El general en retiro y ex jefe fundador del Ejército de Nicaragua Humberto Ortega Saavedra, aseguró en un comunicado que en Nicaragua no existe dictadura y que nadie está proclamando una dinastía. Además destacó los avances de la economía nacional bajo la gestión de su hermano, el presidente inconstitucional Daniel Ortega Saavedra, quien gobierna el país desde 2007 y busca otro período presidencial en noviembre.
«Nuestras formas de Estado no constituyen una dictadura militar, aunque producto del particular desarrollo histórico de nuestra sociedad desde caciques-, conquistas-colonia, persisten en ser más piramidal-autoritaria-centralista que democráticas y desde 1990 con la necesaria firma Autoridad de la incipiente democracia, reaparece el estilo personalista-familiar en la presidencia, diferente a una dinastía que nadie proclama y es inviable», sostiene el ex jefe del Ejército.

Ortega se pronunció públicamente este viernes a través de un comunicado publicado en el diario La Prensa en ocasión del aniversario 37 de las fuerzas armadas, formadas después de la caída de la dictadura de Somoza. La oposición ha denunciado la instauración de una dinastía de los Ortega, a partir de la escogencia de Rosario Murillo como candidata a vicepresidente por el FSLN, con lo que ella es designada como la sucesora constitucional del presidente Ortega.
En el documento, el general Humberto Ortega hizo publicar una foto suya junto a Carlos Fonseca, fundador del FSLN. Dirigió el Ejército en el período de 1979-1995 hasta que su retiro fue anunciado públicamente por la ex presidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), un hecho que él en el comunicado explicó como resultado de un consenso de la nación, cuando miles de nicaragüenses recuerdan que la ex presidenta hizo el anuncio público, lo que provocó la molestia del general y su hermano. Ortega dirigió la guerra de la década de los 80, desde las filas del Ejército Popular Sandinista, mientras su hermano fue jefe del Ejecutivo desde la junta de gobierno, que presidió a partir de 1984 hasta que entregó el poder en 1990, después de los comicios que ganó Chamorro.
Las críticas del militar retirado alcanzan a las fuerzas políticas, pero también a la jerarquía católica.
«Resalta la deteriorada imagen de las fuerzas políticas polarizadas en la lucha por el poder con posiciones excluyentes con prelados católicos que toman partido. Situación agudizada por la ausencia de un «Plan Humanista de Nación» consensuada entre todos y por el debilitamiento del papel fundamental en la sociedad política de la institución partido-dirigente, base-colectivo-individuo», reflexiona Ortega con un tono de rechazo e intolerancia a la posición de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, sobre la realidad del país.
JUSTIFICA COMPRA DE ARMAS
El ex militar en retiro justifica el armamentismo del Ejército, argumentando que está dentro del marco del «balance razonable de fuerzas» de los ejércitos de la región. No se pronuncia sobre las críticas que la oposición política y la sociedad civil hacen contra la gestión de su hermano, a quien acusan de acaparar el poder, retorciendo las leyes a su manera para favorecerlos en sus gestiones de consolidar una dinastía familiar. Plantea la tesis de «cohabitación» de los distintos sectores, y valora al «centrismo» como la vía de la solución para el país, convirtiendo el «conflicto en acuerdo» en «cohesión social» que «fortalece el orden jurídico, la ley y la institucionalidad».
Al final de su reflexión Humberto Ortega Saavedra, hace un llamado a una Concertación Nacional, con el candidato que resulte ganador en las elecciones de noviembre de 2016, que es denunciada sin embargo por otros sectores como una farsa electoral.
«Es oportuno que el candidato electo en las elecciones en curso, impulse al asumir la presidencia en enero de 2017, un proceso de Concertación Nacional con la dirigencia económica-política social-espiritual-académica para concretar el Plan Humanista de Nación», según el general Humberto Ortega, para mejorar la imagen del país «para atraer la inversión-cooperación que fortalezca la producción nacional y la macroeconomía para vencer la pobreza».