Los estudiantes de la Universidad Centroamericana (UCA), en Managua, realizaron este lunes 3 de febrero la primera manifestación del año en demanda de la libertad de los presos políticos. La protesta se realizó en el campus de la UCA, mientras la Policía Orteguista (PO) acechaba afuera del recinto.
Los universitarios escribieron en el piso 66 nombres de presos políticos y también hicieron pintas con diferentes expresiones en el portón del costado Este del complejo. Los jóvenes también demandaron libertad para las universidades públicas que son controladas por el régimen orteguista.
Zayda Hernández, quien también participó en la manifestación estudiantil, manifestó que tiene la obligación moral de recordar a diario que en Nicaragua existen presos políticos, porque el país vive en una dictadura que no les permite expresarse en las calles.
Particularmente Gerson Suazo, originario de Chichigalpa, líder estudiantil y excarcelado, también pidió libertad para la Policía y para el Ejército, por considerar que estas instituciones son usadas para reprimir a la población.
“Recodemos a las instituciones públicas que están secuestradas, así que libertad para la Policía Nacional, libertad para el Ejército, libertad para las instituciones públicas”, manifestó Suazo.
Desde abril de 2018, las personas que se manifiestan contra Ortega son detenidas por la PO o secuestradas por simpatizantes del régimen. Aunque la dictadura ha sacado de la cárcel a la mayoría de los opositores detenidos, bajo condición de convivencia familiar, la mayoría son asediados en su casas y a otros los ha vuelto a encarcelar.
En 2018, los presos políticos llegaron a sumar más 700, quienes fueron excarcelados gradualmente en 2019. Los que salieron denunciaron maltrato y torturas.
Desde que comenzaron las protestas contra Ortega, en abril de 2018, más de 328 personas han muerto por la represión policial y de grupos armados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Los estudiantes de la UCA encabezaron las protestas contra el régimen orteguista en abril de 2018, en oposición al primer intento de reformar el Seguro Social, pero luego se convirtió en una protesta nacional que demanda la salida del poder de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, por las muertes que provocó represión del Estado.