Desde el 2018, cuando el régimen orteguista intentó aplastar el reclamo social de los nicaragüenses con violencia, el Banco Mundial, una de las principales fuentes de financiamiento, no ha aprobado nuevos préstamos al Gobierno de Daniel Ortega, y la reactivación de estos dependerá de que existan las condiciones adecuadas, señaló el multilateral mediante una actualización en el perfil de país en su sitio web del Banco.
“Desde el inicio de la crisis política en abril de 2018, no se han aprobado nuevos préstamos del Banco Mundial para el sector público. Como se hace con todos los proyectos de la institución, la decisión de trabajar en operaciones de este tipo dependerá de que existan las condiciones apropiadas para la efectiva implementación de actividades en beneficio del pueblo de Nicaragua”, indica la institución financiera internacional.
No obstante, dejan entreabierta una ventana financiera debido al contexto de la pandemia porque el BM asegura que podrán colaborar con el Gobierno, ya sea a través de un nuevo proyecto o bien, proyectos que están en etapa de ejecución.
“Dada la emergencia de salud actual, el Banco Mundial está listo para colaborar con el gobierno en encontrar respuestas a las necesidades más críticas, ya sea mediante la formulación de un nuevo proyecto o por la activación de componentes de emergencia en proyectos en ejecución. En cualquier modalidad de ayuda que se implemente, se garantizará que los requisitos fiduciarios estén en su lugar de manera que los recursos se usen para los fines establecidos”, señala el multilateral.
Esta confirmación de cero financiamiento fresco se une al informe de febrero de este año del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que tampoco otorgó ningún préstamo al país en 2018 y 2019, mientras que al resto de Centroamérica les facilitó financiamiento mediante 3,553.5 millones de dólares en préstamos aprobados. Es así, que dos de los grandes grifos económicos para el país se han cerrado, lo que de cierta manera, aumenta la presión financiera al Gobierno.
Róger Arteaga, exgerente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), considera que con esta posición, el BM le dice al Gobierno de Ortega que el dinero de financiamiento debe darse en beneficio del pueblo.
“¿Qué le está diciendo el Banco Mundial al Gobierno? que el dinero que da ese Banco no es para que se quede en las manos de los Ortega-Murillo, sino que vaya en beneficio del pueblo de Nicaragua, y al decir, de que no da préstamos desde el 2018 es porque están reconociendo de que cualquier préstamo que le den no va a ir en beneficio del pueblo de Nicaragua, sino a las bolsas del gobierno de Ortega-Murillo. Ese es el mensaje que le están dando, no hay desembolso y esperan que existan las condiciones apropiadas para una efectiva implementación de actividades en beneficio del pueblo de Nicaragua. Mientras Ortega no haga eso, no hay reales ahí, no va haber préstamo. Ese es el mensaje que le están dando”, expresó.
La Covid-19 llegó a Nicaragua en marzo y desde esa fecha, solo el BID ha accedido a otorgarle 43 millones de dólares como parte de la Respuesta Inmediata de Salud Pública para contener y controlar el coronavirus y mitigar su efecto en la prestación de servicio en Nicaragua. Sin embargo, este fue aprobado bajo un estricto mecanismo de desembolso, en el que el régimen orteguista no podrá tocar nada del monto, puesto que todas las acciones se canalizarán a través de cuatro agencias externas: Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops), el Consejo de Ministros de Salud de Centro América (Comisca) y Project Concern International (PCI).
Banco Mundial, el brazo fuerte en donaciones
Ante la “sequía” financiera el régimen orteguista ha tomado bocanadas de aire de la cooperación de Taiwán y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Sin embargo, en lo que respecta a donaciones externas, según los informes de liquidación presupuestaria de los últimos cinco años el Banco Mundial ha estado entre las principales fuentes.
De 2015 a 2019 se presupuestaron en donaciones proveniente del BM 5, 932.5 millones de córdobas y se ejecutaron 5, 652.5 millones de córdobadas, con un grado de ejecución arriba del 90 por ciento. Para este año se presupuestaron 349.9 millones de córdobas, menos de la mitad de lo que se programó en 2019, que fue 907.8 millones de córdobas, según el informe de ejecución presupuestaria enero a junio 2020.
El economista Maykell Marenco explica que el cierre desde 2018 de nuevos préstamos por parte del BM al país es una afectación de una fuente importante de financiamiento para el Gobierno, y por ende, también impacta la ejecución de programas de desarrollo. Pero eso no es todo, tampoco abona a la imagen país, que a su vez, incide en las valoraciones de las agencias calificadoras de riesgo. “Al final, nadie quiere invertir en un país que se está volviendo mucho más hermético, al cual organismos internacionales le están cerrando puertas o están teniendo sus restricciones”, expresó.
Para octubre de 2020, la cartera del Banco Mundial en Nicaragua incluye seis proyectos, que suman 328.90 millones de dólares en compromisos netos. Las áreas en los que se desarrollan son carreteras, telecomunicaciones, administración de tierras; dos proyectos relacionados a educación y salud; y tres respecto a seguro catastrófico.
Cabe mencionar que el BM y Nicaragua tienen la Estrategia de Alianza con el País para 2018-2020, que busca reducir la pobreza y promover prosperidad para más nicaragüenses. El enfoque de esta alianza se ubica, tanto en invertir en el capital humano de los nicaragüenses, salud, educación y habilidades, como en el sector privado para crear empleos mejor remunerados. Resalta el trabajo con jóvenes, mujeres, indígenas y afrodescendientes en territorios como el Corredor Seco y las regiones del Caribe.
De hecho, el trabajo para el periodo mencionado incluye préstamos libres de interés y donaciones por parte de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) para proyectos de inversión, cooperación Sur-Sur, asistencia técnica y trabajo analítico.