La mamoplastia de aumento, que consiste en colocar un implante dentro del seno femenino para mejorar su volumen y forma, figura entre las cirugías estéticas más solicitadas. Cada vez es mayor el número de mujeres que se la realizan y además que se adelanta la edad para operarse.
Esta tendencia la confirma el doctor Moisés Martín Anaya, cirujano con treinta años de experiencia en cirugía plástica reparadora y estética. Anaya es miembro de la International Society of Plastic Surgery (Ipras), dentro de la Federación Iberoamericana de Cirugía Plástica, y responde a las preguntas de EFE despejando algunos mitos y dudas más frecuentes sobre esta intervención.
¿A partir de qué edad podemos someternos a este tipo de intervención?
La ética profesional nos lleva a recomendar la mayoría de edad como punto de partida para poder comenzar a realizar este tipo de intervenciones. La mujer debe tener un criterio formado y una madurez personal adecuada y no dejarse llevar por modas, opiniones de amigas o comentarios ajenos. ¿Dificultan las prótesis la exploración manual preventiva del cáncer de mama?
No, si la intervención se realiza de forma adecuada, colocando la prótesis detrás del músculo. En ese caso la mujer puede realizar la exploración de la misma forma que si no se hubiese operado. Cuando el implante se coloca tras el músculo, queda separado de la glándula mamaria, facilitando la palpación de bultos y quistes y el diagnóstico por mamografía.
¿Cuál es el término medio ideal para establecer el tamaño de la mama?
Estos asuntos no deben negociarse, porque para ello la paciente se ha puesto en manos de un experto. La paciente debe dejarse asesorar por un buen especialista. Este le debe proponer, más allá de modas, excentricidades, gustos y caprichos, un tamaño equilibrado en relación con su altura y a sus proporciones de tórax y cadera.
EFECTOS TRAS LA OPERACIÓN
La silicona no produce alergia. Es un material que no da reacción alguna. Incluso está presente en las agujas médicas: “Si alguien tiene una reacción a un pinchazo, es por el rechazo a un cuerpo extraño, no a la silicona”, señala el cirujano Moisés Martín Anaya.
El experto señaló que si el material es de alta calidad, resulta ya casi imposible la rotura, agrega que “las prótesis nacen ya sin fecha de caducidad. Es decir, puede que no se rompan en toda su vida útil”.
Tras la intervención hay que tomar las medidas habituales en todo proceso en el que interviene una cicatriz: diez o quince días de higiene y vigilancia. Después, estar pendiente en las revisiones habituales durante los primeros seis meses.
El resto de su vida la mujer ha de mantener los cuidados de la zona propios de la población femenina: mamografías a partir de los 40 años y observación de pequeños bultos. EFE
Ver en la versión impresa las páginas: 4 B