El dictador nicaragüense Daniel Ortega acusó a su hermano Humberto Ortega, quien recientemente demandó elecciones anticipadas, de haberse cruzado al lado de quienes ganaron las elecciones en 1990 y de “convertirse un peón de la oligarquía y del imperio”, siendo esta la primera vez que el caudillo sandinista ataca públicamente a su pariente.
Ortega criticó a su hermano durante la clausura del XVI Congreso de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), donde el dictador hizo referencia a las protestas que encabezó durante el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, asegurando que a él nunca se le ocurrió intentar derrocar el gobierno de Chamorro y que dichas protestas fueron replegadas por el Ejército, que entonces era dirigido por su hermano Humberto Ortega.
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“Ellos no titubearon en llamar al Ejército y lanzar al Ejército en contra de los que protestaban, no les bastaba la Policía, sino que lanzaron al Ejército a que disparara contra los trabajadores que defendían empresas que le habían sido entregadas por el Estado revolucionario y ahí murieron trabajadores defendiendo centros de abastecimiento, allá en el departamento de Estelí, y ¿quién era el jefe del Ejército que violó los principios? El jefe del Ejército era el general Ortega”, dijo el dictador.
“El general Humberto Ortega era el jefe del Ejército, que desde entonces con la salida del gobierno (sandinista) simplemente decidió pasarse al lado de los que habían ganado las elecciones y convertirse en un peón de la oligarquía y del imperio, un servidor de la oligarquía y del imperio, y eso explica por qué lanzó al Ejército, un Ejército que no está para eso, lo utilizó, no se nos puede olvidar”, agregó.
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Lo que Ortega no recordó en su discurso es que en la actual crisis política él ha lanzado a las calles contra el pueblo a la Policía, que ha sido señalada como la entidad responsable de cómplice y acuerpar a los paramilitares que han asesinado a más de trescientos nicaragüenses. Y esa complicidad y participación es precisamente lo que le valió al jefe de dicha entidad, su consuegro Francisco Díaz, sanciones por parte de Estados Unidos por violentar los derechos humanos.
Van por el 6 % a la UCA
Por otro lado, el dictador prometió estudiar una serie de solicitudes realizadas por la UNEN, entre las que se destaca la eliminación de la asignación presupuestaria del 6 por ciento constitucional a la Universidad Centroamericana (UCA), la única alma mater subvencionada donde no tiene presencia la UNEN y cuyos estudiantes han encabezado las protestas en contra del régimen gobernante.
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“Aquí tengo las conclusiones que leyó el compañero (Luis Andino), nos las vamos a llevar para buscar respuestas aun frente a los mayores desafíos, aun ante los mayores desafíos, aun en las mayores dificultades nunca debemos renunciar a superar los desafíos, a superar las dificultades y darle respuestas al pueblo, darles respuestas a las familias y darles respuestas a los estudiantes”, expresó el dictador.
Ortega aprovechó su aparición en cadena nacional también para volver acusar a los obispos de estar detrás de la inestabilidad en Nicaragua, porque no condenaron los tranques y las muertes que supuestamente provocó la oposición. Es por ello, que en tono de burla pidió que en diciembre la luz de la estrella de Belén iluminara el cerebro de los religiosos, para que reflexionaran sobre el actuar de ellos.
Distinguen a los que socavaron autonomía
Durante el congreso de UNEN Ortega entregó la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío a Fidel Moreno, sancionado recientemente por el Gobierno de los Estados Unidos mediante la Ley Magnitsky, por corrupción y violaciones a los derechos humanos.
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Entre los premiados por el régimen se encuentran los exdirigentes de la UNEN Yasser Martínez, Isaac Bravo, Luis Andino, Julio César Orozco, Alonso García, Bismarck Santana, César Pérez, Hualpa Pineda y Leonel Morales.
También fueron condecoradas la diputada sandinista Maritza Espinales, la rectora Flor de María Valle —de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León)—, la rectora Ramona Rodríguez —de la UNAN-Managua— y el sindicalista Freddy Franco.
Para el exrector de la UNAN Carlos Tünnermann, es “una lástima” que en Nicaragua se premie a quienes han apoyado a la represión en contra de la población y que ni siquiera se mencione a decenas de estudiantes que dieron su vida demandando libertad para Nicaragua y autonomía universitaria.