Un año ha pasado desde que el joven Brandon Lovo está en la cárcel, condenado como uno de los autores del asesinato del periodista Ángel Gahona en Bluefields. Desde entonces, no hay un día que su madre Connie Taylor no lo extrañe y espere verlo entrar por la puerta de la casa, en el barrio costero Punta Fría.
A esta mujer de 45 años de edad se le ha visto afuera de las celdas del Chipote, buscando a su hijo y en los juzgados. Pero hay más que eso.
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El drama empieza incluso antes de que él fuera apresado por la Policía Orteguista (PO) y acusado de quitarle a la vida a Gahona. Taylor recuerda que la noche del sábado 21 de abril de 2018 le llamaron y a quemarropa le dijeron que su hijo había recibido un disparo y estaba muerto. Desesperada se fue al hospital Ernesto Sequeira y, al entrar a la sala de emergencia, se enteró que había sido herido en la espalda pero que estaba vivo. Ella volvía a respirar.
Pensaba que ahí terminaba la pesadilla, cuando realmente empezaba porque 14 días después, mientras regresaba del trabajo, vio una patrulla policial y un carro particular que tenían un operativo en el barrio Santa Rosa y pensó “¿a quién andarán buscando?”, sin saber que era a Brandon y que hasta ya estaba montado en la camioneta policial.
“Yo me acerqué y pregunté para qué se lo estaban llevando. Me dijeron que si yo era la mamá, les respondí que sí y luego volví a preguntar que para qué se lo estaban llevando y me dijeron que le estaban buscando un arma. Me consultaron si podían ir a revisar la casa y les respondí que no había problema. Nos fuimos. Llegamos a la casa, empezaron a registrar, levantaron la cama, los colchones, empezaron a tirar las cosas y no encontraron nada. Me hicieron firmar un papel que no encontraron nada y le dije a un tal Papi, ¿ya lo van a soltar? Me respondió que ya se lo habían llevado para abajo (a la cárcel de Bluefields)”, recuerda Taylor.
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LAPRENSA/J. FLORES
Burla desde el principio
Entre finales de febrero y principios de marzo pasado el régimen de Daniel Ortega excarceló a 112 presos políticos e hizo creer que en ese grupo estaba Brandon y Glen Slate, también condenado de matar a Gahona.
Sus respectivas madres estuvieron pendientes de verlos llegar a casa y, como nunca ocurrió, preguntaron en la cárcel de Bluefields y no les brindaron información. Al final, se enteraron de que nunca fueron trasladados desde el sistema penitenciario La Modelo.
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Esta burla y zozobra el régimen la practicó desde el inicio. Taylor recuerda que al siguiente día que su hijo fue detenido, que fue un sábado, ella le llevó comida y se la recibieron, lo volvió a hacer el lunes con el desayuno y ocurrió lo mismo. Incluso ella preguntó a los policías si no enviaba ropa sucia y le respondieron que no. “Cuando yo iba saliendo me dijo un muchacho: ‘¿no te dieron nada?’. ‘¿De qué?’, le dije yo. Me dijo: ‘a los muchachos se los llevaron anoche a las 7:00 p.m.’”, rememora.
Viaja a Managua cada 15 días
Antes la visita se permitía cada 21 días, pero ahora pasó a 15 días. Así que Taylor reúne dinero y también hay familiares y amigos que le regalan, para alistarle comida y pagar el pasaje de Bluefields a Managua y el hospedaje donde se queda, para conversar con él durante tres horas.
“Él siempre estaba ahí, acostado, a veces se ponía a escribir música y todas esas cosas. Ya uno llegando a casa y no lo mira, es muy difícil”, explica Taylor, quien está segura de que su hijo es inocente y recuerda las veces que los padres de Gahona aseguraron que Lovo y Slate no fueron, que solo son chivos expiatorios.
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La pasada Navidad y Fin de Año fue triste para Taylor, porque en esas fechas su hijo además cumplió año. “Es el primero que no paso con él. Pero sé que pronto va a estar aquí, que va a entrar por esa puerta. No pierdo las esperanzas”.
“Justicia” orteguista
Brandon Lovo fue condenado por el juez Ernesto Rodríguez a 23 años y seis meses de cárcel, mientras que Glen Slate a diez años y seis meses por el asesinato del periodista Ángel Gahona, ocurrido la noche del 21 de abril de 2018 afuera del edificio de la Alcaldía de Bluefields, cuando brindaba cobertura a las protestas ciudadanas contra las reformas al Seguro Social.