Hacer negocios enfocados en brindar solución a problemáticas sociales y oportunidades a personas con discapacidad, mujeres o jóvenes en situación de riesgo, productores de subsistencia y otros grupos vulnerables, para que ellos puedan aportar al desarrollo económico de sus familias y localidades, es una tendencia que está tomando fuerza en el país.
Estos emprendimientos sociales son vistos por organismos internacionales como otra de las claves para el desarrollo económico inclusivo de países pobres en América Latina. Así los consideran en diferentes publicaciones especialistas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La clave —según Carlos Guaipatin, especialista en Ciencia y Tecnología en la División de Competitividad e Innovación del BID—, se centra en que el desarrollo económico de un país no está exclusivamente ligado a una política de innovación ni a la generación de empleos por parte de grandes empresas, sino también a los “nuevos emprendimientos que movilizan sus recursos para generar y escalar innovaciones”, dice en el artículo: 7 Iniciativas de Innovación Social que todo Gestor Público y Emprendedor debe conocer.
Ese término introducido por especialistas norteamericanos luego del 2000, está haciendo eco en el ecosistema de emprendedores que toma fuerzas en Nicaragua y que ya ha permitido concretar negocios con una visión que apuesta por el desarrollo económico local.
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COLMENAS QUE CAMBIAN VIDAS
Aurora Zeas es la gerente general de Zeas Apícola, un negocio dedicado a la producción y acopio de miel en el país. Ella trabaja muy de cerca con productores de Mateare, Los Brasiles, El Tuma y San Francisco Libre.
Esa cercanía con los productores le ha permitido ver cómo ellos han podido salir adelante a través de las relaciones comerciales que tienen.
“Un emprendedor social a diferencia de uno que solo busca lo suyo, no solo le interesa su bienestar sino que también el de la comunidad y ese tipo de proyectos son más sostenibles, porque crecen de la mano con el entorno en el que se desenvuelven”, afirma Zeas, quien recientemente representó a Nicaragua en la Cumbre Mundial de Emprendedores en Estados Unidos.
Zeas sabe que la apertura de espacios de negocio en un país como Nicaragua no es fácil, pero lo grato en esta forma de hacer negocios es que no solo gana su empresa, sino también sus trabajadores directos y los productores que en algún momento le venden miel.
“No se trata de ser altruistas, sino de aportar al desarrollo del entorno en que uno se desempeña y permitirles que crezcan de la mano con la empresa”, refirió la emprendedora.
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DESARROLLAN CAPACIDADES
Para la economista independiente Adela Ubau, los emprendimientos sociales en un país como Nicaragua son importantes, porque aportan al desarrollo de las capacidades de su mano de obra.
“Una persona mejor capacitada está más calificada y es más productiva en un negocio y ese vacío de capacitación en cierto sector social carente de oportunidades se convierte en el espacio para resurgir como persona”, dijo Ubau.
Para la economista, es necesario concentrarse en la educación y la innovación, como una clave para la competitividad del país y es ahí uno de los escenarios donde los emprendimientos sociales están marcando pautas.
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En 2015 Nicaragua retrocedió nueve puestos en el Índice Global de Competitividad, al ubicarse en la posición 108, de 140 economías en estudio, mientras que en 2014 estuvo en el puesto 99 entre 144 naciones evaluadas, refleja el estudio que elabora el Foro Económico Mundial.
UNA PRIORIDAD PARA HACER NEGOCIOS
Tras la realización de la Cumbre Mundial de Emprendedores en Estados Unidos a inicios de julio de este año, ese país ha considerado que fortalecer a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) será una prioridad, dijo la embajadora de ese país en Managua, Laura Dogu.
“En los países en desarrollo la mayoría de negocios son mipymes y es muy importante para nuestras embajadas apoyarlas, porque en el caso de Nicaragua la economía está en manos de pequeños emprendedores”, manifestó Dogu en la recepción de la Noche de Emprendimiento, realizada el pasado 28 de julio.
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Para Sara Lila Cordero, fundadora del Centro de Emprendimiento La Fábrica, “los emprendimientos sociales son la mejor opción porque tienen un impacto sostenible en la población y van muy de la mano con la innovación”, aseguró.
“Se trata de tomar modelos de negocios, implementar y diseñar mejoras y así innovar. Los emprendimientos sociales van muy de la mano con la creatividad y así podés ver el ejemplo de Chureca Chic y otros”, dijo a LA PRENSA Cordero.
El reto para la economista Ubau es que se afiance esa cultura entre los emprendedores y que las nuevas generaciones se empoderen en el conocimiento y confíen en que una idea puede revertir el entorno social pobre a un espacio de desarrollo donde todos los participantes disfruten de mejores condiciones de vida.
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Posición país
110 es la posición de Nicaragua en el Índice Global de Emprendimiento este 2016, frente a 132 países evaluados. La posición muestra un retroceso de 23 peldaños con respecto a 2015 cuando el país estuvo en la ubicación 87 de 130 economías evaluadas, indica el Instituto Global de Emprendimientos y Desarrollo.
130 fue la posición de Nicaragua en 2015 en el Índice Mundial de Innovación, que publica la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), en conjunto con la Universidad Cornell en Estados Unidos y la escuela de negocios y centro de investigación, Business School for the World.
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Iniciativas en la región
Carlos Guaipatin, especialista en Ciencia y Tecnología en la División de Competitividad e Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo, cita algunos ejemplos que han financiado y que permitieron a emprendedores de la región desarrollar productos, procesos y modelos de negocio que agregan valor atendiendo problemas sociales de manera inclusiva y creativa.
“Tal es el caso de la silla de ruedas todoterreno desarrollada por un joven profesor con comunidades de Guatemala y Haití, innovación que se adapta a las necesidades de usuarios con menos fuerza y a terrenos rurales sin veredas”, dice en su artículo: 7 Iniciativas de Innovación Social que todo Gestor Público y Emprendedor debe conocer.
También menciona otros ejemplos como el de los proyectos Sueñaletras, en Chile, y Videolibros, en Argentina, dos herramientas de software que permiten a niños y adultos sordos leer y escribir.
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