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Se agudiza la «desnutrición» en las comunidades indígenas de Nicaragua producto de la crisis alimentaria. LA PRENSA / CEJUDHCAN

Se agudiza la «desnutrición» en las comunidades indígenas de Nicaragua producto de la crisis alimentaria. LA PRENSA / CEJUDHCAN

Desnutrición en las comunidades indígenas de la Costa Caribe Norte agrava condición de niños, ancianos y embarazadas

Su condición los hace aún más vulnerables a enfermedades como la malaria o dengue y padecimientos crónicos, advierte nutricionista

Comer frijoles y arroz cocido con yuca o maíz, como bastimento, una o dos veces al día, se ha convertido en un «lujo» para las más de 50 comunidades indígenas de los territorios Waspam de Río Coco, Puerto Cabezas y Prinzapolka, del Caribe Norte de Nicaragua, para quienes la realidad de desnutrición se agudiza por la crisis alimentaria que viven cada que huyen de sus territorios por la invasión de colonos. Pero que este año su situación se agrava por los estragos que dejaron las inundaciones de agosto y la crisis sanitaria del Covid-19, además de los brotes de malaria y dengue.

La desnutrición — dice Juana Bilbao,  del Centro de Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (Cejudhcan) —, se observa cuando «vemos a niños de 1 año que parecen de seis meses, debido a la falta de alimento, tienen colores amarillos, panzas crecidas, no de alimentos, creo que de parásitos, entonces vemos que es una problemática que los afecta desde pequeños y no hay una respuesta a esa necesidad», declaró.

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La crisis alimentaria a criterio de líderes comunitarios e incluso organizaciones en defensa de esas comunidades es «grave» debido a que los niños, mujeres embarazadas, madres solteras y personas de la tercera edad, son quienes resienten más la problemática. Bilbao señaló que a simple vista se puede observar como se están manifestando los niños y las madres por las crisis alimentaria.

«Los niños se alimentan solo de filipita, porque su principal alimento es arroz y frijol, pero como sus padres lo perdieron no tienen otra opción. A nosotros, nos duele ver que los niños están mal, consumen agua del río Coco, que esta contaminado, están desnutridos igual que los ancianos, por eso les urge alimentarse» explicó Bilbao.

Niños y ancianos vulnerables a la desnutrición

«Hay mucha hambruna, los niños lloran de hambre porque sus padres perdieron lo poco que les quedaban de sus cultivos con las inundaciones, porque antes enfrentaron una peste de ratas en sus parcelas, algunos quienes cortaron quizás su arroz, con las inundaciones quedaron con lodo, aunque lo limpien y saquen al sol, cuando lo cosen queda amargo y los niños y los ancianos no lo quieren comer», relató la directora de Cejudhcan, Lottie Cunningham, que hace 8 días visitó la zona.

Según estadísticas de Cejudhcan, el municipio de Waspam de Río Coco tiene una población aproximada es de 62 mil habitantes de los cuales el 45 por ciento de hombres y el 55 por ciento son mujeres, de los cuáles el 52.10 por ciento es joven, el 21.70 por ciento son niños de 0 a 5 años y el otro 30.40 por ciento de 5 a 14 años.

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Por su parte, Limbord Bucardo, del Movimiento Pri Laka agregó que el problema de la desnutrición es «elevado» debido a que «la dieta alimenticia de las comunidades está basado en carbohidrato, porque la gente consume tubérculos, raíces, musáceas, arroz balanceado con proteínas esenciales como el frijol y en algunas veces con carnes de animales silvestres y peces que logran atrapar, esas labores se han reducido porque las montañas están ocupadas por colonos», sostuvo.

Los ancianos es uno de los sectores más vulnerables para resistir la problemática de la desnutrición. LA PRENSA / CEJUDHCAN
Los ancianos es uno de los sectores más vulnerables para resistir la problemática de la desnutrición. LA PRENSA / CEJUDHCAN

 

Las parcelas de arroz, frijoles, yuca, maíz y malanga fueron arrasadas por las corrientes de los ríos Coco, Wala y Kukalaya, que además dañaron los chagüites de las musáceas — frutos de filipita, banano, plátano o guineo cuadrado—, en la actualidad los comunitarios sobreviven comiendo de vez en cuando, no diario, un poco de musáceas cocidas y algún tipo de carne que los jefes de casa logran conseguir pescando o cazando, también cocidos.

La directora de Cejudhcan manifestó que la desnutrición a su criterio ha aumentado y se debe a la «profunda desigualdad social que se han venido profundizando históricamente con la exclusión social, porque las autoridades del Estado de Nicaragua, no toman en cuenta a las comunidades y ni siquiera las atienden». De acuerdo a la información que la organización recopila en sus visitas a los terrenos la desnutrición se ve reflejada en los niños, misma que ha causado un alto índice de anemia y malaria.

