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Elecciones Costa Rica 2018

Claudio Alpizar, analista político costarricense. LA PRENSA/CORTESÍA.

“El panorama electoral es inhóspito” en Costa Rica, dice analista

Las elecciones presidenciales, que se celebran este domingo en Costa Rica, son atípicas, según los analistas. Un candidato protestante tiene posibilidades de pasar a una segunda ronda.

Un salmista cristiano y único diputado de su partido en el parlamento, Fabricio Alvarado, encabeza las intenciones de voto en las encuestas y otros cuatro candidatos más de otros partidos, con diferencias porcentuales, pugnan para ubicarse detrás del evangélico con la finalidad de entrar a competir por la Presidencia.

No obstante, ninguno sería capaz de alcanzar suficiente capital electoral para alzarse con la victoria en primera ronda, a menos que el amplio grupo del 36.5 por ciento de votantes indecisos —calculado por la encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica—, de un universo de 3.2 millones de electores, decidan votar en bloque.

Ello “es prácticamente imposible”, dice el analista costarricense Claudio Alpízar. “El panorama es inhóspito”, añade.
En esta entrevista, Alpízar explica que efectivamente, la respuesta de la Corte Interamericana de Derechos Humamos (CIDH), del pasado 9 de enero), a una consulta del gobierno costarricense en la cual sugiere legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo y la opción a las personas transgénero de cambiarse legalmente de nombre y género, atomizó a los partidos políticos y al electorado de un país donde el 70 por ciento es conservador.

Esto y el discurso contra la denominada ideología de género que incluye rechazo al aborto, cambio de sexo, matrimonio entre personas homosexuales y guías de educación que promueven estos contenidos, catapultó a los primeros lugares a Alvarado.

De aproximadamente un 2 por ciento del electorado, Fabricio Alvarado, del Partido Restauración Nacional, alcanzó un 16.9 por ciento de intención de votos, según la última encuesta de esta semana del CIEP.

A él le sigue Antonio Álvarez Desanti, del Partido Liberación Nacional con 12.4 por ciento; Carlos Alvarado, del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC, centro izquierda) con 10.6 por ciento; Juan Diego Castro, del Partido Integración Nacional (PIN) con 8.6 por ciento; y Rodolfo Piza, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), con 8.2 por ciento.

No obstante, Alpízar opina que el ascenso de Alvarado también tiene un trasfondo: el divorcio ciudadano con la clase política tradicional, algo común en otras partes del mundo, considera.

A ello se le suma el descontento casi generalizado de los costarricenses con el actual gobierno del PAC (salvo miembros de su partido y personas de izquierda de la denominada línea progresista).

Luis Guillermo Solís alcanzó la Presidencia en segunda ronda en las elecciones de 2014, vendiendo un discurso esperanzador de cambio y compromiso con la ética que luego se diluyó ya siendo gobierno.

Hoy entrega un país con un enorme déficit fiscal de 6.2 por ciento con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) y que amenaza con llegar al 8 por ciento en dos años, casi la mitad del Presupuesto Nacional de la República está dirigido al pago de deuda, con una inseguridad creciente con récord nacional de 603 homicidios en 2017, deficiencia en infraestructura pública y El Cementazo.

Como El Cementazo es conocido el escándalo de corrupción que trastoca a funcionarios de tres poderes del estado (Ejecutivo, Judicial y Legislativo); y a cuatro partidos políticos.

El mismo nació bajo la idea del gobierno de Solís, de abrir el duopolio y bajar precios del mercado nacional del cemento que anualmente mueve más de 500 millones de dólares, mediante la importación de cemento chino.
Para ejecutar la apertura del mercado, el empresario Juan Carlos Bolaños, actualmente en prisión preventiva, habría incurrido en una cadena de tráfico de influencia entre diputados, funcionarios judiciales y del Gobierno, con el fin de adquirir en condiciones aparentemente irregulares, préstamos de la banca estatal para financiar la importación.

¿Cómo se explica el atípico proceso electoral que vive Costa Rica?

