Dixon Flores estaba ilusionado en sorprender a Carlos Cuadras, llegó desafiante y terminó tendido en la lona en el quinto round. Un retador a la corona que no tuvo iniciativa, sintió la pegada del campeón y se refugió en su defensa indefensa, se paró para recibir castigo, a tratar de soportar sin razón, porque para Cuadras fue sencillo ver a su oponente que después de un primer asalto de intercambios quedara con temor a darlo todo o morir en el intento, el banquete estaba servido, solo era tiempo para conseguir su cuarta defensa.
Un primer round muy parejo, con Dixon llegando como se suponía y de igual forma recibiendo castigo, Cuadras sacaría ventaja pero había un aviso que el combate sería más complicado de lo normal. El campeón respondió con esa zurda mortal en el rostro de Flores, es la hora y todavía Dixon se sigue imaginando ese golpe como máquina de coser en el rostro, luego del primero, el nica olvidó cómo lanzar golpes.
Después de cuatro asaltos de suplicio, Dixon cayó en dos ocasiones en el quinto round hasta que el réferi indicó no más, mucho castigo para alguien sin opción.
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