Las altas temperaturas de la actual temporada seca, más una sequía prolongada desde 2014 y la destrucción acelerada de los bosques y cuencas de los dos grandes lagos de Nicaragua han deteriorado los niveles de estos cuerpos hídricos, a tal extremo que en algunas zonas el agua se ha alejado más de doscientos metros de las costas.
Expertos consultados por LA PRENSA coinciden en que no es un fenómeno común producto del verano, sino la suma de varios factores ambientales adversos a los cuerpos de agua.
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COSTAS SE AMPLÍAN
En varias zonas de Rivas, costeras del lago Cocibolca, como La Virgen, El Cangrejal y El Conde, el agua se ha alejado y las áreas costeras se hacen más amplias, quedando solo arena y capas rocosas.
Los habitantes del sector coinciden en que este año el agua ha retrocedido a niveles nunca antes vistos. María Cecilia Duarte, de 77 años, de La Virgen, donde ha residido toda su vida a orillas de la costa, expresó que “el lago siempre baja en el verano, pero este año es cuando más lo hemos visto retroceder y aún faltan los meses de abril y mayo”.
Duarte dijo que los pobladores de La Virgen comienzan a preocuparse porque ellos reciben el agua potable de la planta de tratamiento ubicada en La Virgen, donde a través de potentes bombas se succiona el agua del lago Cocibolca, se purifica y se distribuye al área urbana de San Juan del Sur y La Virgen, “pero ahora donde la tubería saca el agua ya se está secando”, indicó.
Otra pobladora de La Virgen, quien solicitó omitiéramos su nombre, dijo que en otras ocasiones ha habido sequía y el lago ha retrocedido bastante, pero señaló que ahora el efecto se nota más porque se estuvieron llevando toda la arena del lago en camiones y solo dejaron la capa de piedra, que se extiende por más de cien metros.
Rodolfo Ampié, un productor de Nahualapa, en San Jorge, indicó que lleva 24 años habitando cerca del Cocibolca y es la primera vez que nota una pérdida de nivel del lago de esta magnitud. El Cocibolca es el mayor reservorio de agua dulce de Centroamérica, con 8,624 kilómetros cuadrados.
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EL XOLOTLÁN TAMBIÉN
Al igual que el Gran Lago Cocibolca se está secando, las aguas del lago Xolotlán también se han ido alejando dramáticamente, dejando grandes playones de lodo, arena, piedras y basura.
Sus aguas han experimentado un retiro de más de doscientos metros en algunas zonas, llegando a aproximarse a la ubicación que tenía la costa en 1997, año en que se produjo un fenómeno de El Niño severo.
Luz Marina Duarte, pobladora del barrio costero Cristo del Rosario, confirma lo evidente. “Hace unos años todo esto era agua”, dice mientras señala una zona donde ahora solo hay fango y basura.
El agua del Xolotlán está a unos 150 metros del punto donde Duarte se encuentra de pie.
Desde barrios capitalinos como Las Torres, Quinta Nina y Cristo del Rosario, donde estaban las aguas del Xolotlán, ahora solo se ve lodo que se empieza a cuartear, basura y algunas almejas.
Entre la maleza, en el barrio Cristo del Rosario, donde algunos pobladores practican la pesca, se puede ver una lancha que meses atrás fue dejada anclada en agua por su dueño y ahora yace rodeada de monte en tierra firme.
Pobladores como Yelba Luz Acuña García y Francisco Márquez, quienes tienen más de treinta años de vivir en el barrio Las Torres, dicen que las aguas del Xolotlán han retrocedido a los niveles del año 1997, un año antes del huracán Mitch, ocurrido en octubre de 1998.
Salvador Montenegro Guillén, experto en recursos hídricos, explicó que el Xolotlán “es una pana de evaporación”.
“Históricamente ha evaporado el doble de agua de la que recibe, evapora en promedio 2,000 milímetros y recibe entre 1,000 y 1,500 y esta es una de las principales razones de su baja de nivel”.
Con Montenegro coincide Sergio Gámez, especialista de la Red Nacional de Agua y Saneamiento de Nicaragua. El retiro de las aguas de los lagos Cocibolca y Xolotlán “se debe a la evaporación que se ha incrementado, debido a las altas temperaturas”.
Gámez añade que la evaporación será mayor si la temperatura es mayor a los 36 grados y se mantiene constante por unos meses más, tal y como se evidencia actualmente en ambos lagos.
Montenegro señala que “el deterioro de las cuencas hídricas, la evaporación son mayores y el agua de las escorrentías arrastran mayor cantidad de sedimento y basura”.
Sobre el nivel en que se encuentra actualmente el Xolotlán, tras dos años deficitarios de precipitaciones, Montenegro dijo que más allá de lo evidente, sin datos oficiales actuales, “es muy difícil estimar el nivel en el que se encuentra el lago y qué tanto volumen de agua ha perdido”. Eso ayudaría a confirmar cuánto han bajado los cuerpos de agua.
El Cocibolca ha registrado un nivel mínimo histórico de 29.57 metros sobre el nivel del mar, en mayo de 1886, según Montenegro. Mientras que el máximo histórico ha sido de 33.84 metros sobre el nivel del mar y se produjo en noviembre de 1861, según las mediciones realizadas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos y la Nicaragua Canal Construction Company.
(Con colaboración de Mabel Calero y José Adán Silva).
BAJARÁN MÁS SI NO LLUEVE
Sergio Gámez, especialista en recursos hídricos de la Red Nacional de Agua y Saneamiento de Nicaragua, indicó que el fenómeno que afecta a los dos grandes lagos del país ya ha ocurrido antes.
“Eso también pasó con el río Tipitapa, vemos otros ejemplos más duros como la laguna de Nejapa y aunque en el Cocibolca se extraiga agua, puede afectar, pero no más que la evaporación, y si juntamos las dos cosas, las consecuencias son catastróficas, si vemos el caso del Xolotlán no hay extracción de agua, pero está sucediendo lo mismo”, explicó.
Gámez dijo que los niveles bajarán aún más, pues hace falta el mes de abril, que es el más caliente del año, y que la única esperanza es que este año el invierno se normalice.