ACAN-EFE
La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) entró en una fase acelerada de decisiones para poner fin a la construcción del tercer juego de esclusas de la vía en 2015, con o sin el consorcio contratista, que suspendió las obras. Mientras tanto, miles de trabajadores de este proyecto están desempleados.
El escenario que se ha venido anticipando es que la aseguradora estadounidense Zurich American, que tiene la fianza que Grupo Unidos por el Canal (GUPC) depositó para emprender el trabajo en 2009, avale la ruptura del contrato por causales justificadas achacables al consorcio, como la suspensión arbitraria del trabajo.
“No aceptamos ningún chantaje”, “estamos listos”, “no le tenemos miedo a la obra”, fueron algunas expresiones del administrador de la ACP, Jorge Quijano, el miércoles 5 de febrero, al confirmar que no había acuerdo con GUPC, que exige más fondos para continuar la construcción, aduciendo que “sobrecostos” le han causado un agujero de 1,600 millones de dólares en su flujo de caja.
GUPC está integrado por la española Sacyr, la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña Constructora Urbana (CUSA), que ganaron esa licitación en 2009 al ofertar 3,118 millones de dólares, inferior a los 3,481 millones del precio base de la ACP.
El Ministerio panameño del Trabajo ha cifrado en 2,627 los trabajadores de varias fases y áreas del proyecto despedidos desde noviembre pasado, una cifra que apoyan los sindicatos.
Tras el inicio del conflicto contractual, la ACP reportó una disminución de más del 70% en el ritmo de los trabajos en la construcción del tercer juego de esclusas.
En enero de 2012, el GUPC informó que su nómina de trabajadores en el proyecto ascendía a 5,930 colaboradores directos.
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ACP SE MANTIENE FIRME
Según los constructores, es imposible continuar una obra con ese desfase de capital, pero la ACP se mantiene firme en que la exigencia de cifras que tildó de exorbitantes y no justificadas es inaceptable.
Un diplomático europeo, acreditado en Panamá, explicó que en toda obra gigantesca como la del Canal panameño se dan atrasos, pero, también ubicó el problema entre GUPC y la ACP como algo contractual que se resolverá tarde o temprano, y que “no afectará al comercio mundial”, ni la terminación del trabajo en 2015 porque los panameños han demostrado que pueden concluirlo.
“Lo que se dice es que la ACP está lista para trabajar con los subcontratistas, quienes están de acuerdo”, apuntó en una conversación informal con Acan-Efe.
EL “PLAN B” DE PANAMÁ
El anunciado “Plan B” de Quijano, cuyo contenido no ha detallado, se estudia desde diciembre de 2013 cuando estableció los contactos con Zurich por la ralentización de las obras desde noviembre por parte de GUPC.
La estrategia sin prisa, pero sin pausa de la ACP es dar todos los pasos apegados al contrato para eventualmente darlo por terminado sin riesgo de que Zurich se niegue a ejecutar la fianza a favor de Panamá.
Quijano precisó este jueves 6 de febrero que la fianza es por 400 millones de dólares, pues otros 150 millones garantizan equipos nuevos y 50 millones son para pago a subcontratistas y pasivo laboral.
Sobre las 16 compuertas de las nuevas esclusas, de las que solo cuatro llegaron a Panamá en 2013 y otra cantidad igual están aún en Italia esperando desde noviembre, Quijano fue explícito al decir que no hay problema porque el subcontratista ha seguido trabajando sin interrupción.
“Esta ampliación la terminamos en 2015”, aseguró Quijano, pese al atraso, pero insistió en que hay que actuar rápido y acabar con la “paralización unilateral” que ordenó GUPC.
CLIMA PODRÍA AYUDAR
Puede que ayude hasta el clima, si como se espera, la temporada seca se prolongue más allá de mayo próximo, porque estos son los meses importantes para vaciar el concreto en las esclusas y que tenga tiempo de fraguar y secar adecuadamente.
Mientras tanto, la zona de trabajos está desértica.
La postura de la ACP ha recibido el respaldo unánime de los partidos de gobierno y oposición, de las universidades, gremios empresariales y de trabajadores.
Esos sectores demandan de una vez por todas romper el estancamiento de los trabajos en la ampliación de la empresa que es el orgullo nacional o, como se dice en Panamá, “la única religión que une a todos los panameños”.
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