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La pareja de presidencial, Rosario Murillo y Daniel Ortega, presiden una administración caracterizada por el autoritarismo. LA PRENSA/ARCHIVO

Freedom House: Nicaragua vive “autoritarismo moderno”

Nicaragua forma parte de los países donde se ha instaurado lo que se define como “autoritarismo moderno”, según revela un estudio elaborado por el organismo internacional defensor de los derechos humanos Freedom House, con sede en Washington

Nicaragua forma parte de los países donde se ha instaurado lo que se define como “autoritarismo moderno”, según revela un estudio elaborado por el organismo internacional defensor de los derechos humanos Freedom House, con sede en Washington.

Esta definición fue planteada esta semana durante la publicación del informe sobre el estado de la democracia en el mundo, denominado Ruptura de la democracia. Metas, estrategias y métodos del autoritarismo moderno, elaborado por Arch Puddington, experto en estudios sobre democracia en Freedom House.

Puddington es también coeditor de Freedom in the World, el informe anual de Freedom House, que mide el grado de democracia y libertad política en todos los países y en los más importantes territorios en disputa de todo el mundo. La investigación duró seis meses.

Puede leer aquí el estudio completo de Freedom House

Descartar los límites de mandatos presidenciales para perpetuarse en el poder se ha convertido en una de las estrategias empleadas por el autoritarismo moderno que afecta al mundo en los últimos 15 años, una situación de la que no escapa Nicaragua, señala el informe, y en el que además revela la especial participación de Rusia, beligerante en la instauración de ese sistema.

El autoritarismo se caracteriza por el abuso de poder, de la autoridad. Según el estudio, de 61 páginas, el siglo XXI ha sido marcado por el resurgimiento de gobiernos autoritarios que ha demostrado ser resistente, pese a la fragilidad económica y la ocasional resistencia popular.

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Carlos Ponce, director de Freedom House para América Latina, dijo que el autoritarismo moderno ha sustituido al sistema totalitario a través de estrategias electorales y manipulación de sistemas de gobierno que conllevan a una ruptura democrática, un ejemplo claro en la región es Nicaragua, Venezuela, Bolivia, países integrados al llamado Socialismo del Siglo XXI.

Una de las primeras tareas del designado presidente Daniel Ortega, tras su retorno al poder en 2006, fue tomar control de las instituciones de Gobierno, control de los medios de comunicación y buscar cambios en la Constitución para perpetuar a su familia en el poder.

Freedom House
Carlos Ponce, director de Freedom House. LA PRENSA/ARCHIVO

“El objetivo no solo es controlar los poderes Ejecutivo y Legislativo, también los medios de comunicación, el poder judicial, la sociedad civil, los espacios dominantes en la economía y las fuerzas de seguridad. Con estas instituciones bajo el control de un líder en ejercicio, los cambios en el Gobierno a través de elecciones justas y honestas son casi imposibles”, revela el estudio.

Una de las tácticas empleadas por los autoritarios modernos, según el estudio, es asegurarse el éxito en las urnas. Para ese fin aplican métodos como la intimidación y marginación de la oposición, la tolerancia a la pseudooposición y la penalización del derecho de protesta.

“Una de las estrategias más comunes del sistema autoritario a la que dedica suma importancia y tiempo completo es a establecer estrategias para incapacitar a la oposición sin aniquilarla, desprecio al imperio de la Ley y mantener al mismo tiempo una máscara de orden, legitimidad y prosperidad”, señala el informe de Freedom House.

Periodistas buscando la verdad bajo acoso

El estudio indica que la sociedad civil puede disfrutar de una existencia “independiente” (siempre y cuando no persiga el cambio político), los ciudadanos pueden viajar por todo el país o al extranjero con solo interferencias ocasionales y la empresa privada puede florecer, aunque debe coexistir con la corrupción desenfrenada y el amiguismo.

“El autoritarismo moderno ha triunfado donde fracasaron los sistemas totalitarios anteriores, debido a las ‘refinadas y matizadas’ estrategias de represión, la explotación de sociedades abiertas y la difusión de políticas no liberales aun en países democráticos”, revela el informe.

El papel de Rusia

El estudio tiene como base un amplio grupo de Estados autoritarios y de democracias no liberales; sin embargo el enfoque se centra en las dos potencias autoritarias, China y Rusia, con énfasis en la última, porque según el estudio ha logrado incubar, refinar las ideas y el control de las instituciones sobre la base del autoritarismo del siglo XXI.

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“Rusia, bajo la presidencia de Vladimir Putin, ha desempeñado un papel destacado en el desarrollo de sistemas autoritarios modernos, especialmente en el control de los medios de comunicación, la propaganda, la sofocación de la sociedad civil y el debilitamiento del pluralismo político. La combinación tóxica de elecciones no justas y ‘mayoritarias’ se está extendiendo”, asegura el informe.

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