Masacre
El 14 de septiembre de 1978, una patrulla de soldados de la EEBI, bajo el mando del Mayor Anastasio Somoza Portocarrero (El Chigüín), acribilló a una camioneta de la Cruz Roja Nicaragüense en Carretera a León porque, según dijo Somoza luego, creyeron que en ella iban guerrilleros. Más de trescientos balazos. Dos socorristas fueron asesinados a pesar del salvoconducto que portaban, firmado por el propio Somoza Debayle, para socorrer a la población en esa zona de guerra. ¿Alguien en su sano juicio se hubiese dado por satisfecho si a los criminales que masacraron a los cruzrojistas se les hubiese juzgado luego por “homicidio imprudente”?
Inexplicable
Homicidio imprudente. Dicen que no había interés de matar. Que confundieron el carro. Que creían que eran otros. Que ellos sufren estrés por la tensión de jugarse la vida en cada acción. Si es así, ¿cómo se explica que hayan disparado tantas veces contra personas desarmadas, incapaces de responderles el fuego? ¿Por qué no les brindaron socorro cuando se identificaron y supieron que no eran quienes buscaban? ¿Por qué luego trataron de inventar una versión que los incriminara y que pronto se les cayó porque les resultaba imposible achacarles a esas personas un crimen que justificara la masacre? Estoy hablando de la masacre a la ambulancia ¿O creían que era de La masacre de Las Jagüitas?
Licencia para matar
Supongamos, que al final era el carro y las personas que esperaban emboscados. Y los acribillan. Los matan sin que aquellos hagan algo por defenderse, porque ya sabemos que nadie les disparó desde el carro emboscado para decir que contestaron el fuego en defensa propia. ¡Sus vidas nunca estuvieron en peligro! Y resultan, entonces, sigamos suponiendo, los delincuentes muertos. Sí, ahora sí estoy hablando de Las Jagüitas. ¿Acaso no sería esto un asesinato? ¿O es que la Policía tiene licencia para asesinar delincuentes sin que haya agresión contra ellos? Entonces, si hubiesen sido los delincuentes los muertos habría sido asesinato claro y pelado, pero como fue una joven cristiana y dos niños, resulta que es ¡homicidio imprudente! ¿No están al revés las cosas por acá?
Sentencia previa
Los jueces dejaron de ser esas personas que imparten justicia según los alegatos, los testigos y las pruebas que se presenten en un juicio. Ahora son una especie de escribanos, que les toca firmar una sentencia previamente elaborada desde antes que asuman el caso. Solo les toca llenar las formalidades y simular algo de dignidad en la sala. ¿Cuánto creen que duraría en ese cargo un juez que se respete y falle en sentido contrario a lo que se decidió en El Carmen?
Echar la vaca
¿Qué sentido tiene que los fiscales se sienten junto con los familiares de las víctimas de la Masacre de Las Jagüitas si al final terminaron haciendo equipo con los acusados? Solo les falta llegar con la misma camiseta. Jueces, policías y fiscales le echaron la vaca a esta pobre familia que llegó buscando justicia en un sistema que, por su metamorfosis, ya es incapaz de darla.
Artistas
Y no vayan a creer que es fácil armar un caso al revés, o sea la sentencia primero y las formalidades después. Es todo un arte. Miren nomás como retorcieron los hechos para radicar en Managua la masacre del 19 de julio, que sucedió en Matagalpa. Para traerse el juicio a Managua dijeron que como unos muchachos que tiraron piedras se reunieron una vez en Tipitapa y Tipitapa es de Managua, entonces ¡tarararán! el juicio se hizo en Managua, aunque desde el comienzo se veía que esos tirapiedras no tenían nada que ver en el delito que los relacionaron.
Podredumbre
El asunto es que este tipo de justicia es solo un síntoma más de la descomposición que sufre el Estado de Nicaragua. Es el olor de lo podrido. No puede haber justicia a la carta. No se puede juzgar a los delincuentes según los servicios que presten o han prestado a una causa partidaria. No pueden los jueces ser solo escribanos y comenzar los casos por la sentencia. No pueden los fiscales abandonar a las víctimas y resultar abogados defensores de los criminales. No puede haber dobles raseros: justicia de un tipo para unos ciudadanos y justicia de otro tipo para otros ciudadanos. Vuelvo a hacer la pregunta: ¿Alguien cree que este mismo tribunal juzgaría como homicidio imprudente la masacre de los EEBI contra la ambulancia? O, tan mal están las cosas que tal vez sí y yo estoy aquí de ingenuo.
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