El secuestro al que por varias horas fue sometida una joven mujer se convirtió en un verdadero infierno, pues sus secuestradores un grupo de paramilitares la sometieron a una violación múltiple que le ha causado un grave trauma psicológico.
Esto no solo por la violación sexual, que de por si es grave, sino porque su caso ocurrió en una ciudad del interior del país donde tanto víctima como abusadores son reconocidos fácilmente, según conoció LA PRENSA.
No hay mayores detalles de la ocurrencia del hecho, pero se conoce que la joven fue secuestrada en una de las barricadas por parte de un grupo de paramilitares. La víctima era una de las atrincheradas.
Luego los paramilitares ocho en total la llevaron a una casa de seguridad donde la violaron de forma reiterada.
El secretario ejecutivo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Marcos Carmona, reconoció este martes que esa organización había conocido el hecho que le ha causado serios problemas psicológicos a la sobreviviente de la violencia sexual.
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Y que según una fuente extraoficial el hecho se agrava por tratarse de una ciudad del interior del país, donde la sobreviviente pudo identificar a algunos de los criminales que también la identifican a ella por lo que consideran que esta todavía “de alguna manera está secuestrada”.
Carmona expresó que la tragedia para la joven mujer se profundiza debido a que la familia “es férrea defensora de Daniel Ortega” y algunos de ellos con cierta influencia en el Gobierno.
La sobreviviente de violencia sexual ya había sido expulsado de su vivienda por pensar diferente y cuando su familia conoció que había tenido alguna participación en las protestas de los autoconvocados.
Cuando ella buscó el apoyo de uno de sus familiares a quien le denunció la violación múltiple la respuesta fue “que era problema de ella”, asegura Carmona que conoció el relato de la sobreviviente que hasta hace unas dos semanas decidió denunciar ante ese organismo de derechos humanos en busca de apoyo para encontrar justicia por el horrendo hecho al que fue sometida. No obstante, el caso ocurrió en el inicio de las protestas aclaró Carmona.
“Ella está muy mal, anda muy frágil esa muchacha”, confió Carmona, quien por tratarse de un tema de esta naturaleza prefirió no ahondar en el tema.
No obstante, el defensor de derechos humanos confirmó que ha conocido que durante estos cuatro meses de protestas han ocurrido dos casos de violación, uno de los cuales fue registrado en las celdas del Chipote, el caso que fue perpetrado por paramilitares y un abuso sexual también cometido por policías.
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En el caso del abuso sexual Carmona manifestó “cuando te hablo de abuso sexual, las tocan, las desnudan y una serie de actos indecorosos que no es el procedimiento habitual para requisar a una persona”.
Carmona se vio inhibido a profundizar en los otros hechos debido a que ha sido una solicitud de las víctimas, quienes están atemorizadas, pues fueron amenazadas por sus agresores sexuales, para que no se atrevieran a denunciar.
No obstante, las denunciantes pidieron a la CPDH que dieran a conocer lo sucedido ante organizaciones internacionales de derechos humanos.
60
personas reciben de alguna manera tratamiento psicológico por problemas emosionales sufridos en el contexto de las protestas pacíficas desarrolladas durante los últimos cuatro meses en el país, según la CPDH.
Lo que dijo la CIDH en su informe
En su informe sobre la visita a Nicaragua la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), destacó el caso de los privados de libertad y al referirse al caso de las mujeres, en casos de detención menciona el tema de las detenciones de mujeres en El Chipote y La Modelo, principalmente.
E indica la CIDH en su informe que “considerando su situación especial de riesgo en contexto de privación de libertad los Estados deben adoptar las medidas necesarias a fin de que éstas también sean alojadas en establecimientos diferentes o en pabellones diferentes dentro de un mismo establecimiento”.
Igualmente en las entrevistas realizadas por la Comisión, destacó en su informe que advirtió algunas afectaciones particulares, tales como el despojo de sus pertenencias, incluyendo de su propia ropa, por lo que éstas se veían obligadas a permanecer en ropa interior.