El modelo centralización que impulsa el gobierno del presidente inconstitucional, Daniel Ortega, está siendo menos efectiva de lo esperado, contrario al éxito del modelo en materia económica, en el área educativa no está arrojando buenos resultados.
El estudio Prioridades de la educación nicaragüense para el siglo XXI elaborado por el Centro de Investigación y Acción Educativa Social (CIASES) indica que la centralización no está siendo efectiva.
“La administración central del sistema educativo aunque consume una gran parte del presupuesto destinado a la educación preescolar, primaria y secundaria no apoya adecuadamente a los territorios y centros educativos para que puedan entender sus problemas y desafíos, diseñar estrategias para resolverlos, dar seguimiento y evaluar los resultados de sus intervenciones”, señala el documento.
El estudio también refleja que “la planificación excesivamente centralizada que no se apoya en el diagnóstico local de los problemas que afectan a la población en edad escolar, hace aún más difícil su solución”.
La centralización del sistema educativo ha venido cerrando paulatinamente los espacios de participación en los procesos de toma de decisiones, ya que la comunidad educativa está siendo mediada por entidades político-partidarias.
“El modelo de Responsabilidad Compartida del Ministerio de Educación (Mined) implica la organización y puesta en funcionamiento de Consejos Locales de Educación en cada municipio, integrando a sus funcionarios, a los delegados del Poder Ciudadano, la Juventud Sandinista, la Federación de Estudiantes de Secundaria, los padres y las madres de familia organizados en el Poder Ciudadano, el Movimiento de Maestros Sandinistas, y representantes de otras instituciones estatales”.
“Organizaciones sociales, no gubernamentales o comunitarias, que son parte de la comunidad educativa y no se inscriben en esta orientación política, no pueden hacer uso de ese espacio de participación”, puntualiza el escrito.
Repiten los errores
En América Latina, la participación de la comunidad educativa se ha considerado un factor relevante para la estabilidad y desarrollo institucional. Por eso, la mayoría de las reformas educativas impulsadas en la región han incluido este aspecto.
En Nicaragua se han impulsado diferentes iniciativas para avanzar hacia una gestión más eficiente del sistema educativo, entre las que se destaca la autonomía escolar. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedió en otros países centroamericanos, en esta nación se desaprovecharon los conocimientos acumulados en esas experiencias.
Luego de mucho esfuerzo e inversión de recursos se descontinuaron esas políticas de autonomía, sin evaluar sus logros, debilidades y sus posibilidades de mejoramiento, regresando al sistema de gestión centralizado.