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Estados Unidos, Roberto López, Lumberto Campbell

Roberto Lopez, presidente ejecutivo del INSS es uno de los fieles del diputado orteguista, Gustavo Porras LA PRENSA/ARCHIVO

Empresarios piden destituir a las autoridades del INSS y una auditoría de la institución

Representantes de la empresa privada piden que el diálogo nacional incluya, entre otros temas, propuestas de reformas que garanticen la viabilidad financiera del Seguro Social

Tras años de crisis financiera y señalamientos de mala administración y manejos turbios de las inversiones, representantes de la empresa privada piden que el diálogo nacional incluya, entre otros temas, el cambio de autoridades en el Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS), la realización “a lo inmediato” de una auditoría forense e integral de la institución y que se presenten propuestas de reformas que garanticen la viabilidad financiera de la entidad.

Esa es una petición que en conjunto hacen el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), la Asociación de Bancos Privados de Nicaragua (Asobanp) y la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AmCham).

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) de no realizar cambios, en 2019 el INSS podría comenzar a enfrentar problemas para cumplir con sus obligaciones financieras.

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Pero ¿cuáles son las cabezas que están al frente del INSS y cuyas sillas están en riesgo tras el pedido por primera vez del sector privado de que haya cambios en dicha administración? ¿De dónde vienen?

Desde 2007 cuando Daniel Ortega inició su segunda etapa al mando del país, la presidencia ejecutiva del INSS permanece en manos del médico y capitán retirado, Roberto López Gómez. Él fue propuesto para el cargo por la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetsalud), organización sindical que desde 1984 es presidida por el polémico diputado y actual presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras.

Elevó gastos operativos

A la administración de López se le atribuye un fuerte incremento en los gastos operativos de la institución que han contribuido a la crisis financiera que enfrenta la entidad. Además, se le señala la poca transparencia en el manejo de las inversiones.

Pero López no es el único emisario de Fetsalud en el INSS. La vicepresidenta ejecutiva, Sagrario Benavides Lanuza, también engrosó las filas de la organización mientras ejercía la medicina.

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Además, en el consejo directivo, uno de los dos cargos que la Ley 539, Ley de Seguridad Social, le otorga a los representantes de los trabajadores, “elegidos por los trabajadores afiliados activos”, es ocupado por Evile Umaña Olivas, quien por años ha sido la segunda al mando en Fetsalud, donde ocupa el cargo de vicesecretaria general.

INSS

¿Está Gustavo Porras  detrás de López?

El otro espacio que la ley otorga a los trabajadores es ocupado por José Antonio Zepeda, quien desde 1996 ocupa la secretaría general de la Asociación Nacional de Educadores de Nicaragua (Anden). En legislaturas anteriores Zepeda fue diputado suplente de Gustavo Porras, pero ahora es propietario y su suplente es Evile Umaña.

Fetsalud y Anden son dos de las organizaciones sindicales de tendencia sandinista que integran el Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), organización que desde 1996 es coordinada por Porras. Por esta razón muchos consideran que el INSS, como otros ministerios, en realidad es “manejado” por Porras.

Además de los dos representantes de los trabajadores, según la Ley 539, Ley de Seguridad Social, el consejo directivo del INSS está integrado por otras siete personas, es decir nueve en total y cada uno tiene un suplente: López, encabeza como presidente ejecutivo y Sagrario Benavides Lanuza es su suplente.

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También tienen lugar en el consejo directivo del INSS los titulares de los Ministerios del Trabajo (Alba Luz Torres) y de Salud (Sonia Castro) y sus respectivos viceministros fungen como suplentes. Además, dos representantes de los empleadores con sus suplentes: uno por las empresas del sector público y el otro por el sector privado.

Completan el grupo dos representantes de los pensionados. No obstante, algunos de estos espacios, nunca han sido ocupados ya que se eligen de ternas que cada sector presenta y en algunos casos nunca fueron aprobadas.

En el caso del sector privado, inicialmente Leonardo Torres en representación del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme) ocupó el cargo, pero nunca tuvo suplente. Y a partir del 2009 el espacio se le concedió al Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) que nombró a Alfonso Silva, quien en ese momento ocupaba la vicepresidencia de la Cámara de Urbanizadores de Nicaragua (Cadur). Sin embargo, tras revelarse que había sido beneficiado con préstamos otorgados por el INSS, renunció a su cargo en 2016. Desde entonces el sector privado no ha retomado ese puesto en dicho consejo.

De nueve solo firman tres

Pese a que según la Ley 539, Ley de Seguridad Social, son nueve los integrantes del consejo directivo del Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS), solo tres miembros propietarios y un suplente firmaron las resoluciones 1-317 y 2-317 que establecían entre otras cosas, incrementos en el aporte de trabajadores, empresas y el Estado, cambios en la fórmula para determinar las pensiones, retención en las pensiones que reciben los jubilados, eliminación del salario máximo cotizable y autorizaba al presidente ejecutivo del INSS, Roberto López, enviar dicha propuesta al Ejecutivo para su ratificación.

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Dicha reforma generó fuertes protestas y aunque ya fue derogada, desató una crisis que mantiene al país movilizado y está forzando la instalación de un diálogo nacional. La reforma solo fue firmada por López y su suplente, la vicepresidenta ejecutiva del INSS, Sagrario Benavides; y por los representantes de los trabajadores Evile Umaña Olivas y José Antonio Zepeda, ambos dirigentes sindicales de tendencia sandinista, Fetsalud y Anden, respectivamente.

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Cinco años de déficit

En 2007, según el Banco Central de Nicaragua, la administración del presidente Daniel Ortega recibió un Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS) que percibía 5,681.8 millones de córdobas en ingresos, monto que le permitía cubrir los 3,979.2 millones de córdobas en gastos operativos y tener un excedente de 1,702.7 millones de córdobas para invertir en activos o bien trasladarlos a las reservas técnicas. Sin embargo, a partir de 2013 el INSS comenzó a registrar crecientes déficits. Ese año fue de 201.1 millones de córdobas, pero hasta 2017 había aumentado a 2,373.8 millones de córdobas.

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