¿Permitirá el Consejo Supremo Electoral (CSE) la participación de observadores imparciales en los comicios de 2016? ¿Ipade y Ética y Transparencia seguirán vetados o les permitirán participar? Las respuestas a estas preguntas tienen que darlas los magistrados, quienes hasta ahora mantienen silencio sobre cuáles serán las reglas de la contienda electoral del 6 de noviembre de 2016.
Los partidos políticos opositores, el sector privado, la Iglesia católica y organizaciones de la sociedad civil han pedido desde hace meses a los magistrados del poder electoral que se invite a los organismos internacionales con tiempo, y que no se excluya a los nacionales y sobre todo, se les permita a los observadores trabajar sin obstáculos en todo el proceso electoral.
Rosa Marina Zelaya, exmagistrada del CSE, afirma que “sería un error” de parte de los magistrados y del Gobierno de Daniel Ortega seguir permitiendo la observación electoral nada más a grupos afines a sus políticas.
Zelaya dice que tampoco se puede repetir el invitar contra el tiempo a la Organización de Estados Americanos (OEA), a la Unión Europea (UE) y a otros organismos internacionales porque se arriesga a que tengan problemas presupuestarios para enviar sus misiones al país.
En anteriores ocasiones, organismos internacionales han dicho que necesitan entre cuatro y seis meses para observar todo el proceso electoral.
La expresidenta del CSE opina que la invitación debe darse “ya”.
Explica que el proceso establece que el CSE solicita a la Cancillería de la República enviar carta de invitación a los observadores internacionales para participar en los comicios, y que el momento de hacerlo depende del tipo de observación que se quiere.
“Para las elecciones presidenciales de 1990 se pidió que fuera desde el inicio hasta el traspaso del mando, y eso nos permitió contar con un gran apoyo humano y de asistencia técnica”, refirió Zelaya.
Dijo que si para los próximos comicios se quiere una observación en los diferentes momentos que establezca el calendario electoral (que aún no se comunica), la invitación debió darse desde enero pasado.
Explica Zelaya que la convocatoria con tiempo la requieren los observadores para organizar el número de delegados a enviar y obtener los fondos económicos necesarios para el pago de los boletos aéreos, el hospedaje, alimentación y el resto de la logística que requerirán en su permanencia en el país.
Recordó la exmagistrada que tradicionalmente se han invitado a la OEA, Naciones Unidas, así como a grupos de observación de América del Sur, y también los propios partidos en la contienda invitan a sus homólogos regionales.
“Sería genial que vengan en todo el período electoral, pero depende de cuántos fondos dispongan para enviar a sus misiones”, refirió.
Para las elecciones presidenciales de 1990 se pidió que la observación fuera desde el inicio hasta el traspaso del mando, y eso nos permitió contar con un gran apoyo”.
Rosa Marina Zelaya, expresidenta del CSE.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
La presencia de los observadores nacionales e internacionales (“profesionales e imparciales”) que trabajen sin obstáculos es un factor que le conviene al CSE porque se garantiza que no se dude del conteo que hace de los votos.
“Si te dan un resultado paralelo (de las votaciones) al que da el Consejo, le da validez mayor ante los partidos y esa, una tranquilidad para todos”, afirma Zelaya.
Recordó que en los comicios del 1990 y 1996 las misiones de observadores ayudaron con sus recomendaciones de poner más urnas y mejorar las condiciones en los centros de votación.
Dionisio Palacios, exdirector de Cedulación de Nicaragua, y quien ha participado como observador en comicios en varios países de América Latina, ansía que en esta ocasión el CSE no ponga trabas y deje a los observadores independientes “trabajar sin limitaciones”.
“Dante Caputo (jefe de la misión de la OEA) dijo en 2011 que no le permitieron observar con claridad el proceso de elección”, recordó Palacios.
Palacios cree que se repetirá el bloqueo “como negarles a la OEA tomar un muestreo de las actas de los resultados de la votación”.
“Entonces aunque los inviten, si les ponen trabas a su trabajo no vienen a nada”, afirma Palacios.
IPADE Y EyT EXCLUIDOS
Tras documentar el fraude electoral en 2008 y pronunciarse por cambios en el CSE, a los organismos cívicos Ética y Transparencia (EyT) y al Instituto para el Desarrollo y la Democracia (Ipade) no se les permitió participar como observadores en los comicios de 2011 y 2012.
Al Ipade y a EyT les tocó observar los procesos desde afuera de los centros de votación. Pero aun con todas las dificultades impuestas por los funcionarios del CSE, lograron registrar las serias irregularidades para favorecer al partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
EyT sustentó en su informe final de los comicios del 2008 que hubo fraudes en cuarenta municipios, incluyendo Managua.
El FSLN se adjudicó 109 de las 153 alcaldías en 2008.