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El estadio Héroes y Mártires de Septiembre, de León, que es considerado uno de los más difíciles de pegar jonrón, solo registra un juego de este tipo y Henry Roa tiene esta distinción al sacar tres veces la pelota del parque el 10 de enero de 1993.
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La furia de Dwight Britton abrió un nuevo capítulo en la historia del beisbol caribeño de nuestro país, al convertirse en el primero de la Costa que pega tres jonrones en un juego.
Britton sacudió el pasado jueves a tres lanzadores de los Cafeteros de Carazo. En el primer inning se fue a la calle ante Nebil Aburto, en el séptimo sonó a Ruddy Palacios y en el octavo repitió la dosis contra Ruddy Gómez.
Con esos tres palos, Britton se instaló como el máximo jonronero del Campeonato Nacional de Beisbol con cinco y llegó a 52 vuelacercas en su sexta temporada en estos torneos.
SERÁ EL REY
Con 26 años de edad, está llamado a convertirse en el rey costeño de los jonrones. Carel Lampson, ya retirado, es dueño de esta distinción con 91 cuadrangulares en su carrera.
Britton es apenas el tercer bateador de tres jonrones en un partido en este siglo, y este trío es el único que lo ha hecho con el bate de madera.
Sandor Guido fue el primero en el 2006 y Stanley Loáisiga lo imitó en el 2008. Ambos lo consiguieron en el estadio Chale Solís, de Matagalpa. Eso deja a Britton como el primer bateador derecho de tres explosiones desde Jorge Luis Avellán en 1999.
EL RESTO CON ALUMINIO
Antes de este siglo, hubo 33 bateadores de tres o más rugidos en un juego, pero todos lo hicieron con bate de aluminio.
La marca de jonrones en un juego es de cinco, impuesta por el chinandegano Rafael Valle el 28 de mayo de 1978 en Estelí. El granadino Ernesto López y el rivense Miguel Jiménez tienen un partido cada uno de cuatro vuelacercas.
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