CONTENIDO EXCLUSIVO.
CONTENIDO EXCLUSIVO.El régimen de Daniel Ortega no tiene suficiente capacidad financiera para atender la emergencia y la reconstrucción del Caribe Norte de Nicaragua, por lo que se verá forzado a recurrir a los organismos internacionales o bien a emitir más deuda pública, señalaron economistas, que indicaron que el Presupuesto General de la República 2020 vuelve a estar bajo presión, tras resistir al impacto del Covid.
Tal es el aprieto financiero que el régimen está afrontando y que ponen en tela de duda su capacidad para afrontar la emergencia, que entre julio y septiembre de este año ha tenido que sacar de urgencia más de 65 millones de dólares de sus depósitos en el Banco Central de Nicaragua (BCN).
“El Ministerio de Hacienda y Crédito Público no ha publicado el informe de ejecución al tercer trimestre, pero el hecho de que haya retirado 65 millones de dólares de sus depósitos en el BCN entre julio y septiembre apuntaría a que las cosas no van bien con la ejecución presupuestaria”, afirma un economista que prefiere no ser citado por temor a represalias.
Es decir que el Gobierno, antes del huracán Eta, estaba apurado retirando fondos depositados en el Banco Central, para hacer frente a sus necesidades financieras y ahora la situación empeora porque deberá hacer cubrir el costo del desastre. Tres años de recesión y la crisis sanitaria han debilitado profundamente la recaudación de impuestos, lo que ya había ocasionado que el gasto público prácticamente se mantenga congelado, incluso en el 2021.
La situación empeora, precisa, porque la reserva que año con año se dejaba en el Presupuesto General, conocida como gastos imprevistos, ya no existe, debido a que la Asamblea Nacional ha optado “por eliminar esta asignación y resigna los fondos a otros usos”, explica el economista.
“Si el gobierno logra asignar recursos a la emergencia, sería a costa de una reducción en otras asignaciones, y todo indica que no tiene mucho margen de recursos, toda vez que tiene que hacer frente al déficit propio y del INSS, además del pago de aguinaldo adelantado a los empleados públicos”, explica.
Lea además: Esta es la situación de los puertos y puestos fronterizos de Nicaragua y Honduras tras el paso del Eta
El gasto público lleva dos años congelado
Los economistas Néstor Avendaño y Róger Arteaga también coinciden en que no hay tela de dónde cortar en el Presupuesto General de la República 2020, pero mencionan que existen dos caminos que puede tomar el Ejecutivo, pero dependerá de la rapidez con que este logre contabilizar el impacto económico del huracán en las zonas afectadas, porque de lo contrario las comunidades deberán esperar un largo tiempo para la reconstrucción.
Avendaño no cree que el Gobierno vaya a aplicar recortes en las asignaciones presupuestarias ya hechas, porque todo está tallado y congelado. “Si abren un hoyo para cerrar otro, se puede abrir otro más grande, no sirve eso. Pero esto exige una reforma presupuestaria, porque es una emergencia nacional y diría que les tocará emitir más deuda pública interna”, afirma.
Primera opción: el BCN
Al respecto, Avendaño plantea que la ruta más rápida para obtener recursos, debido a las dificultades presupuestarias actuales, sería que el Ejecutivo emita deuda pública y que el Banco Central de Nicaragua la compre, lo que le permitiría saltar la prohibición que existe de que el máximo emisor no debe convertirse en prestamista del Gobierno central.
La ventaja es que el Banco Central al comprar los papeles del Estado, lo haría a un costo más barato y en córdoba sin mantenimiento de valor, mientras que si la operación se realiza con los bancos comerciales, las tasas que estos exigen suelen ser más caras, explica.
Se trataría “de colocación de bonos en el Banco Central, pero con tasas de rendimientos más bajas de las que existen en el mercado. La tasa monetaria en este momento que tiene el Banco Central en estos papeles creo que anda en alrededor 4.25 por ciento, entonces ¿por qué no se lo coloca a 2 o por ciento? Y así hace menos pesada la carga de la deuda pública interna, en un momento que las tasas de interés están en el suelo, excepto en la banca comercial de Nicaragua”, analiza.
El economista que prefiere no ser citado, explica que eso “es lo que hacen en los EE. UU. bajo el título de “facilitacion cuantitativa”, se compran papeles de deuda a cambio de dinero del Banco Central. Es una forma encubierta de que el Banco Central financie el gasto público o a empresas emitiendo dinero, a cambio de papeles”. No obstante, señala que ese procedimiento, en el caso de Nicaragua, “puede dar lugar esto es una pérdida de reservas internacionales”.
