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25 años después…¿Qué pasó con “Pobre la María”?

Morella Hernández fue la protagonista del videoclip Pobre la María de Luis Enrique Mejía Godoy en 1994. ¿Qué ha pasado con su vida desde aquel entonces? LA PRENSA habló con ella

A Morella Hernández aún le dicen en la calle “adiós María”. No le molesta, dice, al contrario, le encanta que todavía la recuerden por su papel en el videoclip Pobre la María, canción de Luis Enrique Mejía Godoy, donde ella fue la protagonista. “Me siento contenta porque ese personaje me hizo famosa en Nicaragua, y eso es lo que toda actriz quiere, el reconocimiento de la gente por el trabajo que hiciste”, recuerda 25 años después desde su casa de habitación ubicada en la colonia Molina, en Managua.

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Morella tiene 52 años, “el 20 de enero cumplo 53”, dice.  Junto a Norman González tuvo dos hijas: América y Alma, de 30 años y 18 años, respectivamente. Él también aparece en el video, es parte del trío que canta el “ayayay” de la canción.

LA PRENSA/JADER FLORES

¿Cómo llegó al casting?

Ya tenía seis años junto a Norman y una hija de 5 años, cuando un día de 1994 decidió presentarse al casting que los medios de comunicación anunciaban.

En la radio, la prensa y la televisión se buscaba a la protagonista para un videoclip. La convocatoria estaba abierta para actrices y no actrices. No la pensó dos veces. Con 26 años se alistó y salió rumbo al ya extinto Instituto Nicaragüense de Cine (Incine), ubicado en aquel entonces contiguo al restaurante campestre El Quelite, casi frente al colegio La Salle.

Pierre Pierson. LA PRENSA/ARCHIVO

Llegó al lugar. Había más de 80 muchachas esperando su turno para hacer la audición. “Las aspirantes llegaron de diferentes partes de Nicaragua”, dice Pierre Pierson, quien fue el director del video y encargado del casting junto a Humberto Arcia, responsable de cámara y fotografía de la grabación que duró seis días.

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“Desde que vi a Morella me encantó. Tenía una candidez especial. Ella tenía mucha dulzura, cierta tristeza y la belleza latina que buscábamos”, recuerda Pierson para quien fue un honor trabajar con Hernández, “una persona concentrada en el trabajo y comprometida”.

A Morella no le importó esperar. Después de un par de hora fue su turno. Entró al salón y le tocó actuar, le tocó, dice, personificar el personaje. Al finalizar le dijeron que si era la elegida la iban a llamar. Después de una semana la llamaron. Estaba feliz, no lo podía creer, sería la estrella, “quién no quiere ser la estrella”, dice.

Su amor por la actuación

LA PRENSA/JADER FLORES

Desde los 13 años Morella Hernández descubrió que quería ser actriz. Su pasión nació gracias a los sociodramas que realizaba en el colegio.

Recuerda que su mamá Lucía Otilia Corea Poso, quien murió en 2009, escuchaba radionovelas en Radio Mundial, donde había estrellas de primera en los años 80.

—Mama yo quiero trabajar en eso —le dijo un día.

—Andá donde un amigo que tengo en Radio Sandino —le contestó.

Así conoció a don Rodolfo Tapia Molina, considerado el decano del radioperiodismo nacional. “Le pedí trabajo a mis 16 y me dieron entrada al cuadro artístico”. Era actriz “tipo C”, así califican a las que no tienen experiencia. “Yo era una chavala muy osada, porque ahí estaban los monstruos de la radionovela, artistas de gran trayectoría como doña Pilar Aguirre”, comenta Morella.

Comenzó con las radionovelas, luego se fue incorporando al teatro de cámara, después a las tablas y ahí se metió en el modelaje, “vos sabés que una cosa conlleva a la otra”. Salió en una película que vino a grabar un estadounidense a Nicaragua, después estuvo en la película Los Estrada, siguió en el teatro y en anuncios publicitarios, hasta que llegó la María que la hizo famosa.

Dice que en un momento la gente pensó que era prostituta, pero añade que eso es normal cuando interpretás un papel. “En el primer sociodrama que participé fui un guardia, me pasaron diciendo guardia como dos meses en el colegio”, recuerda esta mujer que se define como espontánea, alguien a quien le encanta la gente, conversar y dar consejos.

Así nació la canción

Luis Enrique Mejía Godoy. LA PRENSA/Cortesía

Una tarde de 1991 el cantautor nicaragüense Luis Enrique Mejía escribió Pobre la María, que “nació como una canción social que denunciaba la nueva realidad de Nicaragua en los años 90, cuando en distintas calles de Managua las jóvenes ofrecían servicios como trabajadoras del sexo”, expresa Mejía Godoy.

El autor dice que decidió que la canción sería un bolero cha cha chá, “pero la gente la relacionó con la bachata, ritmo dominicano que estaba de moda. Originalmente la melodía que aparece al final (que es de una canción de La Sonora Matancera), era un bolero de Julio Jaramillo. Es una canción muy extensa, casi de 6 minutos, así que nunca imaginé que podría ser un éxito radial”, expresa.

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Pobre la María salió al mercado en 1993. Fue grabada en la empresa discográfica Sony Music de Costa Rica. El video, donde Morella era la protagonista, se hizo un año después (1994) y lo produjo la empresa Imaginarte y fue editado por Comunicaciones 2000.

El estreno del video se realizó en la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío, porque así lo ameritaba. En pantalla grande estaba Morella, olorosa a tabaco y a ron con su cabello rizado, su vestido y labios rojos.

Hasta la fecha la canción aún suena en las radios, la cantan tríos, mariachis y se ha grabado en México, Argentina, El Salvador, Miami, entre otros países.

Los planes y sueño de Morella

“Mi vida es muy simple, no ha pasado mayor cosa que vivir soñando”, dice Morella, quien sueña con tener muchos nietos, “quiero verlos, disfrutarlos, es sencillo, ese es mi sueño”.

Por ahora, Hernández vive entre Managua y Aranjuez, Matagalpa, en este último lugar pasa la mayor parte del tiempo. Ahí junto a su esposo compraron dos manzanas de tierra y desean construir un hotel de montaña para quienes quieran disfrutar de la naturaleza.

Morella y su proyecto en Aranjuez. LA PRENSA/CORTESÍA

“Hemos venido con la idea de poner tipis (tipo chozas) para tener gente llegando y disfrutar de la gente y que la gente disfrute de la naturaleza. Es algo que venimos haciendo lentamente pero lo vamos haciendo. Tenemos dos personas que quieren invertir en el proyecto y en eso estamos”, dice.

Por ahora Morella quiere pasar los últimos años de su vida entre la naturaleza, retirarse a la montaña y “seguir viviendo”. Pasar comiendo “frijolitos”, bebiendo café y haciendo pan, así como siempre tener una buena historia para leer.

—¿Entonces piensa dejar el teatro? —le pregunto.

—Jamás una actriz deja el teatro —finaliza.

LA PRENSA/JADER FLORES

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