Al verse forzados al exilio en Costa Rica, Nelson Lorío y Karina Navarrete no pudieron visitar la tumba donde hace un año enterraron a su hijo Teyler, asesinado por el orteguismo con apenas 14 meses de nacido. Sus padres se conformaron con asistir a un acto conmemorativo que coordinaron dos asociaciones en ese país vecino.
Quienes llegaron al cementerio La Puerta del Cielo, donde está sepultado Teyler, fueron sus abuelos. Llegaron con chimbombas azul y blanco y globos, similar a como lo hicieron en abril pasado, cuando el niño hubiese cumplido dos años de nacido.
Desde su exilio en Costa Rica, Nelson dice explica que el caso de Teyler “es uno de los asesinatos que nunca debió cometer el régimen porque el niño no tenía uso de razón. Yo desde el 18 de abril (del año pasado) me integré a la lucha, sabía que si me iba a pasar algo era por la lucha, pero el niño no sabía ni qué día era”.
Teyler murió de un disparo en la cabeza cuando sus padres caminaban por las calles del barrio Américas Uno, el 23 de junio de 2018, Día del Padre y en una mañana donde policías y paramilitares disparaban en la zona. Su asesinato sigue impune.
Familia en el exilio
Desde finales de agosto de 2018 Nelson Lorío está exiliado en Costa Rica. Semanas después lo hizo su esposa e hija Joshuara.
La familia decidió solicitar refugio en Costa Rica porque en Nicaragua era asediada por la Policía Orteguista, después de acusar al orteguismo como responsable del asesinato de su hijo, quien murió en los brazos de Nelson.