“Hay siete leyes vinculadas con el cuido del Musún, pero todas han sido violadas completamente”, dice Martínez, comentando que “los ocho ríos que nacen en el cerro están protegidos por la Ley general del agua”.
“Esta ley dice que a 200 metros de cada vertiente no se debe tocar un árbol, sin embargo, aquí los potreros llegan hasta el río y el ganado toma el agua directamente de las fuentes”, explicó Martínez.
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Luis Eduardo Martínez M.
Al menos siete rastras cargadas con madera pasan en promedio, a diario, por el poblado de Río Blanco, al sureste del extenso departamento de Matagalpa, donde la población ha sugerido, a través de los medios locales, impedir el paso y hasta quemar esos vehículos, porque resienten los efectos negativos del despale en el cerro Musún.
“El pueblo ha dicho que pondrá mano dura con ese problema”, confirmó el alcalde liberal de Río Blanco, Denis Javier Argueta, indicando que en muchos casos la madera del Musún es aserrada, “la sacan por montes hacia el sector de San Andrés y la carretera a Mulukukú y los depredadores dicen después que la traen del Atlántico”.
Ese mecanismo lo ha detectado la Policía y según el jefe municipal, capitán Francisco Rodríguez “hay camiones que salen de los sectores de El Aparejo o de Caño Negro, que son parte del cerro, y los conductores aducen que vienen de Siuna, sin embargo los hemos procesado y puesto a la orden de las autoridades competentes”.
“Como Policía hemos estado trabajando sobre eso, lo único que solos estamos luchando contra los depredadores de madera”, dijo, indicando que el martes procesaron a un hombre por aserrar un árbol a la orilla de uno de los ocho ríos que nacen en el Musún.
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