El Consejo Supremo Electoral (CSE) sigue recibiendo elogios de los especialistas electorales invitados a acompañar los comicios en Nicaragua, por el presidente del CSE, Roberto Rivas.
Esta vez fue el turno del expresidente del Consejo Electoral de Colombia, Guillermo Reyes, quien en una entrevista publicada en el portal oficialista El 19 Digital, calificó el proceso electoral de Nicaragua “como un sistema en donde impera la democracia plena, porque permite y promueve una alta participación ciudadana que brinda la transparencia y seguridad necesaria de los resultados”.
“MUY INTERESANTE”
Reyes reiteró en la entrevista lo “interesante” que le parece el proceso electoral de Nicaragua. Una de las “cosas interesantes” para él es que el CSE “permite que haya un nivel de participación en la toma de decisiones” del proceso electoral, mientras que los órganos electorales en otras naciones, dijo, “fijan las reglas, las fechas y nadie puede inmiscuirse en este tema”.
No obstante, el Partido Liberal Independiente (PLI), el Partido Conservador (PC) y el Partido Acción Ciudadana (PAC) se quejan de que el CSE no haya atendido la demanda de invitar organizaciones de observación electoral reconocidas a nivel internacional, como el Centro Carter o la Unión Europea, y en cambio haya presentado especialistas electorales que no van a criticar el proceso.
Esta semana también apareció dando una entrevista en el mismo medio oficialista, el vicepresidente de la Corte Electoral del Uruguay, Wilfredo Penco, quien también lanzó sus elogios al CSE, al expresar que los “procesos electorales en Nicaragua brindan garantías de transparencia”.
Catorce especialistas electorales fueron invitados por el CSE a “acompañar” los comicios, pero ninguno de ellos ha observado que ya van 54 jornadas de miércoles de protestas en demanda de garantías de transparencia al proceso electoral, luego de dos fraudes electorales consecutivos en 2008 y 2012 debidamente confirmados por organizaciones electorales internacionales.
En respuesta a la demanda, el CSE ha emitido un calendario electoral donde inhibe la invitación a observadores electorales nacionales e internacionales, así como emite una serie de restricciones que vienen a ensombrecer, otra vez, el proceso electoral.