Creo que no es un fenómeno ajeno a lo que viene pasando en muchas otras latitudes del mundo. Hay una ruptura entre gobernantes y gobernados, donde el ciudadano no tiene confianza en quienes ejercen la función pública; y por otro lado, también hay una desazón del ciudadano en cuanto a los resultados. Eso todavía se acentúa más en una sociedad que se acostumbró a recibir muchos éxitos desde el ejercicio del poder en el Gobierno y con el cambio generacional que se ha dado ya no es posible tampoco venderles a los jóvenes la política sacándole únicamente los viejos trofeos de glorias pasadas. Hay un total desconecte entre el cambio generacional, el cambio del mundo globalizado, con políticos en partidos nuevos o partidos viejos, haciendo la política con el viejo librillo que se hacía hace muchas décadas.

Llama la atención que un candidato protestante lidere las encuestas…

Eso sucede por lo mismo que le comentaba antes. Por supuesto que el pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos tocando el tema del matrimonio entre personas homosexuales, le planteó al costarricense una disyuntiva entre dos temas donde es más fácil tomar posición: que dos personas homosexuales se casen o que dos heterosexuales puedan casarse. Eso se trasladó al tema de la familia y el tema de la familia en una sociedad que en un 70 por ciento rechaza el matrimonio homosexual, se volvió prioritario desde la radicalización de un discurso de qué es la familia. Como Fabricio Alvarado ese tema lo había familiarizado como su único tema, pues al final de cuentas le tocó a él en esa coyuntura de coincidencia temática la mayor parte del pastel (electoral). Pero aun así, todavía hoy está en duda si él pasa a segunda ronda, a pesar de que puntea, y todavía más la duda de si puede llegar a ser presidente.

Más allá de Fabricio Alvarado sorprende que Costa Rica sea un país altamente conservador…

Sí, es menos conservador que todo Centroamérica, pero eso no quiere decir que no sea altamente conservadora. Te vuelvo a plantear lo del inicio, hay una ruptura entre gobernados y gobernantes. Difícilmente (los partidos políticos) se pongan de acuerdo con temas como déficit fiscal, ataque a la pobreza, inseguridad, temas económicos; pero un tema que es fácil y sencillo para entender a la mayoría de la gente como el de la familia, con una sociedad altamente conservadora; al ciudadano, por más educación que tenga, desconectado de lo que es el acontecer político, termina votando por un único tema aglutinándose en una mayoría significativa en el tema de la familia. Aquí también vale preguntarse qué tan responsables son los ciudadanos en la democracia, cuando prácticamente han delegado todo su desarrollo en los políticos y se ha ido el ciudadano a una zona de confort donde se desinteresa y delega en los políticos la mayoría de los decisiones.

¿Qué pasó con el actual gobierno del Partido Acción Ciudadana, que en las elecciones de 2014 significó las esperanzas del cambio?

¿Sabe lo que pasó? Que desilusionó y llegó a gobernar, después de hablar del cambio, con ese viejo librillo. Y ese viejo librillo incluye no solo inoperancia en el ejercicio de la función pública, sino que también incluyó corrupción. Entonces se llegó a hacer las cosas en nada diferentes como lo hacían partidos como Unidad (Social Cristiana) o Liberación (Nacional). Al condimento de la corrupción que fue el ataque frontal que tuvo el Partido Acción Ciudadana, que tuvo Luis Guillermo Solís y que tuvo el fundador del partido Ottón Solís, que era la bandera de ellos, terminó pisoteada en un gobierno donde se presentaron problemas con sobresueldos para ministros y viceministros no autorizados y de forma ilegal, donde se hizo una carretera que tiene una gran pifia para llegar al puerto (caribeño) APM Terminals que tenía una diferencia (adicional de costos) de 14 millones de dólares. En la actual coyuntura, el costarricense no sabe si volver al pasado con el PAC, Unidad o Liberación o si de nuevo animarse a una nueva versión de un nuevo partido, pues también tiene los temores que le resultó el PAC con un candidato diferente.

¿Qué se puede esperar en la jornada electoral?

