Hoy podría ser una buena oportunidad para que los Gigantes hagan honor a su nombre. Ni en la temporada regular ni en las semifinales los vimos imponerse con la fortaleza que se les proyectó al reunir a un grupo de talentosos jugadores, a los que no obstante, les ha costado articularse como equipo.
Los Tigres, ya sabemos que tienen mordida y sacan las garras en el momento oportuno. Han sido un equipo combativo. Incluso en su derrota el domingo, pelearon hasta el último instante. Pero seguro están muy conscientes de que hoy van al juego más importante de la Final. Para ellos también es crucial atrapar la victoria.
Para los Gigantes no hay mañana. Un tropiezo hoy, los dejaría al pie de la tumba y con el inconveniente de que la serie se moverá a Chinandega, donde los locales podrían dar el salto a la gloria delante de su público. Pero si ganan, no solo borran la ventaja de los felinos, sino que también podrían arrebatarles el momentum psicológico.
Si la serie se empata, la presión podría cambiar de escenario. Los Gigantes estarían en ruta a un crecimiento que podría llevarlos al título y a reescribir la historia, ya que nunca un equipo se ha levantado de 0-2. Es más, en nueve ocasiones la Final se ha puesto 2-1. Y en las ocho oportunidades previas, ha ganado el equipo en ventaja.
Es decir, incluso hoy antes del cuarto duelo, los antecedentes favorecen a los Tigres, lo cual no significa que los Gigantes no tengan oportunidades, pero es evidente que va ser necesario que hagan ajustes, que mejoren su defensa y finalmente despierte su bateo, rubro que ha estado en deuda hasta hoy.
Los Tigres aún tienen mañana y si la serie se empata, pues estarán en una nueva batalla a tres duelos, a ganar dos. Pero los Gigantes no pueden fallar. Un revés sería catastrófico para sus aspiraciones. Se trata de ahora o nada para los sureños, quienes se han encomendado a Carlos Téller.
Twitter: @EdRod16