Efectos de la desnutrición

La nutricionista Sadys Valle afirmó que las comunidades indígenas son «grupos de alto riesgo a sufrir desnutrición pues, hablamos que la pobreza extrema, desastres naturales y el mismo Covid-19 son indicadores de medidas de acceso a los alimentos, la malnutrición podría exacerbar los efectos de la actual pandemia e incluso a que los comunitarios contraigan enfermedades como la malaria y anemia y desencadenen efectos graves, especialmente en niños, mujeres embarazadas y ancianos como sectores más vulnerables».

La especialista en temas alimenticios afirmó a LA PRENSA que la desnutrición a corto y largo plazo conlleva a efectos devastadores y explicó que en el caso de la «desnutrición aguda» en la vida de niños «se multiplica las probabilidades de que padezcan de neumonías, diarreas entre otras infecciones, que vienen ante la deficiencia del sistema inmunológico».

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Además agregó que este tipo de desnutrición es el peor enemigo para la supervivencia infantil debido a que «un niño o una niña con este tipo de desnutrición tiene 9 veces mas probabilidades de morir, en comparación a otros menores que no la padezcan».

De acuerdo a la nutricionista se entiende como desnutrición crónica a aquella que adquiere el niño incluso antes de nacer, es decir en el vientre de la madre por eso, insistió en que el embarazo es un momento decisivo para prevenirla. «El que una mujer sufra problemas crónicos de desnutrición durante la gestación tiene más probabilidades de tener un bebé de bajo peso y esto conlleva a un retraso en el crecimiento infantil y en el aspecto cognitivo afectando su educación», explicó.

Algunas familias del territorio Wangki Maya en el Caribe Norte de Nicaragua, recibieron kits alimenticios. LA PRENSA / CEJUDHCAN
Algunas familias del territorio Wangki Maya en el Caribe Norte de Nicaragua, recibieron kits alimenticios. LA PRENSA / CEJUDHCAN

En esa línea, las integrantes de Cejudhcan, quienes le dan seguimiento a la situación de derechos de las comunidades indígenas, mayangnas y miskitas coincidieron en remarcar que «las tazas de mortalidad materna e infantil siempre han sido muy altas en estas zonas, la desnutrición infantil, propicia a que se ven muchos casos de anemia en las mujeres embarazadas».

Censo Nutricional 2020

El Ministerio de Salud (Minsa) publicó en julio pasado el Censo Nutricional 2020, que se realizó del 13 de marzo al 16 de mayo a una población de 1, 290,927 niños y niñas de los cuales 609, 527 eran de o a 5 años. El secretario del Minsa, Carlos Sáenz, dijo durante su intervención en la presentación del censo que este año en todo el país se encontró que un 4.6 por ciento de niños se encuentra en desnutrición aguda y un 20 por ciento en desnutrición crónica, lo que según él sugiere una reducción. Lo que suma un 24.6 % de la población infantil con desnutrición severa.

Bilwi, según el censo, es uno de los departamentos que presentan mayores datos de desnutrición, de acuerdo a lo que identificaron en sus tres municipios, Puerto Cabezas tiene un 11 por ciento de desnutrición crónica , Waspam 21.3 por ciento y Prinzapolka 18.5 por ciento y en desnutrición aguda 6.1 por ciento, 9.9 por ciento, y 10.1 por ciento respectivamente.

Los niños son el otro sector vulnerable para resistir la desnutrición producto de la crisis alimentaria. LA PRENSA / CEJUDHCAN
Los niños son el otro sector vulnerable para resistir la desnutrición producto de la crisis alimentaria. LA PRENSA / CEJUDHCAN

A criterio de la especialista la situación de la malnutrición observada en Waspam es «un reflejo de lo que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura describe en el informe Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe, debido al alto número de personas subalimentadas, es decir que tienen una dieta alimentaria insuficiente ya sea por las cantidades ingeridas o la escasez de nutrientes, aumentó por tercer año consecutivo en nuestra región».

Además señaló que las características de la desnutrición que afecta a la población de ese departamento concuerdan con la carencia de ingesta de calorías y de proteínas, por eso insistió en que es urgente que se ayude a los comunitarios con alimentos ricos en proteínas que «son indispensables para el crecimiento, reparación de tejidos, más cuando nos exponemos a bacterias, virus», especialmente en niños que tienen que ver con cantidades, porciones y variedades por el crecimiento.

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