Lea además: Preocupa la producción de frijoles ante la llegada del Eta. Productores en alerta por siembra de postrera
No ve otro camino rápido
Pero Avendaño dice que es la única forma que el Gobierno tendría para obtener de forma rápida liquidez, “no veo otra posibilidad”. Eso sí, no recomienda poner a funcionar “la maquinita” para imprimir córdobas, porque eso puede tener efectos adversos en la economía, aunque el mercado interno se encuentre deprimido.
“Hay que facilitar eso para que las autoridades atiendan a la población damnificada, porque qué van a hacer, cómo van a reparar los daños, no pueden (sin recursos)… pero que sea para atender a la población, no para atender a un pequeño grupo”, plantea.
Hasta la primera mitad de este año, el informe de ejecución presupuestaria revelaban que en trimestre abril-junio la recaudación de impuestos- sin incluir los no tributarios- había caído un 23 por ciento con respecto a lo logrado en el primer trimestre de este año, como consecuencia del impacto de la pandemia.
El Gobierno había logrado mantener cierto equilibrios en las finanzas hasta junio, gracias a los buenos resultados entre enero y marzo, es decir antes del Covid-19, sin embargo ahora el huracán y sus afectaciones suponen una grave amenaza para el Presupuesto.
Segunda opción, pero menos rápida
Otro camino que tiene el Gobierno es tocar las puertas de los organismos financieros internacionales, una posibilidad de que no se la bloquea la Nica Act, tomando en cuenta que esta permite asistencia de carácter humanitaria.
En principio, “sí es posible que reciba cooperación internacional e incluso la Nica Act exime los préstamos con fines humanitarios. Pero hasta donde sé, el gobierno ni siquiera ha realizado un inventario de los daños y las necesidades, y tampoco ha recurrido a solicitar apoyo externo de emergencia”, dice el economista que pide no ser citado.
De hecho esta semana Rosario Murillo, vocera del régimen orteguista, informó que estaban cuantificando los daños “para ir viendo cómo hacemos una gestión internacional ante organismos y gobiernos amigos para respaldarnos (…) garantizar que las familias puedan recuperar la normalidad en sus vidas”.
Al respecto, el economista Róger Arteaga también cree que esta es una opción viable, pero señala que lo ideal sería que estos recursos vengan supervisados, tal como ocurrió con el crédito facilitado por el Banco Interamericano de Desarrollo para atender la emergencia del Covid-19, que puso como condicionalidad que los mismos sean supervisados y manejados por organismos no gubernamentales regionales.
Lea también: Huracán y Covid-19: las recomendaciones para evitar contagios, según el Comité Científico
Ortega no tiene recursos, pero bloque ayuda
Arteaga indica que lo más lamentable en este momento es que, pese a que Ortega no tiene dinero para atender la emergencia, está bloqueando que el sector privado y la sociedad civil se una para ayudar a las familias afectadas.
Es por eso, que Arteaga plantea que los organismos financieros que le abran la ventanilla de crédito a Ortega, le condicionen que debe permitir que el sector privado también se una al esfuerzo de asistencia humanitaria en las zonas de desastres.
“Si hay denuncias y evidencias de que el Gobierno no permite que a lo interno, el vecino, el amigo, la sociedad civil ayude a esa gente del Caribe, cuidado el Nica Act puede también convertirse en un obstáculo” para condicionar esa asistencia humanitaria que no está vetada por la legislación estadounidense, explica Arteaga.
Avendaño duda de que el Gobierno pueda conseguir recursos en esos organismos y muestra de ello sugiere echar una mirada a la pandemia, donde apenas solo el BID, tras meses de aparecido el Covid-19 en el país, abrió el grito financiero.
Cooperantes no darán dinero directo a Ortega
El economista Róger Arteaga cree que la comunidad donante puede ayudar a las familias afectadas por el huracán Eta, pero lo harán a través de organismos no gubernamentales y duda que vayan a dar un dólar al Gobierno de Daniel Ortega.
Arteaga asegura que ya los donantes han encontrado el vehículo directo para asistir a la población y muestra de ello es la Unión Europea que directamente está administrando fondos no reembolsables a través de sus propias agencias o bien organismos no gubernamentales.
El economista señala que la negativa del Gobierno para que la sociedad civil pueda ayudar a las familias afectadas por el huracán Eta solo se puede explicar por una intención clara de destruir y matar a la población en medio de la calamidad. “Ellos no esperan salvar a nadie, porque con esa ayuda alguien se puede salvar, hay un espíritu de destrucción. Ni dan la ayuda ellos, ni dejan que los otros ayuden a la gente… Con el Presupuesto no hay forma de cómo asistirlos”, afirma.