El experto en seguridad Roberto Cajina manifestó que las tareas de apoyo de la Policía voluntaria, establecidas en la Ley 872, distan mucho de las prácticas y actuaciones de los hombres armados y encapuchados que se coordinan con la Policía Nacional, en alusión a que el presidente designado Daniel Ortega llamó a estos armados irregulares “policías voluntarios”, en una entrevista con una cadena de televisión extranjera.
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Cajina explicó que los armados que acompañan a la Policía adquieren la denominación popular de parapoliciales, porque son una fuerza paralela a la Policía. Sin embargo, Cajina considera que es más acertado llamarles paramilitares, porque su desempeño es parecido al de las fuerzas castrenses.
Cajina aseveró que los paramilitares no cumplen con ninguna de las tareas de la Policía voluntaria, porque, según la Ley de organización, funciones, carrera y régimen especial de seguridad social de la Policía Nacional (Ley 872), “únicamente” tienen la labor de “auxiliar a la Policía en la vigilancia, patrullaje, regulación de tránsito y en casos de desastres naturales”. También pueden “auxiliar a las autoridades al tener conocimiento de la comisión de hechos delictivos, preservando el lugar, prestando la ayuda a las víctimas y dar parte oportuna a las autoridades que corresponda”, según el artículo 25, sobre las “Tareas de la Policía Voluntaria”.
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Mientras que los paramilitares son caracterizados por Cajina como anárquicos, mercenarios y terroristas, bajo la dirección vertical del Gobierno y no de la Policía Nacional.
“Son anárquicos porque no obedecen a los mandos orgánicos de la Policía, no tienen un grado, no están incluidos en la disciplina policial. Son mercenarios porque reciben un pago. Y son terroristas porque la finalidad de estos grupos es exactamente crear el terror en la población, para que desistan de participar en las protestas, levantar barricadas, tranques”, opinó Cajina.
El reclutamiento
Cajina explicó que en el caso particular de Managua, los paramilitares son reclutados a través de los Consejos del Poder Ciudadano (CPC), que están dentro de la organización vertical que encabeza la Vicepresidencia en manos de la primera dama Rosario Murillo y en segundo nivel el secretario de la Alcaldía de Managua, Fidel Moreno. “Fidel Moreno tiene control sobre todas las estructuras distritales de la Alcaldía y por lo tanto control sobre los Consejos del Poder Ciudadano”, dijo Cajina.
Según Cajina, los CPC seleccionan a militares en retiro, policías en retiro, funcionarios o trabajadores de las alcaldías sandinistas, delincuentes y gente involucrada en el narcomenudeo.
También actúan fuera de la Ley
El abogado constitucionalista Gabriel Álvarez manifestó que ni la actuación de la Policía Nacional ni la actuación de los que Daniel Ortega llamó “policías voluntarios” es justificable, ni legal ni profesional.
“Al margen de si son policías voluntarios o no, la Policía en general ha dejado mucho que desear, porque ha demostrado claramente que no actúa respondiendo a su Ley, que es proteger la vida, la seguridad y la propiedad de todos los ciudadanos nicaragüenses sin distinción alguna. Y ellos solamente han demostrado que protegen y garantizan la seguridad de individuos armados que atacan a la gran mayoría de la población”, dijo Álvarez.
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Desde el pasado 18 de abril, el país vive una crisis debido a la represión contra las protestas ciudadanas que demandan la salida de Daniel Ortega del poder, lo que ha dejado más de 440 muertos.
Más diferencias
Roberto Cajina dijo que los policías voluntarios usualmente solo usan un bastón o “amanzalocos”, andan debidamente identificados, mientras que los paramilitares andan de civil, con tenis o botas militares, usan armas de guerra, como AK-47, escopetas, fusiles Dragunov y ocultan su identidad con pasamontañas. En algunos videos los paramilitares aparecían usando camisas verdes o azules, pero Cajina explicó que estos no tenían el objetivo de uniformarlos, sino evitar que se confundieran con los civiles, porque corrían el riesgo de dispararse entre ellos mismos.