El panorama es incierto, es una lucha hacia segunda ronda prácticamente evidente. Solo un movimiento generalizado de una gran cantidad de indecisos, casi que un 80, 90 por ciento de los indecisos yendo hacia un solo candidato, podría evitar que haya una segunda ronda, lo cual es prácticamente imposible. Estamos con cinco candidatos donde ha habido altibajos. Carlos Alvarado, del PAC, que estaba en una intención muy baja, hoy se encuentra alrededor de 10 puntos del total del padrón que sigue siendo poco, pero por lo menos esa cantidad le da esperanza de sumar el día de las elecciones 6, 7 puntos más para meterse a una segunda ronda electoral. Pareciera que Fabricio Alvarado, que ya con 15, 17 está prácticamente asegurando su pase a segunda ronda; sin embargo, a sabiendas que en esta campaña electoral las cosas han cambiado en las encuestas porque el ciudadano es muy volátil de un día a otro, tampoco pueda asegurarse que en esos últimos días sus números no cambien en forma negativa. Antonio Álvarez, del partido tradicional, no ha podido aglutinar al liberacionismo, tiene la mitad de liberacionistas a su lado y parece que lo más que podría hacer es agarrarse de esa mitad y de alguna gente indecisa para apenas clasificar a una segunda ronda electoral. Álvarez tiene un olorcillo que lo persigue y lo debe tener con mucho temor porque sería algo que nunca le ha pasado, no solo no llegar a la Presidencia, sino quedar fuera de una segunda ronda electoral. Tenemos otro candidato, Juan Diego Castro (Partido Integración Nacional), que tiene alguito de novedad, pero ha tenido sobresaltos por su estilo (directo y confrontativo) que lo tuvieron en el primer lugar y que ahora parece está peligrando hasta poder clasificar de segundo.

¿Cuáles son los principales retos del próximo Gobierno?

Hay un eje transversal que es fundamental para todo lo demás y es la situación fiscal costarricense: sin cacao no hay chocolate. Tenemos problema de la inseguridad, que requiere inversión y más recursos, pobreza, donde los programas que trasladan recursos para combatirla no han solventado mucho la necesidad de mayor inversión en vivienda, Educación y otros rubros, se requiere de finanzas sanas. El crecimiento de la economía costarricense y seguridad a nivel internacional es fundamental, por eso requiere ser tratado el tema de déficit fiscal, es fundamental, porque sin una economía en crecimiento difícilmente podemos generar empleo que trae más tranquilidad social, el empleo es la mejor forma para luchar contra pobreza y el desempleo. De la misma forma, Costa Rica está urgida de infraestructura de mayor avance, rápido, pero eso solo se puede lograr con crecimiento económico y ahí volvemos al tema del déficit fiscal, invertir bien los recursos, generar buenas señas a nivel internacional para jalar los inversionistas a nuestro país, para que las tasas de interés no suban. El tema fundamental como eje transversal es el déficit fiscal, el ciudadano no lo entiende o poco le importa porque son temas económicos que quizás no los comprende, pero es importante que quien llegue a gobernar sepa que los otros temas que le preocupan al ciudadano, como infraestructura, pobreza, generación de trabajo, mejor salud, mayor seguridad, dependen mucho de las finanzas públicas.

La trayectoria de Alpizar

Claudio Alpízar es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Costa Rica, Máster en Estudio para el Desarrollo en América Latina por la Universidad Nacional y candidato a PhD, (doctorado) en Gobierno y Políticas Públicas.

Conferencista, asesor y consultor especializado en temas de Gobernabilidad, Gobernanza, Comunicación Política y Marketing Político.

Analista político sobre temas nacionales e internacionales; director de los programas de opinión Noche sin tregua (televisión) y Café y Palabras (radio); y muy activo en redes sociales en temas políticos. Profesor en la Universidad de Costa Rica en la Escuela de Ciencias Políticas, en la Escuela de Administración Pública y en la Maestría de Administración Universitaria. Profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Internacional de las Américas.

Política Costa Rica elecciones votaciones archivo

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