El Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) finalmente aplicó un ajuste del tres por ciento a las 218,470 mil pensiones que esta semana fueron revalorizadas, pese a que las mismas desde diciembre del año pasado hasta noviembre de este año se devaluaron casi cinco por ciento. Especialistas en seguridad social calificaron la medida como una “estafa”, lo que significó para el bolsillo de los jubilados una “confiscación” de 389 millones de córdobas.
De esta manera se confirmó que los retirados resultaron como uno de los mayores perdedores con la decisión del Banco Central de Nicaragua de rebajar la tasa de deslizamiento anual de 5 por ciento a tres por ciento, cuya medida entró en vigencia el 1 de noviembre. Por ley las pensiones se ajustan cada 30 de noviembre.
Según un economista, que prefiere no ser citado, desde diciembre del 2018 hasta noviembre del 2019 las pensiones realmente se devaluaron 4.834 por ciento, pero las autoridades del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social solo reconocieron este 30 de noviembre un 3 por ciento de esa devaluación.
Es decir que si el Estado hubiera aplicado el ajuste del 4.834 por ciento, en los próximos 12 meses, a partir del 30 de noviembre de este 2019, el INSS hubiese requerido asegurar 22,286.7 millones de córdobas en su obligación de pago de pensión a todos los retirados.
Sin embargo, debido a que solo aplicó una revalorización del 3 por ciento esa obligación se rebajará a 21,896.8 millones, de tal manera que “el monto confiscado a los pensionados sería de 389.9 millones de córdobas y esta pérdida jamás se recuperará”, explica el economista.
Por ejemplo si una persona recibe una pensión de 6,800 córdobas, con el ajuste del 4.834 por ciento le darían 328.71 córdobas, pero con el 3 por ciento solo recibirá 204 córdobas, esto equivale a una merma del 40 por ciento del total de lo que hubiese recibido si el ajuste aplicado hubiese sido el real.
Para el analista político, Eliseo Núñez, este ajuste fue un robo para los pensionados, que además reciben una pésima atención médica y muy pocos beneficios.
“Básicamente eso es un robo, ahí no tenés otra justificación que no fuese esa, les están robando 1.8 por ciento a cada pensionado, eso multiplicado por el número de pensionados es una cantidad enorme, de tal manera que final del día el régimen se quedando con un gran ahorro para pagar a la corruptela, como ha venido sucediendo durante este tiempo, es un robo total”, dijo Núñez.
De igual forma el exgerente de la Superintendencia de Pensiones, Róger Murillo catalogó el ajuste como una “estafa”.
“Lo correcto fue haberla ajustado al 30 de noviembre con el deslizamiento que tuvo en el año 2019, eso era lo correcto y no el 3 por ciento, que fue lo que hicieron ahorita y el Seguro se están quedando con el 2 por ciento de toda la masa salarial de los pensionados, es una estafa a los pensionados, que de por si reciben una pésima atención, las personas se viven quejando de la falta de medicinas hay serios problemas, lo mínimo que debieron hacer es no tocar las pensiones”, dijo Murillo.
Por su parte Rigoberto Muñoz, presidente de la Unión Nacional de Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores (Unajupam), dijo que además de la reducción de la revalorización este año, el salario mínimo quedó congelado como consecuencia de la recesión y eso también los afectó.
“Al ajustarse la pensión en noviembre, inmediatamente la pensión mínima se ajusta, sube un poquito, pero el salario mínimo fue congelado para dos años más y además cambiaron la ley y dijeron que la pensión mínima la iban ajustar de acuerdo al crecimiento del salario promedio y eso nos afectó”, afirmó Murillo.
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Reforma al Seguro Social fue insuficiente
La “estafa” a los jubilados ocurre en momentos que se espera que el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social cierre con un déficit de -3,139 millones de córdobas y el próximo año con -3,184 millones de córdobas, eso suponiendo un crecimiento económico del 0.5 por ciento por parte del gobierno, pero si la contracción es mayor al estimado oficial el déficit del INSS puede resultar peor, advirtió la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
“Esta revelación de la situación financiera del INSS indica que la sostenibilidad de la Seguridad Social en el país no está garantizada. El debilitamiento financiero progresivo del INSS desde el 2013 se ha transformado en el presente en el principal riesgo macroeconómico para el país. Se deben realizar propuestas consensuadas, factibles y con objetivos de corto y largo plazo para poder rescatar al INSS”, advierte Funides.