonces recomienda hacerlo a una tasa fija en el banco para generar algún tipo de interés, protegerte de la devaluación de la moneda y de la inflación.
Aunque el economista reconoce que si alguien tiene la urgencia y la posibilidad de acceder a un crédito para casa o carro lo principal que deben hacer es un estudio previo. “Poner en una tabla de algún documento las opciones que se ajusten a nuestro horizonte de ingresos y siempre tener en cuenta las tasas de interés, para al final inclinarse por aquel banco que ofrezca la menor tasa de interés, que ofrezca los mejores beneficios”, señaló.
Otra opción
En cuanto a casas, reconoce que además de los bancos hay agencias de bienes raíces que dan alternativas, como vivir en el sitio y solo dar el 10 por ciento de prima del precio total del bien y a medida que vas pagando las mensualidades de rentas, ese bien al final de 15 años por ejemplo será tuyo, dijo. “Creo que en términos nominales terminás pagando mucho menos por este tipo de crédito”, aseveró.
Refiriéndose a la adquisición de un vehículo, el economista dijo que a la hora de comprar uno debe ser realista y verificar el consumo de combustible de este y el precio de los repuestos porque no se pueden dejar llevar solo por la apariencia o el lujo del carro.
