CIUDAD DEL VATICANO/ AP
Los primeros pasos del papa Francisco en Roma han sorprendido casi tanto como su elección. Francisco inició el jueves su pontificado con gestos atípicos: paró en su hotel de Roma y pagó la factura de su propio bolsillo y luego en su primera misa llamó a todos los fieles a la reconstrucción de la Iglesia a través de mensajes cortos, gráficos y sencillos.
El primer pontífice latinoamericano y jesuita de la historia, Jorge Mario Bergoglio, empezó la jornada con una escala en la basílica romana de Santa María la Mayor para rezar ante la imagen de la Virgen.
No usó el carro oficial y se desplazó en un coche privado del Vaticano sin hacer demasiado ruido. Poco después se acercó a la residencia que lo alojó durante los días previos al cónclave y pagó la cuenta. “Saludó a todo el personal, uno por uno”, dijo el reverendo Pawel Rytel-Andrianek, quien vive en el mismo hotel y da clases en la cercana Pontificia Universidad de la Santa Cruz.
Ese amor fue Amalia, una amiga de la infancia, quien hoy, muy emocionada, explicó a los periodistas que fue su novia cuando tenían “12 o 13 años” y que, bromeando, llegó a pedirle en matrimonio. “Si no me caso con vos, me hago cura”, le dijo un día de forma profética Jorge Bergoglio, pero al final el romance no prosperó por la oposición de los padres de ella, dijo Amalia.
“Era un diablo, un diablillo, muy travieso, como todo chico, ¡qué sabíamos que iba a ser el papa!”, dice entre risueña y sorprendida la hermana Martha Rabino, de 71 años, a cargo del colegio De la Misericordia. Ella lloró emocionada cuando escuchó que el nuevo padre de la Iglesia católica era Bergoglio.
Al papa Francisco le gusta escuchar tango y bailaba milonga, un género musical folclórico rioplatense, típico de Argentina y Uruguay.
Una de sus aficiones cuando visitaba Roma era disfrutar del típico asado argentino con sus compatriotas. EFE/AFP
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Más tarde, el papa ofició su primera misa como pontífice ante los 114 cardenales que el día anterior le confiaron la silla de Pedro en un momento especialmente complejo para la Iglesia católica.
El miércoles, saliendo de la plaza de San Pedro, donde acababa de aparecer en el balcón ante miles de personas, Francisco no quiso utilizar el coche oficial del papa (con matrícula SCV1) y prefirió volver a la Casa Santa Marta como había venido, en un minibús con el resto de cardenales.
HOMILÍA FUE EN ITALIANO Y NO EN LATÍN
Francisco improvisó la homilía en italiano, lo que marcó una enorme diferencia con el texto de tres folios en latín que leyó Benedicto XVI hace ocho años en esa misma misa.
La Santa Sede informó que Francisco habló por teléfono con su predecesor y papa emérito Benedicto XVI. El Vaticano precisó que el encuentro entre los dos papas tendrá lugar en los próximos días.
Sin querer faltar al juramento de respetar el secreto del cónclave, algunos cardenales recordaron las lágrimas de emoción cuando Bergoglio alcanzó los 77 votos necesarios.
“QUE DIOS OS PERDONE LO QUE HABÉIS HECHO”
El argentino se dirigió a los cardenales con unas palabras que se han utilizado en otras ocasiones. “Que Dios os perdone lo que habéis hecho”, afirmó Bergoglio, relató el reverendo Federico Lombardi, portavoz del Vaticano.
El propio reverendo Rytel-Andrianik reveló que antes del cónclave un sacerdote preguntó a Bergoglio en el ascensor cuándo planeaba regresar a Argentina.
“Me acuerdo que Francisco le respondió que probablemente esperaría a la misa de entronización”, recordó. “Y ahora es él quien va a ser entronizado como pontífice”, agregó en referencia a la misa que lo coronará como sucesor de Pedro el próximo 19 de marzo.
SOLICITÓ BENDICIÓN DEL PUEBLO Y SE AGACHÓ
En sus primeras palabras ante las 100,000 personas que lo vitoreaban en la plaza de San Pedro, Francisco pidió a los fieles que recen por él y en un gesto sin precedentes solicitó la bendición del pueblo y se agachó en señal de sumisión.
“Por supuesto, nos llevamos todos una sorpresa, debo decir que también yo, que no lo esperaba”, admitió Lombardi. “Nos impresionó por muchos aspectos nuevos: el origen, el nombre elegido, el estilo con el que se presentó, la manera de hablar, así como los gestos”, añadió.
Interrogado sobre si su Argentina natal podría ser la primera visita de Francisco, Lombardi señaló que “es de esperar que visite Argentina”, pero no aclaró si será el primer destino o si antes viajará a algún otro país. En principio, Francisco, de 76 años, presidirá la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en julio en Brasil y podría aprovechar la oportunidad para hacer escala en otros países de la región como primer papa latinoamericano.
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